El metal precioso se revaloriza entre los inversores tras superar la barrera psicologica de los 2.000 dólares la onza. La gran pregunta es si podrá mantener estos niveles, que algunos consideran de sobrecompra o si comenzará a corregir en función de la esperada mejora del tercer trimestre en las economías mundiales.
El precio del crudo de referencia en Europa sigue fuerte a pesar de las noticias encontradas que influyen en su cotización. Desde el vigor de la pandemia que no cesa y que cobra fuerza aunque con un carácter diferente a pesar del verano hasta su posible efecto en la recuperación del consumo que se espera en lo que queda de año.
Actualizamos algunas de las “Ideas de trading” publicadas que recientemente en la Zona de Trading del área premium y que continúan siendo válidas. Estos análisis buscan activos que se encuentren a la altura de referencias técnicas que pueden provocar una reacción del precio.
El activo refugio por excelencia no muestra claros signos de avance a pesar de la hecatombe restringida provocada la semana pasada en los mercados bursátiles mundiales. Los inversores hacen trading y buscan alternativas al metal precioso lo que dificulta su nuevo asalto a máximos anuales.
El oro se ha utilizado como una reserva de valor durante varios milenios. Las existencias de oro son limitadas y la oferta es escasa, lo que le otorga a este metal un lugar muy especial en nuestra psique y nuestra historia.
El planeta está tomando conciencia ecológica. El pasado año, instituciones multilaterales como el FMI, gobiernos europeos, la comunidad empresarial en general y las firmas energéticas en particular, bancos, científicos y movimientos sociales parecen remar en la misma dirección: empieza la cuenta atrás de los combustibles fósiles.
Ayer se publicó el dato de desempleo en EEUU, con datos mejores de lo esperado con 225.000 nuevos empleos. Si nembargo, no ha habido reacción alguna en el oro, que tras una formación triangular podría tener un impulso alcista.
A expensas de los riesgos geopolíticos o sistémicos que pueda propiciar este ejercicio, el barril de crudo permanecerá por encima de los 50 dólares a lo largo de 2020. Una cota alejada del objetivo de Arabia Saudí, la indiscutible voz cantante de la OPEP, y de Rusia, que mueve los hilos de los productores que respaldan al histórico cártel mundial, de situar su cotización en torno a los 80 dólares. Bajo esta tesitura, las grandes petroleras intensifican sus planes estratégicos para alcanzar la neutralidad energética. Con Repsol como pionera en la proclamación de políticas de emisiones cero a medio plazo.
El mercado del petróleo acostumbra a dejar jornadas negras en cada ejercicio. Es, sin duda, la plaza bursátil más propensa a vaivenes traumáticos en su cotización diaria, aunque también a medio y largo plazo para cerrar contratos a futuros -fórmulas para garantizar el abastecimiento en periodos de meses- motivados por una alargada lista de riesgos exógenos. Las empresas, sumergidas en cambios estratégicos y sometidas a los rigores del mercado, deben adaptarse a diario a estos súbitos virajes en el precio del crudo. Con la vista puesta en la rentabilidad, los beneficios y los posibles repartos de dividendos.
El exceso de oferta y la acumulación de inventarios hacen difícil asistir a subidas sostenibles en el precio del petróleo y/o ruptura de resistencias clave. Nos decantamos por una continuidad del movimiento lateral al que hemos asistido en los últimos meses.