El diferencial entre la deuda alemana y la española cambia su configuración con la llegada de la guerra y reduce su tensión en los últimos días, tras momento difícil del petróleo en máximos de 140 dólares el barril. Corrige posiciones, se coloca por debajo de los 100 puntos básicos pero los expertos no descartan nuevos repuntes ante la incertidumbre reinante.
Analizamos dos compañías del S&P 500 que registraron ayer nuevos máximos anuales, en un contexto de (1) alta actividad de contratación y (2) reciente activación de señales de compra en osciladores de precios. Proponemos niveles clave a vigilar a corto / medio plazo.
Las bolsas europeas abren la sesión con subidas en una jornada en la que la mirada estará puesta en Bruselas que acoge la cumbre de la OTAN, Encuentro del G7y Consejo europeo para medir los pasos de Putin cuando se cumple un mes de la guerra.
Los futuros del Ibex 35 suben un 0,18% en los 8.295,50 puntos, los del DAX avanzan un 0,70% en las 14.314,00 unidades, los del CAC 40 suman un 0,19% y los del FTSE MIB un 0,32%. Fuera del euro, los futuros del FTSE 100 avanzan un 0,40%. Los del Euro Stoxx 50 repuntan un 0,72%.
La ecuación de la coyuntura mundial empieza a despejar la incógnita de la guerra de Ucrania. Si la afrenta del Kremlin ha reforzado la unidad europea y una comunión de intereses transatlánticos en el orden geopolítico, los daños económicos colaterales de la primera confrontación armada en el Viejo Continente desde la Segunda Guerra Mundial demandan una sintonización de esfuerzos fiscales y monetarios. Los primeros, en manos de las autoridades políticas, mediante nuevos esfuerzos presupuestarios -del 0.5% del PIB, según la OCDE- para alejar el fantasma de la recesión y estimular la salida de una ralentización de la actividad. Y los segundos, a través de los bancos centrales, para frenar una inflación más persistente en el tiempo, que no remitirá a medio plazo, con un encarecimiento gradual y sin estridencias -es decir, sin demasiados movimientos alcistas ni de un calibre más allá del cuarto de punto, en principio- y que no impida la transición energética, fugas en los mercados de capitales u obstrucciones en las líneas crediticias a empresas y hogares. La batalla contra los ‘números rojos’ y la ‘estanflación’ también se libra en paralelo al conflicto bélico en Ucrania.
Hace un mes nos despertábamos con la noticia de que Rusia había dejado de lado las amenazas y había decidido entrar por la fuerza en Ucrania. Entonces, al igual que hoy, había muchas duda sobre los efectos y las consecuencias que tendría esta guerra el mundo y en Europa, a nivel general. Un mes después, 24 valores del Ibex 35 se encuentran por encima de los niveles de los que cotizaban antes del conflicto armado.
La crisis inflacionista que ya padecía nuestro país se ha visto favorecida por el efecto pernicioso que está produciendo en nuestra economía la guerra de Rusia contra Ucrania. Todo un cataclismo económico, que más que pronto, ha llegado a las familias y hogares españoles. La subida de la luz y el carburante es solo una pequeña muestra de los estragos que supone en la economía española que recortará al menos un punto en la previsión de crecimiento.
Los inversores optan por seguir comprando en las bolsas europeas y favorecen una apertura alcista tras el cierre positivo en Wall Street y Asia. El DAX sube un 0,3%, hasta los 14.528,89 puntos, el FTSe -100 suma un 0,3%, el CAC-40 avanza algo más del 0,2%, sobre los 6.675,42 puntos, el Eurostoxx 50 avanza hasta los 3.936,55 puntos y el FTSE MIB sube un 0,3%, hasta los 24.629 puntos.
Los futuros del Ibex 35 suben un 0,67% en los 8.473,00 puntos, también avanzan los del DAX, un 0,34% en los 14.570,00 y los del CAC 40 un 0,41% hasta los 6.682,50 puntos. Los futuros del FTSE 100 suben un 0,54% y para la media europea, el Euro Stoxx 50, el repunte es del 0,31%.
Los mercados están en la encrucijada. 2022 arrancó con la mayoría de índices bursátiles en máximos históricos y la inflación hizo que los bancos centrales movieran ficha con el objetivo de adecuar su política monetaria a la nueva realidad económica. La receta estaba clara: retirar estímulos y subir tipos de interés. Pero a finales de febrero llegó la guerra de Ucrania.