Los resultados del fabricante de iPhone se han convertido en una de las citas claves para los inversores de Wall Street. Sobre todo en un momento en el que los mercados están muy pendientes de cómo evolucionan las cuentas de las cotizadas en Estados Unidos y si los datos que se van conociendo suponen un alivio o dan más preocupaciones para todos aquellos que piensan que estamos más cerca de una recesión.
El año pasado puede haber sido en el que los inversores aprendieron que no tener noticias también son malas noticias. Después de un periodo de turbulencias, marcado por la caída de los precios del petróleo y algunas fusiones de fondos que acapararon titulares, los inversores esperan que en 2016 el mercado de alto rendimiento quede relegado a las últimas páginas. ¿Subidas de tipos de interés? Noticias atrasadas. ¿Temores sobre la liquidez? No es nuevo. ¿El barril de petróleo a 40 dólares? Pruebe a menos de 35 dólares.
Las subidas de las bolsas después de que Mario Draghi anunciara ayer que en la reunión de marzo pondrá en marcha medidas expansivas adicionales ha inyectado energía a unos mercados que hasta el jueves no levantaban cabeza ante la posibilidad de que la próxima recesión económica pudiera estar más cerca de lo que todos deseamos.
Si en 2015 el sector bancario fue el que más puntos le robó al Ibex 35, en lo que llevamos de 2016 revalida este deshonroso distintivo. De media todos pierden más de 2.300 millones, aunque en los grandes este lastre ha sido exponencial, hasta el hecho de convertir a Santander en la acción que más pérdida de capitalización ha experimentado.
Dice la teoría técnica que un mercado se torna bajista cuando pierde un 20% o más desde sus máximos. Si tenemos en cuenta los altos del Ibex35 del pasado mes de abril, la penalización es más del 30%. Una situación que ha llevado a la mayor parte de los valores del selectivo, un 62%, a entrar en su propio mercado bajista. Todos los bancos- excepto Bankinter- todas las constructoras – excepto Ferrovial – y los tres grandes blue chips, en el ránking.
Los miedos que se están reflejando últimamente en las bolsas podrían abrir la puerta a las oportunidades para revalorizaciones futuras. El equipo de análisis de Fidelity, desgrana el entorno global en el cual nos hallamos y ve que Europa será la clave para el 2016.
El precio del petróleo está sumido en una espiral bajista y su fuerza centrípeta está atrayendo al capital de las petroleras europeas a un pozo sin fondo. En este año y medio de descensos del crudo, las petroleras del Viejo Continente han sufrido pérdidas bursátiles millonarias. A continuación analizamos cómo ha afectado a cada una pero, un adelanto: la más vapuleada por los accionistas ha sido Repsol.