“El mundo ha cambiado dramáticamente en tres meses” admite el World Economic Outlook (WEO) de primavera del FMI. La pandemia del coronavirus ha sumido a la economía mundial en la peor depresión desde el Crash del 29. Hasta el punto de que su impacto hundirá un 3% el PIB mundial. Una recesión que “no es como otras”. El shock provocado por el Covid-19, el confinamiento social y la hibernación productiva “será largo” y generará “una severa incertidumbre”, como en escenarios de guerra o de emergencias políticas.
Por primera vez en siete años el patrimonio mundial de las grandes fortunas disminuye en 2 billones de dólares. La mayor parte se concentra en EEUU, Japón, Alemania y China, siendo esta última la que más ha visto reducir su número. España repite su 14ª posición en el ranking de millonarios global sin perder ni a uno solo.
La volatilidad ha llegado para quedarse. Así lo han repetido analistas y expertos del sector los cuales han visto cómo en unos mercados -que parecían tranquilos-, se han dado situaciones bruscas de caídas, después de las subidas del año pasado y del primer semestre del año, las tensiones geopoliticas y el miedo a la recesión hace que las bolsas y los bonos vayan a tener muchos movimientos en el año.
La corrección que se ha iniciado en febrero es, probablemente, una de las más esperadas y a su vez, una de las que más desprevenidos a pillado a los mercados. Una contradicción casi al extremo.
Marc Faber lleva años anticipando el fin del actual mercado alcista de Wall Street. Aunque hasta ahora no ha tenido mucho éxito, lo cierto es que el experto no desfallece. En una reciente entrevista en la CNBC lo ha dejado claro; cuando comiencen las ventas veremos una avalancha en la salida de los inversores del mercado.
Sin soportes en el corto plazo hasta los mínimos de noviembre (era Angel Ron) en 0,77 euros, donde presenta a su vez la proyección bajista teórica de una formación técnica rota a la baja.