Las bolsas europeas rebotan a esta hora con fuerza, aunque algo ya matizada tras el subidón de ayer en Wall Street. El Ibex 35 ha abierto la sesión con subidas que han superado el 8% recuperando parte de lo perdido y marcando su mayor subida intradía desde 2008 tras dispararse los indicadores americanos, tras decretar Donald Trump, de forma inesperada en la tarde de ayer, un impasse de 90 días para la imposición de un recargo adicional del 10% de los aranceles a 75 países, mientras le declara la guerra total comercial a China, con gravámenes del 125%.
Un cambio de sesgo que desde la Casa Blanca se indica que ya estaba previsto, pero que nadie cree. Tampoco que las caídas en los indicadores americanos hubieran llevado a alguno de los principales índices a rozar el mercado bajista y el fuerte varapalo de pérdidas generalizadas para todos y cada uno de los valores ante la implementación de los aranceles.
Parafraseando a James Carville, el archifamoso arquitecto de la victoria de Bill Clinton, no es la renta variable estúpido, en este caso el cambio de opinión del presidente, y ante la atenta mirada del responsable del Tesoro, Scott Bessent , un millonario que ganó su fortuna bajo la atenta mirada de George Soros, se debe a la situación en la que había quedado la deuda pública, uno de los verdaderos focos de atención de Trump para implementar los aranceles.
Su objetivo, hacer más competitiva a la economía americana y frenar el pago de intereses de esos 36,7 billones de dólares que pesan como una losa sobre la administración americana y el vencimiento este año de entre los 3 y los 9 billones en bonos del Tesoro.
Pero la debacle de los mercados estos días ha propiciado un movimiento no esperado en los mercados de deuda. Corrió por los mercados financieros el rumor de que dos de los mayores tenedores de deuda americana del mundo, China, pero sobre todo Japón, habían vendido unos 50.000 millones de dólares de deuda americana propiciando un repunte en las rentabilidades.
Un movimiento que contrastaba con la situación general del mercado: caídas en la renta variable y búsqueda de los inversores de activos de menor riesgo, caso de los bonos soberanos, con rentabilidad aceptable y con menor incidencia. Pero no, la aceleración proclamaba entre los inversores que ya no era uno de los refugios tradicionales, e incluso el bono a 30 años llegó a alcanzar una cota del 4,90%, que ahora se coloca en el 4,737%, aunque llegó a colocarse rozando el 4,4% ayer.
Incluso en el mercado, ante el incremento de las rentabilidades del 10 años hasta el 4,45% en los momentos más tensos, se pensó en una denominada 'Fed put' , una de esas actuaciones de la Reserva Federal para auxiliar a los mercados y frenar esa subida con la compra de bonos.
Ahora con la medida, menor tensionamiento y recuperación también en el resto de activos, como la renta variable, tras las fuertes pérdidas de algunas de las Big Tech y sus fundadores, que han apoyado decididamente a Trump en los últimos meses. Una presión que ha contado ahora con la entrada en una nueva fase, la de la negociación país a país, que no dejará de tensionar a los mercados.