Las restricciones para contener la tercera ola de la pandemia siguen lastrando los datos de empleo. En este sentido, la subida de la afiliación media en febrero fue la más modesta en siete años en dicho mes (+20.632), siendo la hostelería y las regiones más dependientes del turismo, especialmente los dos archipiélagos, los más afectados por las restricciones.
El año 2021 ha llegado cargado de novedades fiscales. Una de las más importantes es la aparición de un nuevo tramo para aquellos trabajadores cuyas rentas de trabajo superen los 300.000 euros anuales, al que se le aplicará un tipo del 47%, frente al 45% que se le venía aplicando hasta ahora.
En las primeras semanas del año advertíamos de los efectos que el “reflation trade” empezaba a tener sobre el comportamiento de las rentabilidades de la deuda pública, especialmente significativos en el caso del bono a 10 años americano, la referencia libre de riesgo global.
Los indicadores de demanda, de oferta y de rentabilidad del sector hotelero caen en enero a tasas similares a las registradas durante el mes de junio de 2020, cuando el sector apenas conseguía reabrir al público tras el primer estado de alarma. En los próximos meses, la industria turística está pendiente del éxito del proceso de vacunación en territorio nacional.
La inflación arranca 2021 intensificando la senda ascendente del tramo final del pasado año: aumenta un punto en enero, la subida más intensa en cuatro años, hasta el 0,5%, una décima por debajo del dato provisional, pero la tasa más alta desde feb-20. Dentro de un comportamiento alcista generalizado por componentes, destacan, en un contexto marcado por unas condiciones climatológicas muy adversas, el aumento de la factura eléctrica y, en menor medida, el encarecimiento de los alimentos frescos.
La Covid-19 ha impactado en muchos aspectos de nuestra vida. Los mercados y la economía no se han visto exentos de las consecuencias. Ignacio Ezquiaga hace un repaso del 2020, analizando el shock y tendencias desencadenadas por la irrupción de la pandemia.
A pesar de una cierta recuperación observada en los últimos meses, con un crecimiento en diciembre del 1,1% mensual, el mejor registro desde julio, el balance de la producción industrial (IPI) en 2020 es el más negativo en 11 años, con un descenso del 9,4%. Por actividades, sólo farmacia creció el pasado año, en contraste con el desplome sufrido por algunas ramas textiles y la fabricación de vehículos.
El Informe de Invierno de la Comisión Europea publicado esta semana no presenta muchas novedades, más allá de una ligera mejora en el dato de actividad para la región de 2020 (-6,8% frente al -7,8%) y en las previsiones de 2022 (3,8% frente al 3,0%) que se ven compensadas por un empeoramiento de los pronósticos para este año (3,8% frente al 4,2%).
La inflación general subió con intensidad en enero hasta valores máximos desde la irrupción de la pandemia. Existen factores coyunturales que explican este repunte de la inflación y, por tanto, no debe inquietar al BCE. La inflación está en fase ascendente, pero existen importantes factores estructurales que seguirán presionando a la baja en el medio largo plazo, lo que anticipa la continuidad de la actual política monetaria hasta que la recuperación esté completamente consolidada.
El pasado 31 de diciembre de 2020 se publicó la Ley 11/2020, de Presupuestos Generales del Estado para el año 2021, quedando afectados la mayoría de los principales impuestos españoles.