Se ha hablado sobre muchas burbujas a lo largo de todos estos años: desde la tecnológica hasta la del petróleo. En este sentido, ahora mismo se está comenzando a comentar la aparición de una nueva, que se está agudizando con el paso de los años: la del sector energético.
En relación a este asunto se ha manifestado Ed Yardeni, fundador de Yardeni Research en su último post en su blog personal.
“Con la retrospectiva, ahora parece que el auge de la energía de los últimos años podría haber sido una burbuja, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo”, asevera.
“Los boom tienen una tendencia a convertirse en burbujas cuando atraen demasiado la renta variable y el capital de la deuda, lo que conduce a un exceso de capacidad”, explica Yardeni a lo largo de su escrito.
“Cuando las burbujas se inflan, también lo hacen los precios que atraen a todo el capital”, analiza el experto sobre la situación que atraviesa la industria energética. “Cuando el exceso de capacidad resultante conduce a la caída de precios, la burbuja estalla al mismo tiempo que el capital se seca”, añade.
“La característica clave del tulipán y otras burbujas, son las expectativas de que los precios de los tulipanes seguirán subiendo incluso cuando se producen más tulipanes”, argumenta.
“Una vez más, con el beneficio de la retrospectiva, ahora parece que el auge fracking es una burbuja financiada por inversores que buscan desesperadamente un mejor rendimiento disponible de bonos de alto rendimiento emitidos por las empresas de energía y los países”, destaca.
El gráfico de Estados Unidos más la producción petrolera canadiense parece un poco a la carta de papel comercial respaldado por activos en circulación antes de la crisis financiera de 2008”, concluye.