La criptodivisa no fue para nada ajena a la mega caída que los mercados globales padecieron en marzo de 2020. Pese a ello, su repunte ha sido vertiginoso y más allá de las expectativas. Creemos que una de las principales razones detrás de su crecimiento es su mayor adopción por parte de los inversores institucionales, así como el respaldo generado por los avances de la industria y un entorno general más favorable.
El crecimiento de la demanda institucional
El año pasado será recordado probablemente como el momento en el que los inversores institucionales incrementaron fuertemente su adopción. A medida que el ecosistema de mercado fue madurando, comenzó a haber un desarrollo en soluciones de grado institucional muy necesarias para el trading y la custodia de los activos digitales. Además, el mercado ha sido inundado por un sinfín de productos cotizados (ETPs) sobre Bitcoin, sobre todo en Europa, pero también en Canadá. Estos instrumentos representan para los inversores una forma simplificada de acceder a la mayor criptodivisa, permitiéndoles obtener una exposición a través de un instrumento tradicional, integrado en los sistemas existentes, pero sin tener que cargar con el coste clave de la gestión. Los ETPs sobre Bitcoin y los fondos cotizados (ETFs) han obtenido un crecimiento extraordinario al haber recibido inversiones superiores a los $900 millones el año pasado[2]. Otro aspecto clave en su mayor adopción institucional, ha sido el sólido crecimiento de la operativa en los mercados de futuros regulados, la cual asciende hoy a más de $3 mil millones[3] en volumen diario operado y supera los $2.5 mil millones[4] en el open interest de los futuros sobre Bitcoin de la CME[5].
Los avances de la industria alientan el optimismo
A lo largo del año, el optimismo se ha acentuado gracias al aluvión de noticias alentadoras provenientes del mundo corporativo, motivando a los gestores de cartera a analizar con mayor detenimiento a esta clase de activo. Es bien conocido que las empresas establecidas han hecho anuncios regulares en torno a los activos digitales, los cuales en general pueden clasificarse en tres grupos, tales como: aquellas empresas que señalan la voluntad de comenzar a aceptar pagos de Bitcoin en el futuro, aquellas que desarrollan servicios relacionados con criptodivisas y aquellas que invierten en Bitcoin a modo de incorporarlo en su patrimonio. Estas compañías no solamente están limitadas a las de la industria de los servicios de pago como Visa, Mastercard, Square o PayPal, sino también a gigantes como Tesla o Amazon.
La Covid-19 posibilitó una narrativa general favorable
La inversión también ha estado respaldada por un contexto macro. La pandemia provocó que muchas economías alrededor del mundo se contrajeran el año pasado, en algunos casos a niveles no vistos en siglos. A medida que las mismas se cerraron para prevenir la propagación del virus, los gobiernos se vieron forzados a tomar medidas para evitar y amortiguar el golpe económico. La liquidez inyectada por los bancos centrales de las economías desarrolladas alcanzó niveles sin precedentes, ampliando el espectro de la inflación. Asimismo, los gobiernos han acumulado cifras siderales de deuda para respaldar a las empresas y mantener, en la medida de lo posible, los empleos durante los confinamientos. Sin dudas que, en 2020, el Bitcoin tuvo su atractivo para una determinada clase de inversores dado el entorno de rendimientos reducidos, los riesgos de un incremento de la inflación y la incertidumbre respecto a la mayoría de los activos tradicionales.
El halving de 2020: una profecía autocumplida
Y, por último, otro factor potencial de incremento de su precio es la tasa a la cual se llevó a cabo su nueva reducción estructural de la oferta. El 11 de mayo de 2020, la recompensa del Bitcoin por la minería de bloques fue particionada. La recompensa por los bloques o “subsidio” consiste en bitcoins recientemente producidos y es el modo efectivo en que se emiten. La reducción regular de nueva oferta proporciona al Bitcoin una de sus características más apreciadas: su oferta finita. A este evento se le llama “halving” (partición) e indudablemente ha sido el más esperado del año. Los halvings han precedido las subidas históricas del activo y, por lo tanto, han fortalecido las perspectivas optimistas del mercado.
Esperamos que 2021 sea la continuación de las tendencias que vimos el año pasado. A medida que evoluciona el modo en que los gestores de inversión y los entes reguladores conciben a estos activos y los clientes finales se familiarizan más con ellos, creemos que cada vez más actores tradicionales comenzarán a incursionar en el Bitcoin generando una mayor demanda.
[1] Fuente: WisdomTree, Bloomberg. Al 14 de marzo de 2021.
[2] Fuente: WisdomTree, Bloomberg. Al 12 de marzo de 2021.
[3] Fuente: WisdomTree, Bloomberg. Al 12 de marzo de 2021.