Los datos recientes demuestran que tanto China como EEUU están contribuyendo al aumento de la deuda pública mundial en los próximos cinco años. De hecho, el nivel de gasto del país norteamericano sumergirá a otros países en importantes problemas, como mantener unos elevados tipos de interés.
De hecho, el FMI estima que, con las políticas actuales, la deuda pública casi que se duplicará hasta 2053. De ahí que el método seguido por EEUU y China en la gestión de sus políticas fiscales acabará generando profundos efectos en la economía mundial, además de riesgos importantes para las proyecciones fiscales de referencia en otras economías.
A fecha de 2 de enero de 2024, el Departamento del Tesoro de EEUU publicó que el monto total de su deuda pública superaba los 34,7 billones de dólares.
En otras palabras, la deuda asciende al 124% de su PIB, teniendo en cuenta que el PIB nacional es de 25 billones de dólares. Esta situación deja al país por debajo de la deuda y supone la suma de un billón más en cuestión de intereses cada 100 días.
Hay que tener en cuenta que los costos de intereses del gobierno de EE.UU se dispararon hasta los 659.000 millones de media durante el año fiscal 2023.
El país norteamericano parte de un gasto total de 6,1 billones de dólares (la Seguridad Social el 21% del presupuesto, Defensa el 13% del presupuesto y otros gastos el 65% del presupuesto).
En los últimos 10 años, el déficit fiscal del Gobierno ha seguido aumentando, con un ritmo de endeudamiento elevado. Si se analiza en un caso práctico, se calcula que cada estadounidense posee una deuda de, al menos, 100.000 dólares. De este modo, si cada familia aporta 1.000 dólares mensuales, la deuda se acabaría pagando a los 22 años.
Un año antes, en enero de 2023, la deuda del Gobierno federal de EEUU alcanzó el techo máximo de los 31,4 billones de dólares. A raíz de esta situación y, tras varios meses de intensos debates, el Congreso estadounidense aprobó un proyecto de ley para suspender su límite de endeudamiento hasta comienzos de 2025.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Los expertos aseguran que los elevados niveles de duda pública se corresponden con una mala praxis del gobierno de EEUU, que lleva mucho tiempo adquiriendo fondos mediante la emisión de Bonos del Tesoro.
El gobierno de EEUU emitió una gran cantidad de deuda con el fin de estimular la recuperación económica, provocando que el crecimiento fuese más rápido de lo esperado. La Reserva Federal ha mantenido la subida de los tipos de interés, aumentando el costo de pago de la deuda del gobierno de EEUU.
De seguir así, se espera que la deuda de EEUU aumente en más de dos billones de dólares al año.
Consecuencias directas a escala global
El hecho de que en noviembre se celebren elecciones presidenciales en EEUU, viene a demostrar la tendencia clara: gobiernos preocupados más por los intereses políticos inmediatos, independientemente de la salud fiscal a largo plazo. Todo ello ha repercutido en los sistemas de crédito de varios países gravemente.
En este sentido, el director del departamento de asuntos fiscales del FMI, Vitor Gaspar, aseguró que la política laxa de EEUU ejerce una fuerte presión al alza sobre las tasas de interés mundiales y sobre el dólar. Y es que presiona en exceso los costos de financiación en todo el mundo, incrementando tanto las fragilidades como los riesgos existentes.
El repunte en los rendimientos de la deuda pública de EEUU a largo plazo se asocia con repuntes similares de los rendimientos de la deuda pública en otras economías avanzadas y en desarrollo. Precisamente, son éstas las que sufren mayores consecuencias negativas en los tipos de cambio.
El aumento de los tipos de interés dificulta el nivel de vida de los hogares y de las empresas, que encuentran serias dificultades para acceder a servicios de préstamos. De ahí que se produzcan impagos y, por ende, pérdidas en bancos y prestamistas, aumentando la inestabilidad financiera.
El IPC en EEUU ha aumentado como consecuencia del incremento del gasto público impulsado por la deuda. De mantenerse elevada la inflación en EEUU, podría propiciarse una venta masiva de activos financieros, incluyendo acciones y bonos del gobierno en todo el mundo, lo que provocaría la subida de sus rendimientos.
Los riesgos de la deuda estadounidense
Según el FMI, los inversores exigen mayores rendimientos por tal de mantener Bonos del Tesoro de EEUU, algo que muestra una elevada preocupación por la inflación sostenida. A esto se le suma un futuro incierto en la política monetaria y la emisión adicional de deuda en la mayor economía del mundo.
Dicho esto, aunque la Reserva Federal bajase las tasas de interés a finales de año, los costos de financiación del gobierno de EEUU podrían no disminuir por el mismo margen. De este modo, habría menos capital disponible para los servicios públicos.
Si los inversores llegan a reducir su capital o a vender Bonos del Tesoro de EEUU, el dólar acabará sufriendo la presión de la depreciación, agravando la carga del pago de la deuda y generando serias dificultades de financiación para el gobierno nacional.