El Oro al contado superó los 2.000 dólares la onza la pasada semana y sigue por encima de esta cota, situándose en sus máximos de los últimos meses. El relato actual de los mercados, con un dólar más débil ante las expectativas de que la Fed comience a bajar los tipos de interés este año parece estar dando soporte al metal precioso, según explican los analistas.
“La debilidad del dólar estadounidense, unido a la percepción de un techo en las tasas de interés en EEUU, impulsó esta subida en noviembre”, explica Sergio Ávila, analista de IG. “Los datos económicos estadounidenses de crecimiento e inflación que se esperan esta semana tendrán un impacto clave en el mantenimiento de esta tendencia del oro por encima de los 2.000 dólares”, añade el experto.
El día clave podría ser en principio el jueves, cuando se publicará la lectura de octubre del índice de precios del consumo personal (PCE), que es la variable de precios más seguida por la Reserva Federal (Fed).
Pero más allá de cómo salgan estas cifras, “el oro se ha mantenido bien este año si se considera el entorno de tasas en el que hemos estado”, apuntan los analistas de materias primas de ING Warren Patterson y Ewa Manthey en un informe. “El aumento de las tasas ha pesado mucho sobre la demanda de inversión”, destacan, pero al mismo tiempo “las salidas de ETF durante gran parte de este año se han visto compensadas por fuertes compras de los bancos centrales”.
“Seguimos manteniendo una perspectiva constructiva sobre el oro hasta 2024 y esperamos que los precios alcancen niveles récord el próximo año”, señalan los analistas de ING Research. “Las expectativas de que la Reserva Federal comenzará a recortar los tipos hasta 2024 deberían hacer que resurja una mayor demanda de inversión en oro, mientras que las expectativas de un dólar más débil también deberían proporcionar un mayor apoyo”.
Actualmente, las expectativas de una flexibilización temprana de las condiciones monetarias por parte de la Reserva Federal han aumentado, con una probabilidad del 60% de un recorte de los tipos de interés a partir del mes de mayo.
“Este panorama de tasas más bajas reduce el costo de oportunidad de mantener oro, incrementando su atractivo como inversión”, abunda Ávila. “La expectativa de continuar esta tendencia alcista impulsa la confianza en que el oro podría seguir subiendo hasta alcanzar cifras entre los 2.048 (máximos del 11 de mayo) y 2.082 dólares por onza (máximos del 2 de mayo)”.
En el caso de que haya una rotura a la baja, Craig Erlam, de OANDA, cree que podría darse “una interesante batalla en los mínimos de noviembre en torno a los 1.930 dólares la onza”.
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