La digitalización de la economía y el auge de tecnologías como la inteligencia artificial, la computación en la nube o incluso el 5G han traído de la mano un notable incremento de la demanda y construcción de centros de datos, también en España. La ubicación estratégica del país, con acceso a varios cables submarinos que conectan Europa con América y África, le convierte en un hub atractivo para este floreciente negocio.
Los centros de datos activos en España estiman que sus clientes representan actualmente el 5% del VAB (valor agregado bruto) español. Entre los ejemplos se incluyen las principales compañías de seguros, de acceso a la nube (incluidas las rampas de acceso a AWS, Azure, Google e IBM Cloud), centros de interconexión de los principales bancos, el equipo de red para conectar las instalaciones públicas de I+D y el equipo de terminación de los sistemas submarinos.
En los próximos años se espera que la demanda de centros de datos continúe en ascenso. La Asociación Española de Centros de Datos (Spain DC), por ejemplo, prevé la llegada de inversiones por valor de 8.000 millones de euros al sector de los centros de datos de aquí a 2026, con un impacto en el PIB que podría alcanzar los 60.000 millones de euros.
Las cifras son mareantes, pero la gran duda es quién saldrá ganador de la liza en la que se han involucrado empresas de varios sectores. “Los centros de datos tienen unas necesidades muy concretas”, explica Borja de Castro, analista de mercados de BIG, que cita entre ellas los “terrenos de gran tamaño”. En ese sentido, “las grandes inmobiliarias entran en juego con el alquiler con rentabilidades muy superiores a la media por las características únicas de los terrenos, junto con la seguridad de baja rotación, ya que el coste de traslado y cese de actividad es alto, junto con la complicación de encontrar terrenos aptos”.
También requieren “sistemas de refrigeración específicos, junto con una gran infraestructura capaz de soportar las operaciones diarias, garantizando el correcto funcionamiento en los parámetros deseados por las compañías y cumpliendo los criterios ESG”. Y, por último, una “gran capacidad de red por la rama de ingeniería y electrificación”, lo que puede “generar beneficios crecientes de manera exponencial en los siguientes años para las empresas de energías renovables involucradas en los centros”.
“Está claro que es necesario incrementar el suministro de energías renovables para satisfacer la creciente demanda de forma sostenible”, apunta Paul O'Donnell, socio de Schroders Greencoat, que incluye esta tendencia “como parte de una necesidad más amplia de invertir en tecnologías para la transición energética que permitan un futuro con bajas emisiones de carbono”.
Hay que tener en cuenta que cuando los modelos de IA están en la ‘fase de entrenamiento’, aprendiendo a hacer predicciones y tomar decisiones basadas en los datos que se les han proporcionado, utilizan seis veces más energía que los usos computacionales no relacionados con la IA. En la ‘fase de inferencia’, cuando los modelos de IA entrenados extraen conclusiones a partir de nuevos datos y consultas, siguen consumiendo entre dos y tres veces más energía que las cargas de trabajo tradicionales.
La empresa de investigación SemiAnalysis estima que la capacidad crítica de energía de IT -es decir, la energía total disponible para hacer funcionar servidores, dispositivos de almacenamiento y equipos de red (aparte de los usos no informáticos como iluminación y refrigeración)- en los centros de datos a nivel mundial aumentará de 49.000 megavatios en 2023 a 96.000 megavatios en 2026.
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Las empresas tecnológicas y de servicios públicos “ya están invirtiendo mucho en este campo y se espera que se beneficien de estas tendencias en rápida evolución”, añade el experto de Schroders, “pero se necesita más capital, especialmente de inversores con un horizonte de crecimiento a largo plazo”. Además, “creemos que existen claras sinergias entre el sector inmobiliario tradicional y las inversiones en infraestructuras renovables básicas, lo que se traduce en oportunidades atractivas que pueden desbloquear valor a largo plazo”, destaca O'Donnell.
Oportunidades en la Bolsa española
Si se pone el foco en la Bolsa española, uno de los nombres señalados por los expertos es MERLIN Properties. “Merlin tiene en su porfolio la mayoría de los edificios tier A, por lo tanto, tienen cierta seguridad en su balance, como clientes empresas importantes, con estabilidad en los pagos y poca rotación”, destaca De Castro. “Sumando el posicionamiento en la compra y alquiler de terrenos para los centros de datos, pensamos que puede ser una nueva rama de negocio que cuadre con su modelo de negocio y puede producirle en el medio plazo un gran rendimiento”.
Un factor a tener en cuenta es que EEUU es el país por excelencia de los centros de datos, por lo que la presencia en ese mercado puede allanar el camino. ACS y Ferrovial, en el sector de las infraestructuras, al igual que Iberdrola en el sector de la energía, son algunos de los actores españoles que ya tienen esta parte del camino andada. “Consideramos que esto puede tener una gran relevancia para estas empresas, obteniendo una ventaja significativa sobre el resto de players a nivel nacional o europeo”, señala el analista de Banco BIG. Según añade, “el conocimiento, experiencia y contactos conseguidos en los proyectos en EEUU, los posicionan como los favoritos para su implementación en Europa”.
“Puede ser un factor determinante en estas y otras empresas no sólo en EEUU, sino también en la propia España”, abunda el analista independiente José Ramón Sánchez Galán. Por ejemplo, “Iberdrola traslada ahora estar trabajando en un proyecto que pretende adelantarse una vez más a las tendencias del mercado para capitalizar la demanda en España de estos centros, especialmente intensivos en electricidad”.
En lo que se refiere a ACS, en un reciente acto, el propio consejero delegado, Juan Santamaría, avanzó que la compañía cuenta ya en España con suelo desarrollado y listo para levantar y operar centros de datos con una inversión asociada de 12.000 millones de euros para los próximos 5 a 7 años. ACS cuenta con suelo desarrollado para construir centros de datos en todo el mundo con capacidad de 1,3 gigavatios (GW), con una inversión vinculada de 60.000 millones de euros. En concreto, el grupo es promotor de centros de datos en Virginia y Dallas (EEUU) y en Melbourne (Australia).
Además, tiene la intención de participar en la puja por Nabiax, la operadora de centros de datos del fondo de capital privado español Asterión (80%) con Telefónica (20%). La operación de Nabiax, valorada en hasta 1.000 millones, “encajaría con el plan de inversiones en centros de datos a nivel global”, destaca Sánchez Galán, y “le daría un nuevo impulso a sus planes para el codiciado mercado de Madrid”: Nabiax reivindica contar con el centro de datos más grande de España, en Alcalá de Henares, con más de 20 megavatios de potencia.
¿Habrá efecto Trump en el negocio?
Una duda que puede subyacer es si el relevo en la presidencia de EEUU tras el desembarco de Donald Trump puede suponer algún cambio en el sector. “La política proteccionista por parte de Trump puede impulsar a las pequeñas y medianas empresas relacionadas”, señala Borja de Castro, que apunta además “a la flexibilización en la normativa que ayudaría en la optimización del funcionamiento de los centros de datos reduciendo el coste de producción”.
El nuevo presidente ha prometido 20.000 millones de inversión extranjera para construir nuevos centros de datos, de la mano del multimillonario emiratí Hussain Sajwani y fundador de la empresa de desarrollo inmobiliario DAMAC Properties. La “primera fase” del plan se llevará a cabo en Texas, Arizona, Oklahoma, Luisiana, Ohio, Illinois, Michigan e Indiana.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que en una de sus últimas intervenciones en enero, el ya expresidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva para brindar apoyo federal a las enormes necesidades energéticas de este negocio, y de paso aumentar el proteccionismo en el sector. Así, las empresas que aprovechen terrenos federales para centros de datos de IA deberán comprar una “parte apropiada” de semiconductores fabricados en EEUU. La cantidad de compras requeridas se calculará caso por caso para cada proyecto.
José Ramón Sánchez Galán recuerda que, a pesar de que se estima que el mercado global de inteligencia artificial, incluyendo infraestructura y semiconductores, aplicaciones y servicios, crecerá casi 19% anual, hasta 900.000 millones de dólares para 2026, se momento “solo un pequeño número de empresas son las que más se benefician”. Es el caso de grandes proveedores de 'hiperescala' como Amazon Web Services, Google Cloud Platforms y Microsoft Azure o Meta, que acaparan 78% de la capacidad global de la nube.
“La cuestión es si las grandes compañías tecnológicas de EEUU saldrán más fortalecidas frente a sus posibles competidores de China dado el planteamiento exterior comercial que blindaría oportunidades de inversión china en EEUU, así como el sector de monedas digitales”, señala el analista independiente. Por un lado, “sí podría impulsar el crecimiento de estas y otras compañías estadounidenses, pero por otro, un fortalecimiento del bloqueo chino podría afectar negativamente a la inflación y a los tipos de interés y, por extensión, a la globalización del movimiento de flujos de capitales”.