Su fondo internacional, el Azvalor Internacional, logra desde su lanzamiento a finales de 2015 una rentabilidad acumulado del 11,4% frente a su índice de referencia que logra un retorno del 119,2%, lo que supone un diferencial del -7,8%. En el caso del Azvalor Iberia el retorno desde su inicio es del 10,6% frente al 7,9% de su índice de referencia, lo que supone un diferencial positivo del 2,7%. En lo que va de año, el Azvalor Internacional consigue una rentabilidad del 4,3% lejos del 19,2% que alcanza el índice al que está referenciado, mientras que su fondo de bolsa española y portuguesa pierde un 2,3% frente al 10,4% de su ‘benchmark’. 

Estas cifras están llevando a muchos inversores a perder la confianza en la gestora ‘value’ independiente: en lo que va de año los desembolsos en sus fondos ascienden hasta los 55,9 millones de euros, en línea con lo que está ocurriendo con otras gestoras nacionales que siguen la filosofía de inversión de Benjamin Graham y David Dodd. Magallanes sufre desembolsos de 95,5 millones, Cobas 24,7 millones y Bestinver 21 millones, según las estadísticas de Inverco de octubre. 

 

AzValor cumple cuatro años sin haber podido haber batido al mercado y con desembolsos de 56 millones en 2019

 

Sin embargo, Fernando Bernad apunta que están absolutamente absolutamente convencidos de que sus fondos “representan una oportunidad histórica, con un fuerte potencial de revalorización, y de que batiremos al mercado (que muy al contrario que nuestras carteras, nos parece que cotiza caro)”.

“Somos conscientes de que llevamos ya tiempo insistiendo en el mismo mensaje, y especialmente en este 2019 no salimos bien en la foto vs los índices. El ‘value investing’ logra rentabilidades extraordinarias pero exige algo a cambio, fundamentalmente mantener la convicción cuando el mercado parece llevarnos la contraria. Los períodos de rentabilidad por debajo de la del mercado son muy frecuentes. Si bien es cierto que el actual (y que afecta a la mayoría de inversores value de prestigio internacional) está siendo especialmente largo”, indica.

Azvalor explica que es algo generalizado entre los inversores en valor y no una cuestión únicamente de la gestora española. “Vemos como el índice ‘value’ lleva casi 9 años haciéndolo peor que el de compañías de crecimiento. Por tanto, el período que estamos viviendo ya es el más longevo desde el que comenzó en 1992 y culminó en 2000 con el estallido de la burbuja puntocom. Obsérvese que en los 10 años siguientes tras el pinchazo de la burbuja, el índice value hizo una rentabilidad un 8% anual mayor al índice de compañías de crecimiento, lo que supone un resultado acumulado 2,1 veces superior al final de período, en 2010”, añade.

La entidad fundada por tres ejecutivos exBestinver, asimismo, explica que desde 2011 es la primera vez que en períodos de 10 años la inversión en valor lo hace peor que la inversión en empresas de crecimiento y desde entonces la comparación sigue marcando un récord tras otro. Esto sucede, precisamente, coincidiendo con el comienzo de la expansión cuantitativa por parte de los principales bancos centrales. 

Esto ha hecho que la dispersión en valoración entre las compañías que cotizan más caras y más baratas es la mayor registrada desde hace 20 años. Entre los motivos que explican esto, según AzValor, se encuentra el fuerte crecimiento de la inversión pasiva, el creciente fenómeno del ESG (o responsabilidad social corporativa) y la ausencia de rentabilidad en el mercado de renta fija, que ha generado la búsqueda de “sucedáneos” en bolsa. “Este divorcio entre los fundamentales de las compañías y su valoración en bolsa no es sostenible a largo plazo”, defienden. 

Fe en las materias primas 

En este contexto, la gestora ‘value’ nacional tiene alta convicción en los mercados de materias primas, con alta exposición a compañías de uranio, crudo y gas, carbón, plataformas petrolíferas. Su otra gran temática de inversión es el transporte marítimo. 

“Tras diez años acumulados de bolsas alcistas y valoraciones récord, todavía es más relevante y especial que nuestras carteras coticen a valoraciones tan baratas. (...) Pero la desconexión entre la valoración y los fundamentales de nuestras compañías es incluso mayor que hace sólo unos trimestres, dado que apenas están reflejando la gradual pero evidente mejora en sus negocios, con la excepción de los sectores de mineras de oro y de transporte marítimo que sí han tenido un comportamiento en bolsa positivo. En algunos casos hemos visto, incluso, caídas en las cotizaciones con mejoras en los fundamentales”, indica Bernad. 

“Conocemos las tesis pesimistas de nuestras compañías. Fundamentalmente preocupa una recesión y/o una guerra comercial que dañe la demanda. No vamos a defender que seríamos totalmente inmunes a un escenario así, al menos temporalmente. Nos parece más probable, sin embargo, que gran parte de (o incluso todo) lo que pudieran dar de sí dichos escenarios estén ya descontados, dado el tremendo pesimismo que se desprende de las valoraciones a las que cotizan”, arguye.

En su fondo internacional sus mayores posiciones son la minera peruana Buenaventura Mining, el segundo productor mundial de uranio Cameco, la británica dedicada a la exploración de petróleo y gas natural Tullow Oil, la minera especializada en oro Barrick Gold y la cadena de supermercados polaca Eurocash.

En el mercado español y portugués sus mayores convicciones son Acerinox, Tubacex, Elecnor, la petrolera Galp Energía, el conglomerado minorista portugués Sonaecom y Meliá Hotels. Según apunta este viernes, Cinco Días citando fuentes del mercado, la gestora ha tomado posiciones en DIA al calor de su ampliación de capital.