En la apertura de esta más que complicada primera sesión bursátil de la semana el DOW JONES baja 1.110 puntos o un 2,85% hasta marcar 38.637,30 puntos, el S&P 500 retrocede un abultado un 4,13% hasta los 5.125,67 puntos y el Nasdaq OMX cede ya un 6,30%, en 15.710 puntos.
Los grandes índices de Wall Street vienen de una semana pasada que fue ya muy complicada para los inversores. El viernes, el Nasdaq completó su tercera semana consecutiva de pérdidas, lo que hizo que el índice se sitúe ya más de un 10% por debajo del récord establecido el mes pasado. El S&P 500 también registró una tercera semana consecutiva de pérdidas, con una caída acumulada del 2%. Incluso el Dow Jones, que había tenido un mejor comportamiento, rompió una racha de cuatro semanas de ganancias, bajando otro 2%.
El castigo se ha prolongado además en el resto de plazas bursátiles mundiales, con fuertes caídas en Europa pero sobre todo en Asía, donde el índice Nikkei 225 de Tokio ha caído un 12,4% en su peor día desde el “Lunes Negro” de 1987. La pérdida de 4.451,28 puntos del índice también fue la mayor en términos de puntos en toda su historia.
El índice VIX, una medida de la volatilidad del mercado, ha superado una lectura de 50 el lunes, frente a los 23 del viernes y los 17 de hace apenas una semana. Según FactSet, este es el nivel más alto que ha alcanzado en los últimos cuatro años, desde que marcó un máximo intradiario de 57,24 el 2 de abril de 2020, poco después de las medidas de emergencia de la Reserva Federal durante la pandemia de Covid 19. El VIX llegó a subir hasta 85,47 en marzo de 2020, según FactSet.
El VIX se calcula en función de los precios de mercado de las opciones sobre el S&P 500. Está diseñado para ser una medida de la volatilidad esperada durante los próximos 30 días y, a menudo, se lo conoce como el ‘indicador del miedo’ de Wall Street.
Las fuertes caídas de las bolsas llegan tras un decepcionante informe sobre el empleo de EEUU el pasado viernes que avivó los temores de los inversores de que la Reserva Federal cometió un error la semana pasada al mantener sin cambios los tipos de interés y de que la economía se encamina hacia una recesión.
A pesar del castigo, el S&P 500 está solo un 5,7% por debajo de su máximo histórico. El DOW JONES, un 3,9%. “Creo que estamos en ese período correctivo, pero aún creemos que la tendencia alcista del mercado está intacta”, asegura Keith Lerner, codirector de inversiones de Truist Wealth, en declaraciones a la CNBC. “Solo que va a llevar un poco de tiempo superar este tipo de período más agitado”.
En la agenda macroeconómica de este lunes destacarán el PMI Servicios de julio, pero sobre todo el ISM no manufacturero, que se conocerá con los mercados ya abiertos. La referencia, que sirve para medir el desempeño de las empresas de servicios estadounidenses, se espera que muestre un aumento a 50,9, frente al 48,8 anterior.
A la espera de estas referencias, los inversores siguen buscando refugio en la deuda del Tesoro, con los rendimientos de los bonos (que se mueven de manera inversa al precio) cayendo abruptamente. Si hace apenas una semana el bono estadounidense de referencia a diez años ofrecía una rentabilidad del 4,20%, hoy marca un 3,689% su nivel más bajo del año. El bono a dos años ofrece un rendimiento del 3,727%, su nuevo mínimo interanual.
Los inversores pueden obtener alguna idea de cómo procederá la Fed con los tipos de interés con las declaraciones que realizará la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, ante el Hawaii Executive Collaborative.
En el ámbito empresarial, las acciones de Apple caen más de un 9,5% tras el toque de campana tras conocerse que Berkshire Hathaway, el brazo inversor de Warren Buffett, se deshizo de casi la mitad de su participación en el fabricante de los iPhones el trimestre pasado.
En su presentación de resultados, el holding reveló que su participación en Apple iPhone estaba valorada en 84.200 millones de dólares al final del segundo trimestre, lo que sugiere que el Oráculo de Omaha se deshizo de un poco más del 49% de la participación tecnológica. Incluso después de la venta, Apple sigue siendo la mayor participación accionaria de Berkshire con diferencia.
Mientras, el mercado sigue cebándose con NVIDIA, que se desploma por encima del 10% en la apertura y eso que llega a este lunes habiendo caído ya un 23% desde sus recientes máximos históricos.
El castigo es generalizado, con fuertes caídas también para Microsoft, Amazon, Meta Platforms y Tesla. De hecho, los denominados 7 Magníficos van camino de ver como se evapora un billón de dólares de valor de mercado combinado en apenas una jornada.
Esta semana también continuará la temporada de resultados trimestrales, que de momento lleva un camino bastante sólido. Del 75% de las empresas del S&P 500 que han presentado sus resultados, un 78% ha sorprendido positivamente al mercado, según los datos de FactSet
Entre los nombres que desfilarán por la pasarela a lo largo de la semana figuran Walt Disney, Caterpillar, Costco, Eli Lilly & Co o Super Micro Computer, entre otros.
Este mismo lunes se han conocido las cuentas de Tyson Foods, que ha logrado batir las expectativas de los analistas y registra avances del 3% antes del toque de campana. Las ventas del empacador de carne estadounidense aumentaron un 1,6% hasta los 13.350 millones de dólares en el trimestre, en comparación con las estimaciones del mercado de 13.240 millones. Mientras, el beneficio por acción fue de 0,54 dólares, o 0,87 dólares ajustados.
La compañía sigue esperando que los ingresos del año completo se mantengan estables en comparación con el año fiscal 2023.
En los mercados de materias primas, los precios del petróleo caen este lunes, ya que el miedo a que EEUU entre en recesión parece pesar más que cualquier posible interrupción del suministro por las tensiones en Oriente Medio. El Brent de referencia en Europa baja un 1,20% hasta los 75,89 dólares por barril, mientras que los futuros del West Texas Intermediate reducen la amplitud de las caídas, hasta el 1,21% hasta los 72,64 dólares por barril. El Brent y el WTI cayeron más de un 3% el viernes, y vienen de encadenar su cuarta semana consecutiva de pérdidas, la mayor racha perdedora desde noviembre.
Ni siquiera el oro hace valer su reputación de activo refugio ante las turbulencias del mercado. Si normalmente el metal amarillo avanza a medida que los inversores buscan protegerse contra la volatilidad, hoy sin embargo sus futuros caen un 1,76% hasta los 2.426,80 dólares la onza. El oro al contado retrocede un 2,2%, en 2.390,75 dólares.
El precio del Bitcoin se hunde más del 18% hasta marcar 49.897,8 dólares, si bien suaviza las caídas tras haber llegado a situarse en 49.111,10 dólares, por primera vez por debajo de los 50.000 dólares desde febrero.
El euro en cambio sube fuerte frente al dólar, ante la debilidad americana, gana un 0,81% y se coloca al borde de las 1,10 unidades frente al billete verde. En concreto se cambia en las 1,0998.
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