Jerome Hayden Powell, el presidente de la Reserva Federal de EEUU se pondrá de nuevo bajo los focos este próximo miércoles, en la tarde noche española, para dar cuenta de las decisiones que, media hora antes, se hayan dado a conocer tras la reunión del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal de Estados Unidos (la FOMC en sus siglas en inglés).
No marcará un antes y un después porque ya desde noviembre ha comenzado el tapering, la retirada de estímulos, y aunque, ahora los periodistas están un poco menos cerca, ya que los encuentros son virtuales, a través de zoom, y solo los tiene delante de su pantalla, tendrá que someterse al escrutinio más importante: el de cuándo subirán los tipos de interés, el siguiente paso tras acabar con este nuevo periodo de liquidez masiva en el mercado a cuenta de la crisis pandémica, la decisión más importante para los mercados.
Ahora refrendado por Joe Biden, el presidente de EEUU para su segundo mandato, Powell lo tendrá un poco más fácil, a pesar de que desde la opinión pública de Estados Unidos le llueven las críticas a cuenta de la “transitoriedad” de la inflación con la palabra ahora retirada, cuando ya aprieta y mucho en los bolsillos de los norteamericanos durante demasiados meses.
Y, no solo por eso. También por los datos con la mayor inflación desde 1982 en todo aquello que los estadounidenses puedan comprar, tanto bienes como servicios. Nada menos que un 6,8% de tasa interanual al cierre de noviembre, que, además, descontando los elementos más volátiles, como los alimentos frescos, y sobre todo la energía, que se encarece a un ritmo del 33%, en su tasa subyacente alcanza el 4,9% su mayor ritmo desde 1991.
Con este panorama, tras una rebaja de 15.000 millones en las compras de activos en diciembre, se espera que en enero se duplique la retirada de adquisición de activos hasta los 30.000 millones de dólares, de forma que, el tapering imprima fuerza a esas compras de bonos de 120.000 millones anuales que ha mantenido la institución a cuenta de la crisis pandémica, para ayudar a la economía desde la política monetaria, desde marzo de 2020.
Y así acabar en marzo con el programa de compra. De esta forma la Reserva Federal acabaría con un balance de activos de 8,8 billones de dólares, doblando con creces el que tenía a cierre de 2020, antes de que comenzara la pandemia.
Y además esto abre la puerta a las tan temidas inicialmente subidas de los tipos de interés. La última encuesta de Reuters se decanta, entre los economistas consultados, porque el precio del dinero en EEUU se encarecerá antes de lo que se esperaba hace un mes, en el tercer trimestre de 2022. Y el gran riesgo, señalan, es que el incremento incluso se produzca antes.
La inflación es la que impulsa con fuerza esta creencia, a pesar de la situación a cuenta de ómicron del aumento de casos de Covid-19 en todo el mundo y del aumento de restricciones globales, en especial en Europa, lo que constata un nuevo rebrote de una pandemia que todavía no ha terminado.
Los economistas consultados por Reuters destacan que la FED aumentará en 25 puntos básicos para situarse en un nivel de entre el 0,25 y el 50% en el tercer trimestre del año próximo, al que le seguirían tres aumentos más, el cuarto trimestre de 2022 y en el primer y segundo trimestre de 2023 con la idea de que, para finales de ese año, los tipos de interés en Estados Unidos oscilen entre el 1,25 y el 1,50%.