De ida y vuelta. Así ha resultado NVIDIA que presentó en 2022 uno de los peores recorridos del mercado -quien lo diría- debido al movimiento a la baja de las tarjetas gráficas y a las ventas de un valor que muchos consideraban sobrevendido en el mercado. Y no es broma alguna, porque al cierre del pasado ejercicio, la compañía de Santa Clara cedía un 50% de su precio. Todo ello, con una de las evoluciones más estratosféricas que hemos visto en pandemia a lo que el mercado bursátil se refiere. De ahí, que, aun penalizando su precio a la mitad en 2022, las ganancias acumuladas de los últimos tres años superen el 323% para el valor.
Y vuelve a las andadas colocándose como el mejor valor del NASDAQ 100 y con grandes revalorizaciones, porque Nvidia, tiene la capacidad para volver a estar a la última en las tendencias innovadoras que se presentan. Desde esas tarjetas gráficas usadas desde los gamers hasta los usuarios de criptoactivos, y cuya subida exponencial de precio por su escasez, hizo las delicias de las compañías. También por la implementación de las posibilidades de sus centros de datos, pero también por su capacidad de adaptación hacia lo que llega.
Sus posibilidades, hace menos de un año, se movían en torno a metaverso y ahora se reconcentran en las utilidades y posibilidades de la IA, la Inteligencia Artificial en sus estadios más iniciales, que comienza a ser el nuevo maná entre los valores tecnológicos.
En su gráfica de cotización vemos que el valor supera tres sesiones a la baja, más por culpa de la Fed que por sí misma, con las ganancias superiores al 1% de ayer, que mantienen un recorte nimio del valor en la última semana, del 0,22%. En el mes, gana un 16,3%, mientras que, en el trimestre sube la friolera de un 88%, para alcanzar, en lo que va de año, una revalorización el 8,7%.
300 millones de dólares en capitalización, mientras se espera que la compañía, a punto de cerrar el primer trimestre del año, marque su mejor trimestre en dos décadas como calculaba estos días MarketWatch, un hito sin duda en los convulsos tiempos bursátiles que vivimos, no lo olvidemos.
Y por tanto la mejora de las recomendaciones sobre el valor sigue estando a la orden del día. Aunque con algún riesgo intrínseco, no lo olvidemos en el mercado, que, hasta ahora, ha pasado de puntillas sobre el valor: el efecto subida de tipos de interés en el mercado, la posibilidad de que la Fed retome su agenda de incrementos, que podría restar potencial al valor.
De otro modo, Bank of America se apresta a elevar el precio objetivo de sus acciones hasta los 310 dólares por acción. Su analista Vivek Arya destaca ese incremento en el PO desde los 270 anteriores, con la idea de que está en camino de establecer la infraestructura como servicio, con esa traslación por parte de Nvidia de cualquier modelo al universo digital dese el físico, con lo que asciende un gran escalón desde la mera perspectiva de ser una compañía de semiconductores.
Posibilidades mostradas por su CEO Jensen Huang, que ha dejado fascinado a los analistas de Bernstein, en especial por las nuevas ofertas de plataforma que ofrece Nvidia, para video, generación de imágenes, o modelos de lenguajes grandes. Así elevan hasta los 300 dólares su precio objetivo desde los 265 anteriores, mientras mantienen su calificación de sobreponderar el valor en el mercado.
Además, desde UBS, por ejemplo, han mejorado en apenas una semana, con sus novedades su precio objetivo, sin variar su recomendación de compra su precio objetivo: primero ha pasado a 270 dólares y después sus analistas Timothy Acuri lo ha elevado hasta 315 dólares, tras la conferencia de desarrolladores.
Desde TipRanks vemos que, de los 34 analistas que recoge su consenso, 25 optan por comprar, 7 por mantener y 2 más por vender en el mercado. En cuanto a su precio objetivo, alcanza los 274,81 dólares por acción, lo que deja un más que reducido margen de mejora potencial del 4% para sus acciones.
Los Indicadores de Fuerza Premium que elabora Estrategias de Inversión colocan a Nvidia en muy fuerte desde fuerte, nivel que mantiene tanto a medio como a largo plazo, ya desde finales del mes de enero. Con operativa de ruptura de resistencias y compra en soportes mientras que el riesgo que se presenta es de acumulación de excesos y figuras bajistas.