La incursión de Israel en el Líbano y el ataque con misiles de Irán a Israel han vuelto a poner en un primer plano las crecientes tensiones geopolíticas mundiales. Y no solo en Oriente Medio, tristemente un polvorín ya habitual. La guerra entre Rusia y Ucrania cumple dos años y medio, mientras que sobre Taiwán sigue bajo una amenaza sorda por parte de China.
A nadie puede sorprender que el gasto mundial de los gobiernos en defensa no haya parado de crecer en la última década. En la última cifra disponible, el gasto alcanzó los 2,44 billones de dólares en 2023, un aumento del 6,8% en términos reales con respecto a 2022 y el noveno aumento anual consecutivo, según un informe del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). Se trata del mayor incremento interanual desde 2009.
Por poner un ejemplo solo en EEUU el gasto en defensa aumentó de 721.500 millones de dólares en el año fiscal 2020 (antes de que el presidente Joe Biden asumiera el cargo) a un presupuesto de defensa nacional propuesto para el año fiscal 2025 de unos 926.800 millones de dólares. Es decir, un aumento del 28,5%.
Y aparejado a este gasto creciente en defensa, las empresas del sector también están viendo como sus cuentas de resultados y sus cotizaciones engordan sensiblemente. Un informe elaborado por Bank of America antes de los ataques a Israel muestra como en los últimos años el sector Aeroespacial y de Defensa ha ido ampliando su brecha de rentabilidad frente al S&P 500.
Máximos en Wall Street para los gigantes de la Defensa
Este comportamiento se refleja claramente en la cotización de Lockheed Martin, el gigante de la defensa que está detrás de los cazas F 35 o de los helicópteros Apache. Sus acciones han alcanzado un máximo histórico esta misma semana en 611,49 dólares después de que el contratista de defensa se haya disparado un 42,87% en el último año.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que esta espectacular subida ha sobrepasado las expectativas de los analistas. Si bien el consenso de analistas recogido por Reuters le da una recomendación de ‘comprar’ a Lockheed, el precio objetivo medio, de 549,51 dólares por acción, está muy por debajo de la actual cotización.
También se encuentra en máximos históricos RTX (antigua Raytheon), que acumula una espectacular revalorización del 80% desde octubre del año pasado. La empresa, con varias ramificaciones en defensa y seguridad, es una de las que facilitan el sistema Iron Dome con el que se defiende Israel de los ataques de misiles.
En este caso los analistas parecen pensar también que ha agotado su potencial, con una recomendación de ‘mantener’ y un precio objetivo de 116,94 dólares que está un 5% por debajo de los niveles actuales.
Northrop Grumman, mayor constructor mundial de buques de guerra, se encuentra asimismo en máximos históricos tras haber conquistado esta semana los 555,56 dólares, si bien su ganancia en el último año es algo más moderada (30%).
Los analistas le dan una recomendación de ‘mantener’ y un precio objetivo de 527,08 dólares que está por debajo de la actual cotización.
L3Harris, líder en sistemas de comunicación y defensa, todavía se encuentra por debajo de los máximos que alcanzó en 2022 tras haber acumulado una subida de más de un 52% en los últimos 12 meses. Los analistas todavía le ven un ligero potencial de algo más del 3%, con una recomendación mayoritaria de ‘comprar’ y un precio objetivo medio de 252,49 dólares, de acuerdo con los datos de Reuters.
Los valores europeos de Defensa: potenciales de doble dígito
Si se pone el foco en los valores europeos, es imprescindible hablar de la italiana Leonardo. La compañía se encuentra en cotas que no pisaba desde hace 25 años, tras haber subido un 65% en los últimos 12 meses, si bien está casi un 14% por debajo de sus máximos anuales de 24,59 euros de junio.
De cara al medio y largo plazo, los analistas le dan un potencial alcista del 17,7%, con una recomendación mayoritaria de ‘comprar’ y un precio objetivo medio de 24,86 euros por acción.
Las acciones de BAE Systems han subido un 34,4% desde octubre del año pasado, si bien han perdido algo de fuelle después de que en la primera mitad del año conquistase máximos históricos. La británica, segunda mayor contratista mundial de defensa, es bien conocida por su papel en el desarrollo del Eurofighter o del Harrier, si bien sus negocios van mucho más allá, incluyendo una alianza en la Fórmula 1.
Los analistas le ven un potencial del 10,5% en el medio y largo plazo, de acuerdo con los datos de Reuters. La recomendación es de ‘comprar’ y el precio objetivo de 1.438,65 libras por acción.
En la Bolsa española, Indra es prácticamente el único valor con una orientación clara hacia el sector de la defensa, que le proporciona un 25% de su Ebit, aproximadamente. La compañía, participada por el Estado en un 25% a través de la SEPI, ha subido un 34,5% desde los mínimos de octubre del año pasado. No obstante, está un 23,3% por debajo de los máximos de 22,04 euros de principios de junio.
Los analistas no solo creen que podrá reconquistar esta cota a medio y largo plazo, sino que irá un poco más allá. Según el consenso recopilado por Reuters, de media las casas de análisis que cubren al valor le dan un consejo de ‘comprar’ y un precio objetivo de 22,61 euros, lo que supone un potencial alcista del 33,7% frente a los niveles actuales.