Wall Street vive un 2024 de récord con máximos en bolsa que, si bien han sido la tónica general durante gran parte del año, se han hecho más evidentes a lo largo del último último mes, tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de EEUU. En concreto, el S&P 500 cotiza con alzas acumuladas del 27,5% en máximos históricos por encima de los 6.040, al igual que el NASDAQ 100, que sube un 28% en el ejercicio y se mueve en niveles de 21.160, y el DOW JONES, que el pasado viernes cerraba en máximos históricos en los 44.910 puntos tras un 2024 en el que ya gana un 19%.

Así las cosas, y cuando está a punto de cumplirse un mes de la reelección de Trump, ahora los mercados lidian con la incertidumbre de qué medidas proteccionistas anunciadas en campaña se van a implementar realmente. "Dentro de la inquietud propia que genera un presidente que juega con las amenazas de aranceles que podrían hacer saltar las relaciones comerciales sosegadas entre grandes economías y convertirlas en una guerra del “sálvese quien pueda”, podemos sacar alguna conclusión a futuro: parece claro que haga lo que haga, su objetivo último, el de Trump, será facilitar el camino a las empresas estadounidenses para que crezcan y generen más beneficios. Su carácter de empresario de éxito, al igual que el de sus colaboradores, nos hace pensar que, no sin daños colaterales, sus medidas impulsarán la cuenta de resultados del tejido empresarial norteamericano. Y ahí, como principales beneficiadas podríamos ver a las pequeñas y medianas empresas estadounidenses", explica la analista fundamental de Ei, María Mira.

El Russell 2000, índice ganador al calor de la victoria de Trump

Y es que, con la llegada de Trump a la Casa Blanca, las empresas estadounidenses se toparán con unos planes proteccionistas que se traducirán en aranceles a las importaciones y, por ende, afectarán al déficit y a las cadenas de suministro, con el consiguiente aumento de precios, pero también vivirán unos años de menor presión fiscal, teniendo en cuenta las promesas de generosos recortes de impuestos corporativos y políticas de desregulación. 

Además, las recientes amenazas de aranceles comerciales del presidente electo de EEUU hacia países como China, Canadá o México también han proporcionado un potencial impulso defensivo para el desempeño superior del Russell 2000 -índice que agrupa a las 2000 principales compañías de pequeña capitalización de Wall Street y que, a precios actuales, no incluye ninguna empresa con una capitalización de mercado superior a los 10.000 millones de dólares- frente al S&P 500 o el Nasdaq 100. ¿El motivo de ello? Las empresas del Russell obtienen cerca del 80% de sus respectivos flujos de ingresos internamente en Estados Unidos, mientras que, por ejemplo, el sector de tecnología de la información (que tiene la mayor ponderación de capitalización de mercado en el S&P 500 y Nasdaq 100) logra más del 55% de sus ingresos de unos mercados internacionales que podrían verse impactados por los efectos de aranceles comerciales más altos y un dólar estadounidense potencialmente más fuerte.

Vientos de cola para las pymes en Estados Unidos que ya han empezado a soplar. En este sentido, desde que Trump fue relegido presidente hace un mes, el Russell 2000 sube un 9,7%, tras batir varios récords; así, el pasado 25 de noviembre el índice de las pequeñas compañías americanas tocó un pico histórico por encima de los 2.435.

De esta forma, aunque el positivo efecto de la victoria de Donald Trump en las elecciones norteamericanas del pasado 5 de noviembre se ha hecho notar en todos los índices de Wall Street, no ha sido de igual calado. Así, el que más favorecido ha resultado en el mes ha sido el que representa a las 2.000 empresas de menor capitalización, que ha superado al S&P 500 y al Nasdaq 100: mientras el Russell suma ganancias cercanas al doble dígito, los rendimientos del S&P 500 (+5,8%) y del Nasdaq 100 (+6%) en los últimos 30 días son casi de la mitad. 

Eso sí, en el año, y a pesar de la pronunciada subida en lo que va de noviembre, el S&P 500 y el Nasdaq 100 se mantienen a la cabeza gracias al impulso de las grandes capitalizadas de Wall Street con repuntes del 28%, frente a un Russell 2000 que logra avances del 21% en el año.

Previsiones al alza

Con todo, el índice de pequeñas y medianas capitalizadas cotiza con prima respecto a su propia media histórica, pero también frente al S&P 500. "El Russell 2000 cuenta con un PER de más de 37 veces. La media del índice en lo que va de siglo se sitúa en las 27 veces, una vez que se elimina el efecto distorsionador del ejercicio 2009 y durante la crisis de las puntocom, donde este multiplicador se situó en valores superiores a las 100 veces; la prima rozaría de esta forma el 40%. Por su parte, el S&P 500 cotiza con un multiplicador de beneficios un 35% superior a su PER medio de los últimos 24 años, en las 18,6 veces, que dejan al Russell 2000 caro en el contexto actual y en relación a la media de ambos índices en lo que va de milenio. Con el incremento de beneficios que se espera de cara al 2025 el selectivo de las pequeñas y medias de Wall Street moderará este multiplicador hasta las 24,8 veces", según señala Bloomberg. El consenso de analistas considera en contra que el Russell 2000 ofrece más recorrido por delante sobre el parqué. Las firmas de análisis establecen su precio objetivo medio en los 2.805 puntos que implican un potencial superior al 15%. 

En este sentido, desde Bloomberg, el consenso de mercado espera que en el año que viene se refleje en un aumento de los beneficios que no ha podido darse en el año en curso. En concreto, el consenso espera que el Russell 2000 cierre 2025 con un beneficio por acción de 91,5 dólares por acción, lo que implicará superar en un 66,9% lo esperado para 2024 y, además, anotar el valor más alto desde 2006.

A nivel técnico, y pensando más en el corto plazo, Diego Morín, analista de IG España, señala que "la zona de soporte clave en el índice son los 1.640 puntos, un nivel donde se ha conseguido apoyar en varias ocasiones desde el pasado año 2022, creando una zona de acumulación importante para la demanda. Desde entonces, el índice se ha incrustado en una tendencia alcista desde noviembre del año 2023, cuando consiguió perforar la resistencia (ahora también soporte) de los 2.000 puntos. El optimismo que se está viviendo en la renta variable difiere (y mucho) de la situación actual, donde los resultados macroeconómicos y las tensiones geopolíticas podrían salpicar al mercado. Sin embargo, la rotura de los máximos del pasado 2021 abre la posibilidad de conquistar los 2.500 puntos".

Por su parte, José Antonio González, analista técnico de Ei, explica que "el nombramiento de Trump ha funcionado como claro catalizador para su estructura de precios, permitiendo al Futuro Mini Russell 2000 superar el área de resistencia secundaria o de medio plazo que identificamos en torno a los 2.341 / 2.305 puntos, reactivando de este modo su proceso alcista primario o de largo plazo. Simultáneamente, la superación de dichas resistencias activa una figura de continuación de tendencia, en forma de triángulo ascendente, habilitando la proyección de un objetivo mínimo de ascenso teórico en las proximidades de los 2.722 puntos".  A corto plazo, "hemos registrado un claro y típico movimiento throwback, esto es, probar anteriores resistencias, ahora convertidas en potenciales soportes, cuya confirmación obtendremos si el Russell logra superar a cierre diario los 2.477 puntos, escenario que seguimos priorizando como el más probable y que permitiría al índice bajo estudio continuar con su avance rumbo al objetivo mínimo". 

Por otra parte, el analista técnico de EI apunta que el contexto alcista priorizado en el Russell permanecerá vigente mientras el precio no demuestre lo contrario. "En este sentido, la perforación de los 2.181 puntos sería un claro movimiento de anulación de objetivos alcistas propuestos".

En el otro lado (que también lo hay),  más allá de lo que pueda subir el Russell 2000, no todos lo analistas están dispuestos a incrementar sobremanera sus posiciones en este índice, "por la reflación que se espera a cuenta de Trump", apunta Pablo García, director de Divacons Alphavalue. "Se ha producido un catalizador, un driver muy importante en los recortes de tipos de interés en EEUU por parte de la Fed, sobre todo esos 50 básicos en que los bajó. El Russell 2000 cogió muchas fuerzas tras ese movimiento. En términos relativos, para las compañías con un comportamiento menos sólido y con una capitalización inferior, esas bajadas son más importantes. Así que, ahora no pensamos que vaya a producirse ese efecto de trasvase de las Big Cap hacia las medium y small norteamericanas, como sí hemos visto hasta ahora con las rebajas de 75 puntos básicos. Si se pone freno a los recortes, también se producirá un freno en el trasvase hacia compañías de pequeña y mediana capitalización".

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