Las bolsas, en especial la norteamericana, llevan tiempo haciendo la digestión de la victoria de Trump. Desde que venciera el pasado mes de noviembre, los principales índices norteamericanos han tenido un comportamiento positivo dando continuidad al “bull market” que lleva instaurado desde hace ya más de ocho años.
Desde su triunfo se ha descontado el mejor de los escenarios: un plan de expansión fiscal que beneficiaría a la mayoría de las cotizadas y un programa de reestructuración de las infraestructuras estadounidenses que beneficiarían a la creación de empleo y a la expansión del crecimiento económico en territorio norteamericano.
Sin embargo, una de las principales cuestiones es qué es lo que hacen los mercados si observamos datos estadísticos en todas las legislaturas de Estados Unidos para poder visualizar todos los movimientos e intentar anticiparse a lo que puede estar por venir en los próximos cuatro años. Al menos como algo puramente orientativo.
En este sentido, la gestora americana Fidelity apunta en un informe que desde 1929 el índice S&P 500 ha subido una media anual del 14,7% cuando este partido ha ocupado la Casa Blanca, frente al 5,4% que se ha revalorizado bajo las presidencias republicanas. Esto, por lo pronto, perjudicaría al nuevo presidente entrante, dado que llega a la Casa Blanca a través del partido del elefante.
Un estudio de la Universidad de Princeton analiza esta diferencia explicando que los líderes demócratas del pasado siempre han dirigido el país durante periodos caracterizados por un petróleo barato, incrementos de la productividad y, en general, mejores condiciones económicas internacionales.
Sin embargo, el presidente entrante podría no tenerlo tan sencillo, puesto que se enfrentará a un escenario marcado por futuras subidas de tipos de interés, de hecho la Reserva Federal ha anticipado un mínimo de dos y hasta tres incrementos en el próximo año, bajo crecimiento económico, a pesar de las últimas mejoras por parte del FMI debido a la hoja económica de Donald Trump, y una agenda llena de incertidumbres geopolíticas.
Si nos centramos en los datos estadísticos lo que concretamos es que la media de los mandatos demócratas se han saldado con alzas de una media del 82%, en comparación con las subidas de casi el 47% de los republicanos.
Así, de las más destacadas del lado demócrata vemos como los periodos más alcistas en los mercados (Dow Jones) han sido los presididos por Bill Clinton (+225%), Roosevelt (+194%), y Obama (+116%). En términos de S&P 500, las revalorizaciones mayores también se dieron con los mismos presidentes y aunque el mismo orden: con Clinton del 208%; con Obama del 146% y con Roosevelt de casi el 85%.
Por parte del lado republicano la mayor subida del Dow Jones la presenciamos en la legislatura de Calvin Coolidge, en la que el Dow Jones avanzó un 264%. A estas alzas le siguen la revalorización de más del 130% durante el mandato de Ronald Reagan y al aumento de más del 120% en los ocho años de mandato de Dwight D. Eisenhower.
Pero, además, también es llamativo que desde 1897 hasta cuatro presidentes republicanos terminaron su legado con números rojos en los mercados. Fue el caso de William Taft, que cerró su mandato con unas caídas en el Dow Jones del 1,51%; de Herbert Hoover, que concluyó su presidencia con pérdidas de más del 83% en el mismo índice; de Richard Nixon, cuyo gobierno acabó con un descenso en el selectivo de más del 16; y por último, de Geroge Bush (hijo) con un retroceso para el índice de más del 21%.
En cambio, por la parte de los demócratas solo un presidente tuvo un balance negativo en los mercados. En concreto fue Woodrow Wilson, que atravesó la época de la I Guerra Mundial. Periodo en el que el Dow Jones se contrajo hasta más de un 7% (entre 1913 y 1921).