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    Plan de Previsión Asegurado

    Carlos Arenas.   Analista de fondos  de Estrategias de Inversión

    Plan de previsión asegurado

    Los Planes de Previsión Asegurados (PPA) son productos de ahorro diseñados específicamente para la jubilación. Funcionan como seguros de vida ahorro sin liquidez, ofreciendo una rentabilidad asegurada y beneficios fiscales similares a los de los planes de pensiones individuales. Estos productos fueron regulados con la reforma del IRPF, vigente desde el 1 de enero de 2003.

    La principal diferencia entre los PPA y los planes de pensiones radica en su naturaleza de seguro, lo que obliga a garantizar un tipo de interés mínimo hasta el vencimiento del contrato. Según la Dirección General de Seguros, el tipo de interés máximo garantizado actualmente es del 2.89%. Sin embargo, pueden ofrecer tipos superiores al mínimo en plazos más cortos, siempre que demuestren tener inversiones que respalden esta rentabilidad.

    Los PPA deben utilizar técnicas actuariales para establecer las condiciones del plan según la situación del asegurado. El contribuyente debe ser el tomador, el asegurado y el beneficiario de la póliza, es decir, la misma persona contrata el seguro, es cubierta por este y recibe las prestaciones. Además, pueden generar prestaciones de viudedad u orfandad en caso de fallecimiento del asegurado.

    Las aportaciones a los PPA se pueden deducir de la base imponible del IRPF hasta un límite de 8,000 euros anuales. Este límite puede incrementarse en 1,250 euros adicionales por cada año de edad del asegurado que exceda de 52 años, con un tope máximo de 24,250 euros para asegurados de 65 años o más. Estos límites se aplican a la suma de las aportaciones a planes de pensiones, mutualidades de previsión social y PPA.

    En resumen, los PPA son una opción atractiva para quienes buscan ahorrar para su jubilación con seguridad y beneficios fiscales, complementando otras formas de ahorro previsional.

    ¿Son lo mismo que un plan de pensiones?

    Los Planes de Previsión Asegurados (PPA) y los planes de pensiones son productos de ahorro a largo plazo diseñados para la jubilación, pero presentan diferencias significativas en su estructura, garantías y características fiscales.

    Los PPA son seguros de vida ahorro, lo que significa que tienen una naturaleza aseguradora e incluyen una garantía de tipo de interés mínimo hasta el vencimiento del contrato. Por otro lado, los planes de pensiones son instrumentos de ahorro e inversión sin carácter asegurador, basados en la acumulación de aportaciones que se invierten en distintos activos financieros. Esto implica que los PPA ofrecen una rentabilidad mínima garantizada por contrato, mientras que los planes de pensiones no garantizan una rentabilidad específica; el rendimiento de estos últimos depende de los activos en los que se inviertan las aportaciones y del comportamiento de los mercados financieros.

    Además, los PPA utilizan técnicas actuariales para establecer las condiciones del plan según la situación del asegurado. Estas técnicas ayudan a calcular las prestaciones futuras basadas en probabilidades de longevidad y otros factores. Los planes de pensiones, en cambio, no necesariamente emplean técnicas actuariales, ya que su objetivo principal es la acumulación de capital sin garantías explícitas de rentabilidad.

    En cuanto al rol del asegurado, en los PPA el contribuyente debe ser el tomador, el asegurado y el beneficiario de la póliza, es decir, la misma persona contrata el seguro, es cubierta por este y recibe las prestaciones. En los planes de pensiones, el titular del plan es quien realiza las aportaciones y recibe las prestaciones, pero puede nombrar beneficiarios diferentes para recibir las prestaciones en caso de fallecimiento.

    Ambos productos permiten deducir las aportaciones de la base imponible del IRPF con los mismos límites. Las aportaciones anuales máximas deducibles son de 8,000 euros, con incrementos adicionales de 1,250 euros por año de edad a partir de los 52 años, hasta un máximo de 24,250 euros para asegurados de 65 años o más.

    En términos de prestaciones por fallecimiento, los PPA pueden generar prestaciones adicionales de viudedad u orfandad en caso de fallecimiento del asegurado, mientras que las prestaciones por fallecimiento de los planes de pensiones se transfieren a los beneficiarios designados, pero no suelen incluir coberturas adicionales como las de los seguros.

    Respecto a la liquidez, los PPA son productos sin liquidez hasta el momento de la jubilación, salvo en casos excepcionales como enfermedad grave o desempleo de larga duración, similares a los planes de pensiones. Los planes de pensiones también tienen restricciones de liquidez, permitiendo rescates en situaciones excepcionales como enfermedad grave, desempleo de larga duración, jubilación o, desde 2025, aportaciones con al menos 10 años de antigüedad.

    En resumen, la principal diferencia entre los PPA y los planes de pensiones radica en la naturaleza aseguradora de los primeros, que incluye una garantía de rentabilidad, y en la estructura y manejo de las inversiones de los segundos, que no garantizan una rentabilidad fija. Ambos productos ofrecen beneficios fiscales significativos y están diseñados para apoyar el ahorro a largo plazo con vistas a la jubilación.

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