La volatilidad de los mercados podría aumentar a corto plazo, pero hasta ahora el impacto en los mercados mundiales ha sido limitado. Desde una perspectiva puramente de mercado, el impacto potencial más inmediato es la subida de los precios del petróleo y del oro debido al riesgo de interrupción del suministro de petróleo desde Oriente Próximo y a la búsqueda de refugios seguros por parte de los inversores, como la posesión de oro.
Las materias primas se encuentran inmersas en un rally, que tiene la particularidad de que ha llevado a muchas de ellas a batir en simultáneo su techo histórico de cotización. La semana pasada fue el oro, durante varias sesiones consecutivas, al que se unió el cacao. Además, esta semana las tensiones en Oriente Medio están impulsando el precio del barril de petróleo Brent, de referencia en Europa, en su nivel más alto desde octubre. Igual que el cobre, un termómetro habitual para medir la salud de la economía mundial: este metal cotiza cerca de su cotización máxima del 2023. Matthew Michael, director de inversiones de Schroders, analiza las oportunidades de inversión en materias primas a largo plazo, en un contexto donde las oleadas de inflación y los conflictos geopolíticos ganarán protagonismo
La inversión en materias primas no es una cobertura contra las caídas de los mercados bursátiles, pero puede aportar diversificación a las carteras y, con una perspectiva de largo plazo, proteger a los inversores en escenarios de inestabilidad geopolítica y aumento de la inflación. Parece que hemos entrado en una era de desglobalización y bifurcación geopolítica que ha reforzado significativamente el papel del oro como activo de reserva.