La confianza que nos ofrecen numerosas empresas españolas ha contribuido a la rentabilidad que han generado nuestras estrategias de renta variable global y europea desde que entramos en el mercado.
Uno de los cambios más importantes es nuestra propia concepción de los mercados emergentes. En el pasado, tenía sentido agrupar a varios países bajo la denominación «mercados emergentes», ya que muchos de ellos presentaban una escasa correlación con el mundo desarrollado. Por otro lado, el análisis de las empresas exigía unos recursos muy diferentes: había que ir a conocer personalmente las empresas y los países en los que se situaban, porque había muy poca información al respecto.