El mercado está condicionado por las restricciones a la movilidad en China y la debilidad de la demanda ante un retroceso de la economía global que comandan China, EEUU y la Unión Europea. De hecho, este mismo lunes China confinó a 65 millones de sus ciudadanos dentro de sus restricciones contra el Covid-19 y desaconseja los desplazamientos dentro del país en los próximos festivos nacionales.
La mayoría de los 21 millones de personas en la ciudad suroccidental de Chengdu estaban confinadas a sus apartamentos o complejos residenciales, mientras que en la ciudad portuaria de Tianjin se suspendieron las clases presenciales tras detectar 14 casos, todos asintomáticos menos dos, según recoge AP.
En lo que va de año, la madera acumula un descenso del 50,78%, el estaño un 45,46%, el cobre un 23,54%, la plata un 23,43% y el mineral de hierro un 20,51%. Caídas algo menos abultadas se ven en el aluminio que se deja un 18,22%, el plomo un 17,64% y un 15,13% el acero corrugado este 2022. En las últimas cuatro semanas, el estaño se deja un 12,9%, el mineral de hierro un 12,5%, el platino un 11,5% y el zinc un 9,6%.
Asimismo, los fondos de materias primas registraron salidas de patrimonio la semana pasada, la decimoséptima consecutiva, extendiendo su racha más larga de reembolsos desde 2013, apuntan desde Bank of America.
El coste medio de los fletes también cae
El Baltic Dry Index es el índice que mide el coste de los fletes marítimos de carga a granel que cubre hasta veinte rutas claves. Es el más antiguo y popular y tras haber alcanzado su máximo de una década en septiembre de 2021, el Baltic Dry Index acumula una caída 30,38% en las últimas cuatro semanas y del 51% en lo que va de año.
El índice se considera un indicador adelantado del mercado y se revela como un eficaz termómetro de la evolución de la economía mundial. En la medida en que la economía mundial se ralentiza o entra en depresión, se reducen los contratos de transporte de materias primas y en consecuencia el Baltic Dry Index desciende. Las recesiones son sinónimo de reducción del consumo, menor demanda de materias primas y una disminución del comercio mundial que impacta en las empresas navieras, al quedarse muchos buques amarrados en puerto.
El gas natural se dispara un 135%
Al mismo tiempo que esto sucede hay materias primas que viven un momento dulce. Las ‘commodities’ energéticas, por un lado, gracias a la guerra entre Ucrania y Rusia y a las sanciones impuestas por EEUU y la Unión Europea con el objetivo de prescindir de las importaciones rusas de gas natural y petróleo, y las agrícolas.
El gas natural se dispara en lo que va de año hasta un 135,66% y en las últimas cuatro semanas hasta un 9%. El petróleo, más dependiente del crecimiento mundial y menos alterado por la guerra, sube aunque mucho menos: el barril de Brent, de referencia en Europa, se revaloriza un 17,30% y el West Texas estadounidense un 15,50%.
Para encontrar cifras de rentabilidad positivas en lo que va de año hay que acudir a materias primas como el zumo de naranja (+37,66%), el arroz (19,26%), el maíz (12,22%) y la soja (6,07%) y el trigo (5,22%). En las últimas cuatro semanas, el café se revaloriza un 11,15%, el maíz un 9,14% y el algodón un 7,79%.
“La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha provocado un fuerte salto en el precio de algunas materias primas alimentarias y su impacto parece que será duradero. La evolución de los precios de algunas materias primas agrícolas ha sido espectacular desde que Rusia invadió Ucrania a finales de febrero. Además, creemos que estos precios se mantendrán en torno a estos niveles altos en el futuro inmediato”, explica Felix Odey, gestor de Global Resource Equities de Schroders.
“La demanda seguirá siendo elevada, mientras que la oferta continuará limitada este año y el próximo. Esta escasez de oferta y demanda puede incluso empeorar en 2023 y más allá. Esto se debe a que las imprevisibles pautas meteorológicas aumentan la incertidumbre de la oferta, junto con la posibilidad de que continúe la interrupción de la producción en Ucrania. Mientras tanto, es probable que los cultivos se produzcan con niveles más bajos de fertilizantes, tras las importantes subidas de precios y la interrupción del suministro en los mercados de fertilizantes como consecuencia de la guerra”, añade Odey.
La razón de las subidas de precios queda clara si tenemos en cuenta la importancia de Ucrania y Rusia como exportadores de alimentos y otras materias primas. El aceite de girasol y los cereales (maíz, trigo y cebada) han sido los más afectados en el aspecto agrícola.
Desde proveedor de ETF WisdomTree sostienen que las materias primas agrícolas pueden ofrecer una cobertura contra la inflación, al tiempo que ofrecen beneficios de diversificación. "El efecto dominó que la guerra de Rusia-Ucrania ha tenido va desde una interrupción de las cadenas de suministro hasta un incremento en los costes de los fertilizantes", subraya Aneeka Gupta, directora de materias primas y análisis macroeconómico de WisdomTree.
Desde la entidad británica apuntan que las materias primas agrícolas tienen varios catalizadores positivos a tener en cuenta como es el incremento del proteccionismo debido a la guerra de Ucrania -alrededor del 17% del mercado mundial de alimentos está sometido a restricciones alimentarias-, la mayor demanda de biocombustible que beneficia al maíz y aceite de soja, el aumento de los costes de los fertilizantes y unas condiciones climáticas adversas que pasan por fenómenos como los incendios y las sequías.