El vehículo eléctrico parecía llamado a ser uno de los grandes protagonistas de la transición hacia la economía verde, con una fuerte apuesta tanto de las empresas como de los gobiernos. Sin embargo, las ventas no están respondiendo a las expectativas y las compañías empiezan a frenar su inversión en este segmento ante las dudas sobre su rentabilidad. La falta de asequibilidad para todos los bolsillos, las opciones limitadas en el mercado actualmente y la ‘ansiedad de autonomía’ -el miedo a quedarse sin batería ni opciones de recargar- están lastrando al mercado, pero los analistas se mantienen optimistas en el medio y largo plazo.
Un informe de Bank of America pone de manifiesto que a pesar de la “ola de entusiasmo” por la electrificación del sector del motor, en la segunda mitad de 2023 en EEUU “hubo signos de una menor demanda de vehículos eléctricos, incluso cuando el mercado automotriz en general se recuperó”. Y ello a pesar de un “contexto de llegada de más modelos de vehículos eléctricos al mercado y de mejores incentivos gubernamentales a través de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA)”.
También los analistas de Goldman Sachs constatan “un bache” en las ventas de vehículos eléctricos en un momento en el que “los ejecutivos de los fabricantes de automóviles en EEUU expresan su preocupación por la rentabilidad de los vehículos eléctricos” y “mientras los subsidios a los vehículos eléctricos se reducen en algunos mercados europeos”.
Pese a ello, los analistas de Goldman esperan que los vehículos eléctricos representen casi la mitad de las ventas de automóviles para 2035. Pero para ello deberán superarse algunos obstáculos.
Uno de ellos, será el elevado precio de los vehículos. “Todavía parece haber una relativa falta de coches eléctricos asequibles para el mercado masivo”, destaca Bank of America, que pone de relieve, por ejemplo, que de los 62 modelos disponibles actualmente en el mercado estadounidense, solo 20 parten con un precio minorista inicial sugerido por el fabricante inferior a los 45.000 dólares.
Buena parte de los elevados precios se debe fundamentalmente al coste de las baterías, ya que “la ronda anterior de aumentos de precios de los metales para baterías ha aumentado la presión sobre las ganancias de los fabricantes de vehículos eléctricos”, añade Goldman Sachs. La creciente electrificación de la economía global requiere grandes cantidades de minerales, y la rápida electrificación que comenzó alrededor de 2020 “abrumó el mercado de los metales”, explica Nikhil Bhandari, codirector de Investigación de Energía Limpia y Recursos Naturales de Asia-Pacífico de Goldman Sachs.
Sin embargo, “ahora la oferta se está poniendo al día y enfriando el mercado de níquel y litio que se utilizan en baterías, que pueden representar un tercio del costo de un vehículo eléctrico”.
En unos meses, los precios más bajos de los metales deberían comenzar a llegar a los fabricantes de vehículos eléctricos. Goldman Sachs Research espera una caída de casi el 40% en los precios de las baterías entre 2023 y 2025, y que los vehículos eléctricos alcancen “niveles revolucionarios en términos de paridad de costos (sin subsidios) con los automóviles con motor de combustión interna” en algunos mercados el próximo año.
A más largo plazo, los analistas de firma estadounidense proyectan que los vehículos eléctricos representarán una proporción considerablemente mayor de las ventas de automóviles, alcanzando el 50% en EEUU y el 68% en la UE para 2030.
Ayudas públicas y tipos de interés
Entre los factores que apoyan a la industria se encuentran los subsidios gubernamentales. Las ayudas ya mencionadas de la Ley de Reducción de la Inflación de EEUU podrían impulsar el sector en el mercado interno estadounidense. En la Unión Europea, se espera que la política comunitaria, incluidos los objetivos de emisiones de CO2 del bloque para los automóviles y sus planes de prohibir las ventas de automóviles con motor de combustión interna para 2035, respalde la demanda de vehículos eléctricos, explica Goldman. Mientras tanto, el mandato de vehículos de cero emisiones del Reino Unido exige que el 22% de los automóviles sean eléctricos a partir de 2024 (aunque con cierta flexibilidad), “y los subsidios a los vehículos eléctricos se están ampliando en España y se están introduciendo en Francia”.
Eso sí, un factor a tener en cuenta es que el mercado es muy cambiante, ya que han surgido nuevos fabricantes de automóviles en todo el mundo (solo China tiene quizás más de 100 fabricantes de vehículos eléctricos) y los gigantes automovilísticos tradicionales se están reestructurando.
En ese sentido, las subidas de los tipos de interés han tenido también un efecto notable en el sector. A medida que las tasas de interés aumentaron en los últimos dos años y el costo del capital aumentó, los inversores se volvieron más reacios a canalizar dinero hacia nuevas empresas de vehículos eléctricos para ayudarlas a crecer en el largo plazo. “Probablemente nueve de cada 10 nuevas empresas están quemando dinero”, afirma Axel Hoefer, director general del grupo industrial de Banca y Mercados Globales de Goldman Sachs. “Y, de repente, estas empresas luchan por recaudar efectivo para continuar por el camino de desarrollo en el que se encuentran”.
El mercado espera, no obstante, que los tipos de interés comiencen a bajar en la segunda mitad del año.
Los híbridos llenan el hueco, de momento
A la espera de que los coches eléctricos retomen el impulso, de momento los que están cubriendo en buen modo la demanda son los vehículos híbridos, que suelen complementar los motores de combustión con la capacidad de conducción únicamente eléctrica. Los datos internos del Bank of America indican que la proporción de ventas de híbridos sigue aumentando para vehículos con precios inferiores a 50.000 dólares y, curiosamente, también para vehículos con precios superiores a 50.000 dólares.
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