No se asusten, al menos de momento, que no se van a quedar sin su taza (o tazas que es lo más normal) de café. Pero a futuro, por el encarecimiento de la materia prima, sí puede costarle mucho más de lo que paga ahora por ella en cualquier establecimiento, e incluso, el que toman en casa. 

De hecho, los avances empiezan a ser casi exponenciales tanto a uno como a otro lado del Atlántico. especialmente en Estados Unidos donde los precios del café siguen marcando niveles claramente desconocidos, marcando incluso, niveles que se veían en Nueva York desde hace nada menos que 47 años. 

Tres semanas sin parar de subir para futuros con vencimiento en marzo, que, solo en una sesión, han llegado a crecer en precio hasta más de 14 dólares, un 4,6% para el café arábica, la variedad más cultivada y que representa nada menos que el 75% de la producción mundial que se cultiva básicamente, en Latinoamérica, Asia y también en el este de África. Pero también es el más caro, por la delicadeza y fragilidad de sus granos que necesitan un ecosistema determinado, con mucha humedad, sombra y sol y tierra rica para conseguir su determinado y suave sabor y característico olor. 

De hecho, esta variedad es la que ha marcado cotas que no se registraban desde 1977. También suben con fuerza los precios relativos al café robusta, que representa el 25% restante de la producción mundial, más fuerte y amargo en sabor. Pero, en este caso, sus máximos alcanza de más de un mes y medio. 

Y este encarecimiento se debe a una razón fundamental: los problemas de suministro que aquejan a los principales productores globales. El tiempo manda y el impacto de El niño puede provocar que este aumento de precio se siga produciendo a futuro. 

El primer productor mundial de café, Brasil, se ha visto aquejado de sequía lo que puede reducir la producción y continuar con el aumento del coste de esta materia prima y desayuno fundamental de medio mundo occidental. Según se destaca, en Minas Gerais, donde se concentra la mayor zona de producción de café arábigo en Brasil apenas se ha registrado un 10% de lo que llueve habitualmente por estas fechas. 

Y sus proyecciones de producción se están reduciendo a la baja: 66,4 millones de toneladas métricas, desde las 69,9 precedentes que había pronosticado el Servicio Agrícola Exterior de EEUU. También sus inventarios, que podrían establecer para la campaña de este año y el próximo, una caída del 26% interanual. 

Pero no es sólo un problema que se concentra en Brasil, porque también ocurre en Vietnam, el segundo en el ranking mundial. Aquí las cifras mandan, con caídas de producción que ya se están produciendo en el último año, para alcanzar la menor cosecha de los últimos cuatro ejercicios con 1,472 millones de toneladas métricas.  

De hecho, sus proyecciones indican que la cosecha del año en curso también podría verse mermada, hasta el un 10%. De concretarse estas cifras marcaría su nivel más bajo en nada menos que una década. 

Pero hay más. Aunque los niveles de exportación de café en Brasil son muy elevados, solo en octubre alcanzó la venta al exterior los 4,9 millones de sacos ( y cada uno de ellos pesa 60 kilos), cifra que representa un récord para este mes, con crecimientos interanuales del 11,6% y un acumulado del año que crece por encima del 35%, los problemas logísticos siguen limitando las exportaciones, según un informe de Cecafé, la cooperativa líder de venta de café en Amazonas. Según sus datos, de ellos 2,1 millones de sacos, hasta el pasado mes de septiembre, no se han podido exportar. 

Desde Rabobank, su analista senior, Guillermo Morya destaca que "aumentan las preocupaciones sobre el establecimiento de esta floración y su efecto en el potencial de producción de 2025/26, que sin duda se ha visto afectado por el largo período seco y caluroso que afectó a los cultivos de café arábico hasta septiembre".

Todo ello aderezado por la depreciación del real brasileño, con precios al alza en octubre que marcaron incrementos a doble dígito, del 11%. 

Y más si tenemos en cuenta que, los posibles aranceles estadounidenses que impondría Donald Trump también se encuentran latentes en este mercado de materias primas.

Así se completa un panorama incierto para el precio de la taza de café que nos tomamos para desayunar cada día.