Si por algo ha destacado 2020 es porque, a pesar de la pandemia y todo lo que se ha llevado por delante, hay aspectos positivos en los que conviene pararse y pensar. Sebastián Velasco, Country Head Spain & Portugal de Fidelity reconoce que el hito de haber conseguido la vacuna, algo que habría llevado varios años, hace que “todos recordemos el 9 de noviembre. Se ha recuperado la confianza en las instituciones europeas debido a la forma tan contundente con la que han actuado y que es resultado de las lecciones aprendidas en 2008. Además, podemos hablar de cierto retroceso de los populismos, que han demostrado ser muy poco efectivos”.
¿Y si miramos a 2021? En la casa anticipan volatilidad aunque no tan alta como la que hemos visto en el año en curso y, sobre todo, estará condicionada por factores como el control de la pandemia, la efectividad y distribución de la vacunas y lo que ocurra con el control del Senado en EEUU. Desde Fidelity hay consenso en la idea de que los emergentes asiáticos serán los que mejor se porten y eso tiene que ver con una mejor gestión de la pandemia que se apoya en sistemas políticos distintos a los de occidente.
Están infraponderados en petroleras y bancos, sectores que se enfrentan a dificultades estructurales al tiempo que creen que la debilidad del dólar continuará como consecuencia de los fuertes estímulos monetarios. Un ejercicio donde lo importante será ágil y estar diversificado. Pero ¿dónde?
Infraponderan bancos y petroleras por problemas estructurales
Durante 2020 los inversores apostaron por un escenario económico optimista y una recuperación en forma de V gracias a los estímulos fiscales y monetarios. Sin embargo, “si el nuevo gobierno estadounidense llega a la conclusión de que no puede reemplazar la demanda con más estímulos durante los próximos meses, la probabilidad de recaída en recesión es mayor”. Un escenario en el que se dibuja otra letra, la K; donde las valoraciones “muestran una acusada divergencia entre los valores percibidos como ganadores y los desdeñados por los perdedores”, dice Romain Boscher, CIO global del área de renta variable de la gestora.
Un año, este 2020, en el que la rotación de activos que se esperaba tampoco se llegó a producir. “El hecho de que el conjunto de las acciones infravaloradas no consiga mantener el liderazgo podría deberse a los problemas estructurales de dos sectores: bancos y petroleras”.
Los bancos se enfrentan a un escenario de sobra conocido: bajos tipo de interés durante un largo período de tiempo en gran parte del mundo desarrollado. Un escenario que no les permite ganar dinero. Aunque se adentraron en esta crisis en mejor situación que la anterior “el volumen de préstamos morosos podría continuar si la pandemia continúa a lo largo de 2021”. Por el lado de las petroleras, también deben hacer frente a numerosas dificultades. “En crisis anteriores, los precios del petróleo estimularon las economías , pero el coronavirus ha perjudicado a compañías de viajes y ocio que podrían haberse beneficiado del abaratamiento de los combustibles. La política presupuestaria también está cambiando y las autoridades podrían apostar más por lo verde que en el pasado, lo que favorecería a las energías renovables”, dice Boscher.
Digitalización, sí pero hacia empresas de la nueva economía
Un entorno en el que la digitalización se ha acelerado a consecuencia de la pandemia. En este sentido, no todo vale. “Las empresas que cuenten con infraestructuras, como almacenamiento en la nube para absorber demanda adicional sobre sus sistemas, son las grandes beneficiadas”. En el otro extremo, están las compañías de la “vieja economía” con establecimientos físicos, como la gran distribución.
Un momento de cambio generacional entre viejos y nuevos sectores en los que se puede encontrar una gran cantidad de valores infraponderados, “sobre todo en sectores cíclicos como la industria y los bienes duraderos, que los inversores pueden tratar de aprovechar, especialmente en el caso de que la vacunación funcione bien y repunte la demanda”. Claro que siempre hay que tener cuidado con las empresas zombies aunque parezcan baratas.
En lo que respecta a los valores de crecimiento, sectores como la tecnología pueden parecer caros pero hay áreas de crecimiento de calidad que deberían comportarse bien a medida que las economías recuperen. En este contexto, “creemos que existen más oportunidades entre los valores de mediana y gran capitalización y menos entre los megavalores. Los inversores que quieran apostar, por ejemplo, por la tendencia de crecimiento de la tecnología podrían encontrar todavía acciones de este perfil con valoraciones más razonables fuera de EE.UU., especialmente entre las empresas alemanas y japonesas”-.
Asia, motor de la recuperación
Si hay una región donde la mayoría de expertos se pone de acuerdo que será la del crecimiento el próximo año esa es, sin duda, la región asiática. Primero por la gestión de la pandemia y después, por valoración. No sólo de forma directa, dicen desde Fidelity, sino indirectamente. “Aunque el conjunto de los mercados europeos podría no superar a EE.UU., Alemania es, por ejemplo, una economía cíclica y exportadora que está beneficiándose de la recuperación más rápida de Asia, especialmente de China, que ha rebotado rápidamente después de la pandemia y sigue actuando con decisión para contener nuevos brotes. Al mismo tiempo, Europa y EE.UU. han entrado en periodos de gran expansión del gasto público que están ampliando sus déficits comerciales con China, a pesar de los intentos por reducirlos. En recesiones anteriores, las economías exportadoras como las de Asia han acusado el descenso del comercio internacional”.
Estamos en un momento en que muchas economías asiática están en una mejor situación, como Indonesia, siendo capaces de poner en marcha medidas extraordinarias “para atenuar el impacto económico del virus”.
Todo ello con el foco en la sostenibilidad, un tema central en Fidelity. Beatriz Rodríguez Sanpedro, sales manager de Fidelity cree que no sólo es importante sino urgente especialmente en el tema climático pero no exclusivamente. “La gobernanza ha sido muy importante en esta pandemia poruqe ha sido el año de la disrupción y los consejeros que no se han sabido adaptar a esta cambio de paradigma han sufrido. Además, la parte social, que ha sido el ganador de todos estos cambios y con las empresas teniendo que demostrar que no sólo es importante centrarse en los accionistas sino en todas las partes implicadas en la compañía, como los proveedores, clientes…”.
Un tipo de estrategia que no sólo se busca un impacto positivo en el medio ambiente o en las compañías sino que además es más rentable. Desde la gestora aluden a un estudio propio que muestra que las compañías con mejores ratings de sostenibilidad se comportaron mucho mejor que las que tenían peor rating. La diferencia, dice esta experta, entre mejores y peores, es del 17% en el acumulado del año.