Si los mercados financieros globales han vivido un rally en este comienzo de año, eso sí bastante asimétrico con Europa como centro neurálgico de una recuperación que ponen en duda para todo el año algunas firmas de Wall Street ante lo que está por venir, Futuros del petróleo en general y el Brent en particular se está mostrando muy volátiles en su progresión en el mercado, que casi, con una tendencia bajista, han dejado en el primer mes del ejercicio.
Así, en su gráfica de cotización comprobamos con la evolución del Brent es casi lineal, con ligeros recortes en el mes de enero, aunque si descendemos al detalle, esa evolución casi neutral se desfonda con la fulgurante caída que el barril de referencia europeo presentaba el 4 de enero, con su mínimo anual en los 77,84 dólares por barril. De ahí escaló hasta sus máximos anuales de cierre del pasado día 23 en los 88,19 dólares, para descender a los niveles actuales, que rondan los 82 dólares por barril.
En su cotización vemos que el valor sube en el último mes un 3,64% pero es lo única métrica positiva para la materia prima. En la semana cae un 6,63% mientras los bancos centrales reducen su expectativa de subida de tipos, con caídas a plomo, del 13,5% en el último trimestre. En el año el recorte supera el 5% y, en interanual, dobla esa cifra hasta los 10%.
Y es que no hay ni de lejos un horizonte claro en la percepción económica global. La reapertura de la economía en China ha dinamizado en algunas sesiones la subida experimentada en el precio del crudo hasta rozar los 90 dólares el barril, pero se ve recortada en su camino por los tambores de recesión, que siguen destilando los bancos centrales, que justo esta semana, han vuelto a reivindicar, no solo con nuevas subidas de los tipos de interés, a pesar de su menor cuantía, sino también de su prolongación, al menos en la primera parte del año.
A esto se suma la posición de una OPEP+, que el miércoles, en su reunión de seguimiento virtual, en lo que denominan Comité de Seguimiento ministerial conjunto refrendaba lo ya descontado por el mercado: no hay cambios sobre las decisiones de diciembre. Dicen los expertos que no se producen movimientos para no convulsionar un mercado, que ya lo está en si mismo, ante la incertidumbre creada por las sanciones a Rusia. Pero sí analizaron, con detalles, por ejemplo, las implicaciones en el precio en una potencial escalada de la demanda rusa.
Algo que pone sobre la mesa en sus últimas previsiones Goldman Sachs, al entender que los precios del crudo se elevarán hasta los 100 dólares por barril en el tercer trimestre del año. Con dos asuntos que confluirán en ese momento. Por un lado, la reapertura económica China que alcanzará, en ese momento del año, su principal impulso y por el otro, el poder de fijación de precios de la OPEP+, que sí podría plantearse el reducir la oferta en beneficio del precio del barril.
Y es que, desde el banco de inversión estadounidense sí estiman que un repunte en la demanda global de este año, del lado asiático como prevén, superaría las estimaciones actuales de suministro, con lo que subiría el coste del barril. Estiman que el avance de la actividad en China se podría saldar con una demanda de 1,6 millones de barriles diarios.
Y luego, señalan, se muestra el caso ruso, como señalaba en Bloomberg Nikhil Bhandai de Goldman Sachs, al entender que la situación Europa ha pasado de un tope a los precios rusos a un embargo de sus productos, con lo que los refinados se prohibirán, gasolina incluida, desde este próximo domingo.
Pero Rusia ya toma cartas en el asunto: por un lado, le dice a Arabia Saudí esta misma semana que apoyará la estabilidad de los precios mientras coloca a bajo precio, en torno sus barriles donde quieren comprarlos, principalmente en China y la India, distorsionando de facto el mercado y sus precios.
De momento nadie augura cambios drásticos en esta situación actual de volatilidad en el mercado del crudo, que continuará, se espera sobre el papel, en los próximos meses.