El mercado de bonos soberanos chinos supone ahora mismo 13.000 millones de dólares y según sostiene la firma suiza Pictet AM la deuda china en divisa local representa una inversión atractiva en tiempos de turbulencias en los mercados. A pesar de un comienzo de año difícil por la volatilidad generada por la expansión internacional del coronavirus, el Año de la Rata todavía promete para la deuda en renminbi, que puede resultar sorprendentemente resiliente.
La rentabilidad a vencimiento de bonos del gobierno chino a cinco años es 2,8%, frente a 1,4% de los bonos del Tesoro de EEUU, -0,1% de los bonos japoneses y -0,6% del bund alemán. Más allá del retorno, Pictet AM defiende que este tipo de bonos aporta diversificación a las carteras: la correlación de la rentabilidad de bonos chinos en renminbi es de 0,34 respecto a bonos y acciones estadounidenses y europeos.
Los inversores internacionales poseen actualmente menos del 3% de esta clase de activo, pero el Banco Popular de China espera que esta cifra alcance el 10-15% a lo largo de la próxima década. China trabaja por dotar de transparencia y seguridad jurídica a su mercado de bonos alejándose de la imagen tradicional de intervencionismo que pesa sobre el gigante asiático.
Los inversores en bonos chinos también se deberían beneficiar de la posibilidad de que la divisa china cobre relevancia internacional. Esta tendencia estructural debería favorecer la apreciación del renminbi a largo plazo, lo que supondría una fuente adicional de rentabilidad. Desde Pictet sostienen que Asia ha evolucionado hacia una cierta convergencia en el uso de la moneda china, ya que los socios del país utilizan la divisa en sus relaciones comerciales.
El renminbi ya es la quinta mayor moneda de reserva del mundo y es previsible que las entradas de inversores privados se expanda a medida que otros proveedores de índices siguen a JPMorgan.
Otro de los catalizadores que ve Pictet es que China tarde o temprano experimentará déficit por cuenta corriente al consumir más de lo que produce. A medida que la población crece, su gasto total aumenta, especialmente en jubilaciones y sanidad. El gasto en pensiones lleva creciendo desde 2012 más rápido que los ingresos destinados a pensiones.
Además, el déficit medio anual de las pensiones chinas previsiblemente alcanzará 1,41 billones de RMB en 2050 frente a los 50.000 millones actuales. Para cubrir la diferencia, el país deberá recurrir a su ahorro, cuya caída esperada lo situará en el 40% del PIB de cara a 2030 frente a su máximo del 46%.
Cuando esto ocurra, el país deberá financiar ese déficit endeudándose más con el extranjero. Dicho de otro modo, pasará de ser exportador de capital a ser importador. Pekín, consciente de este cambio progresivo, ha adoptado medidas diseñadas para liberalizar los mercados de capital y atraer inversión extranjera.
Confianza pese al coronavirus
China es el país más afectado por el coronavirus. El acumulado de fallecidos hasta el momento en China se sitúa en 2.744 y el de casos confirmados en 78.497, según el último balance ofrecido por la Comisión Nacional de Sanidad. Pekín confía en tener el brote de coronavirus bajo control a finales del próximo abril. Si esto no ocurriese la renta fija china puede ser el refugio de los inversores asiáticos, al tiempo que las bolsas corrigen.
De hecho, uno de los patrones clásicos de comportamiento ante eventos inesperados en los mercados, como es el coronavirus, es la compra agresiva de deuda soberana, sobre todo en aquellos países con una mejor calidad crediticia como Estados Unidos y Alemania.
China ha sido el primer país en reaccionar de forma agresiva ante el coronavirus tanto desde el punto de vista monetarios como fiscal. El Banco Popular de China ha rebajado en dos ocasiones los tipos de interés y el gobierno ha anticipado la reducción de aranceles a la importación sobre productos por un valor cercano a los 80.000 millones de dólares, además de rebajar los precios energéticos.
Más allá de China, Pictet AM ve mucho potencial en los mercado emergentes, que actualmente representan un 59% del crecimiento del PIB global. “Están en una posición más fuerte que hace una década, con mejores saldos de cuenta corriente, aunque mayores niveles de deuda. Alrededor de dos tercios tienen inflación por debajo de objetivos de sus banco centrales y sus brechas de producción no se han cerrado. De manera que hay margen para nuevos recortes de tipos en un momento en que estas divisas están infravaloradas hasta 20% respecto al dólar”, explica Eugene Choi, especialista de deuda de mercados emergentes de Pictet AM.
La gestora suiza gestiona 9.800 millones de dólares en deuda de emergentes -5.000 en divisas locales, 4.000 en monedas fuertes y 800 millones en mixto-. Pictet AM gestiona bajo criterios ambientales, sociales y de gobierno (ASG) parte de sus fondos de renta fija emergente, ya que según Choi los asuntos ASG influyen en la trayectoria crediticia y hay que mirar más allá del PIB y fijarse en aspectos como el capital humano, clave para el desarrollo económico. “Una excesiva destrucción de recursos naturales daña el crecimiento potencial, mientras que la calidad de las instituciones mejora la resistencia. La integración de estos factores facilita evitar riesgos e identificar oportunidades”, subraya.
“Hay gobiernos que, en principio, no se les presupone propensos a estos criterios como la Brasil de Bolsonario, sin embargo Bolsonaro sí es promercado y eso tranquiliza a los inversores. Sobreponderamos rentabilidades reales a vencimiento atractivas y/o bancos centrales acomodaticios, como México y Rusia. En Asia buscamos alfa en algunas divisas”, indica Choi.