El ejercicio 2025 ha confirmado una tendencia que venía cobrando fuerza en los últimos años: el resurgir del sector de la defensa a nivel global. Diversos catalizadores han confluido para acelerar este cambio estructural en las prioridades estratégicas y presupuestarias de los Estados, situando a la industria militar en el centro del tablero geopolítico y financiero.
El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue siendo el principal punto de inflexión. Y es que, más allá de redefinir el equilibrio de poder en Europa del Este, ha obligado a los países europeos a replantear su dependencia histórica de Estados Unidos en materia de seguridad. En respuesta, potencias como Alemania han lanzado ambiciosos planes de rearme: Berlín ha anunciado unprograma de infraestructuras y defensa de 500.000 millones de euros para la próxima década con el objetivo de modernizar sus capacidades y avanzar hacia una mayor autonomía estratégica.
En paralelo, la OTAN ha elevado significativamente sus exigencias de gasto. Su nuevo secretario general, Mark Rutte, ha planteado un objetivo sin precedentes: que cada país miembro destine un 5% del PIB a gasto en defensa. Una cifra que, hasta hace poco, parecía inviable, pero que ya se discute abiertamente en varias capitales europeas. Para España, ese umbral supondría movilizar cerca de 80.000 millones de euros anuales, una auténtica reconfiguración de su estructura presupuestaria. Sin embargo, el Gobierno español ha marcado límites claros. El pasado 16 de junio, la ministra Margarita Robles confirmaba en Bruselas que España no irá más allá del 2% del PIB, tal y como establece el plan tecnológico anunciado por el presidente del Gobierno. Aunque no se opondrá al comunicado conjunto de la próxima cumbre de la OTAN en La Haya (24-25 de junio), ha dejado claro que el compromiso del 5% no será asumido por nuestro país.
A este complejo escenario se suma una nueva fuente de tensión: la escalada bélica entre Israel e Irán, que amenaza con desestabilizar aún más Oriente Medio. La situación podría tener consecuencias globales en términos de seguridad, suministro energético y flujos migratorios.
Además, la vuelta de Donald Trump a la presidencia de EEUU y la posibilidad de que se impongan aranceles a bienes de defensa afecta principalmente a los fabricantes estadounidenses, lo que podría, según Loredana Muharremi, analista de acciones para Morningstar, acelerar la consolidación del sector dentro de Europa y reforzar la autonomía estratégica del continente.
Con todos estos ingrediente, el "cóctel molotov" está servido: el gasto militar vuelve a escalar, las valoraciones bursátiles de las compañías del sector se revalorizan y los inversores redescubren el atractivo estratégico de la industria de defensa dentro de las carteras globales, reafirmando el papel clave de la geopolítica en los mercados financieros e impulsando un nuevo ciclo alcista para el sector del Viejo Continente.
Del rearme al rally bursátil
En este sentido, el índice Morningstar Developed Europe Aerospace & Defense ha registrado un avance del 54% en lo que va de año y, desde el estallido de la guerra en Ucrania, sus valoraciones se han triplicado, reflejo de un cambio estructural en la percepción del sector por parte de gobiernos, inversores e industria.
La tesis que sostiene este rally es compartida por analistas y gestores: el rearme ha llegado para quedarse, independientemente de un eventual alto el fuego o solución diplomática en los conflictos abiertos. Y esta nueva realidad supone una demanda pública sostenida, que convierte al sector privado en beneficiario directo de unapolítica de defensa más activa y permanente.
Rheinmetall lidera el avance
El principal exponente de este fenómeno es Rheinmetall AG. El grupo alemán, especializado en sistemas de armamento terrestre y munición, es el gran protagonista del año. Su acción se ha disparado un 183% en 2025, un rendimiento que no tiene parangón en el índice. Además, lejos de agotarse, el consenso de analistas de Reuters mantiene una recomendación de “comprar” sobre el valor, con un potencial alcista adicional del 7,1%, lo que demuestra la confianza del mercado en sus perspectivas de negocio y su capacidad para capitalizar los nuevos contratos de defensa.
Leonardo e Iveco: atractivo italiano
El grupo italiano Leonardo, proveedor de soluciones aeroespaciales, electrónicas y de defensa, también destaca con una revalorización del 85,7% en lo que va de año. Su potencial sigue siendo elevado: los analistas recomiendan comprar, con una expectativa de subida adicional del 10,1%. La compañía se beneficia tanto del rearme europeo como del creciente interés por tecnologías duales (civiles y militares) y sistemas de defensa aérea.
Junto a Leonardo, Iveco Defence Vehicles –filial especializada de la histórica marca de vehículos industriales– acumula un avance del 66,7% en 2025. A pesar de su menor tamaño relativo, destaca por su potencial de revalorización, el más alto de todo el panel: 15%, según las estimaciones del mercado. Con una recomendación clara de compra, Iveco se posiciona como una apuesta táctica de alto crecimiento dentro del universo de defensa.
Thales y Saab: rendimiento sólido
La francesa Thales Group, con fuerte presencia en sistemas electrónicos, satélites y ciberdefensa, también ha tenido un gran desempeño, con una subida del 78,4% en el año. Su potencial adicional se estima en un 6,6%, y los analistas recomiendan mantener una posición compradora. Su diversificación tecnológica y su peso estratégico en los ecosistemas europeos de defensa la convierten en una apuesta de estabilidad dentro del sector.
Por su parte, Saab, el grupo sueco conocido por sus cazas Gripen y sus sistemas de defensa submarina y aérea, ha registrado una imponente subida del113% en lo que va de año. Sin embargo, el mercado considera que este movimiento ha sido más que suficiente y que el valor habría descontado ya las expectativas de crecimiento a corto plazo: su potencial actual es negativo (-21%), lo que ha llevado a una recomendación de “mantener”.
Reino Unido: fuerza bursátil con menos recorrido
En el Reino Unido, dos pesos pesados completan el panel: BAE Systems y Rolls-Royce Holdings. La primera, con una subida del68,8% en 2025, recibe una recomendación de compra, aunque el mercado estima un potencial negativo del -4,5%. Su papel como contratista clave del Ministerio de Defensa británico y su exposición a programas internacionales le garantizan una base sólida de ingresos, aunque su cotización actual refleja ya buena parte de ese valor.
Rolls-Royce, por su parte, avanza un 57,8% en el ejercicio, apoyado en la recuperación de su división de defensa, además de su negocio aeronáutico. Sin embargo, su valoración actual ha superado las estimaciones de consenso, con un potencial del -5,5%, lo que sugiere que podría estar en zona de agotamiento técnico a corto plazo.
VALOR | % 2025 | Recomendación | Potencial |
Rheinmetall AG | 183% | Comprar | 7,1% (PO: 1.861,94 €) |
Saab | 113% | Mantener | -21% (PO: 386,29 SEK) |
Leonardo | 85,7% | Comprar | 10,1% (PO: 53,07 €) |
Thales Group | 78,4% | Comprar | 6,6% (PO: 263,71 €) |
BAE Systems | 68,8% | Comprar | -4,5% (PO: 1852,44 GBP) |
Iveco | 66,7% | Comprar | 15% (PO: 17,91 euros |
Rolls-Royce Holdings | 57,8% | Comprar | -5,5% (PO: 848,13 GBp) |
Valoraciones exigentes… pero con respaldo
No obstante, y a pesar de que algunas compañías, como Saab, Rolls-Royce o BAE Systems, cotizan por encima de su precio objetivo (lo que lleva a recomendaciones más prudentes), la visibilidad en ingresos y beneficios y el apoyo político creciente actúan como amortiguadores frente a eventuales correcciones.
Además, el atractivo del sector no es solo coyuntural: muchas de estas compañías están reforzando su cartera tecnológica, invirtiendo en soluciones de defensa aérea, inteligencia artificial y sistemas autónomos, lo que abre nuevas vías de crecimiento más allá del rearme convencional.