Este aumento del coste del dinero y la perspectiva de que sitúe los tipos de interés entre este año y el siguiente cerca del 3% está haciendo aumentar los rendimientos de las obligaciones del Tesoro. En concreto, este martes el interés exigido al bono estadounidense a diez años se sitúa en el 2,967%, aunque la semana pasada llegó a marcar niveles por encima del 3%, entre el 3,12% y el 3,15%.
En Europa, este movimiento también se ha visto claramente reflejado en todos los bonos soberanos: el ‘bund’ alemán ha pasado del -0,6% en 2020 al 1,01% actual, el bono español a diez años del -0,057% al 2,156% actual y el francés del -0,40% al 1,55%. En la eurozona, a diferencia de otras regiones y países todavía no se han subido los tipos de interés, aunque el mercado descuenta un primer aumento del coste del dinero en julio y antes de que termine el año incluso tres incrementos. La perspectiva está ahí y el mercado se está moviendo.
¿Estamos ante una oportunidad con estas cifras? “Estamos en un punto crucial para los mercados, desde Divacons Alphavalue llevamos meses pregonando en el desierto acerca de estar cortos porque el riesgo estaba en la renta fija. Tomamos decisiones en los fondos que asesoramos y en las carteras estando en corto apalancado del ‘bund’, es decir esperábamos que los retornos subieran al estar en el -0,4% y que el precio de los bonos cayeran con fuerza tanto en los bonos del Tesoro de EEUU como para el ‘bund’ alemán. Así ha sido y ha funcionado especialmente bien”, comenta Pablo García, director general de Divacons AlphaValue.
“Es cierto que los niveles por encima del 3% empiezan a suponer que la estrategia ya está hecha y hemos cerrado, de hecho, parte de las posiciones. Aunque pensamos que en el caso alemán, ya que Christine Lagarde todavía no ha movido tipos, el mercado ya está descontando tres subidas de tipos aunque Lagarde ha dicho que no va a tocar los tipos todavía. Nos parece increíble porque otros bancos como el Banco Central de Polonia subió un 0,75% los tipos, en Hungría o la República Checa los tipos ya están al 5% mientras que en la eurozona se sitúan en el 0% y los tipos a la facilidad de depósitos al -0,5%, lo cual es chocante. Aún nos parece que el ‘bund’ alemán puede caer en precio, por lo que aún creemos que no hay que comprar renta fija europea”, añade.
“La rentabilidad del 3% en el bono a diez años de EEUU podríamos decir que está en niveles neutrales y puede tocar niveles como el 3,12% o el 3,15% de la semana pasada, pero la estrategia de ponerse cortos ya estaría hecha. En renta variable, vemos como el S&P 500 acumula cinco semanas consecutivas a la baja, algo que no sucedía desde 2011. Hay pocos catalizadores positivos porque las revisiones a la baja de beneficios se van a suceder, también a nivel macroeconómico: no olvidemos el -1,4% del PIB del primer trimestre en EEUU”, insiste.
Por su parte, Rafael Ojeda, analista macro global de Fortage Funds, cree tampoco ha llegado la hora todavía de la renta fija soberana de los países 'core' de Europa y EEUU. "La renta fija es cierto que está subiendo la rentabilidad pero aún está muy lejos de la tasa de inflación y ha quedado bastante claro que la inflación está bastante descontrolada, al menos, en el corto plazo y va a ser muy difícil bajarla de esos niveles hasta el 2% que prácticamente parecen de chiste", valora.
La casi paridad del dólar contra el euro, sin embargo, hace que los inversores europeos más conservadores puedan tener una oportunidad en los próximos trimestres en la renta fija estadounidense. El euro se cambia a 1,05590 dólares. En el caso de los bonos soberanos europeos el BCE todavía no ha movido ficha, por tanto habría que esperar aún poco más acometer una gran inversión en obligaciones de gobiernos y la mayoría de gestoras ven más valor en bonos corporativos, ‘high yield’, bonos flotantes del sector financiero o ligados a la inflación y renta fija emergente.