Los gobiernos italianos tienen fama de tener vidas cortas y el que está actualmente en el poder es muy consciente de ello. Para cumplir alguna de sus promesas electorales, esperamos que el gobierno de coalición formado entre el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y La Liga implemente parcialmente su programa. Pero llevarlo a cabo debilitará aún más su posición fiscal. Y el punto de partida no es bueno, ya que los fundamentales italianos son débiles, debido a la combinación de una deuda pública elevada, una baja productividad y una lenta tendencia de crecimiento.
Por este motivo, creemos que los bonos soberanos italianos volverán a estar bajo presión una vez más durante este verano y recomendamos ser especialmente cautos con todo lo que esté vinculado a Italia.
En relación a la guerra comercial, no sabemos cuál será el final. Pero está claro que será negativo para el crecimiento global y dará lugar a un mundo con una menor cooperación en el futuro. La reciente devaluación del renminbi es un buen ejemplo de algunos efectos dominantes que tienen un impacto negativo en el crecimiento económico mundial.
Si nos atenemos a analizar las previsiones económicas, los últimos indicadores principales publicados muestran que la economía global está perdiendo impulso, excepto en Estados Unidos donde se espera que el crecimiento del segundo trimestre sea mayor. En lo que respecta al próximo año, las estimaciones de crecimiento del consenso de mercado de Bloomberg tanto para la zona euro como para Estados Unidos se han rebajado. Esto apunta a que los participantes del mercado están integrando progresivamente en sus previsiones una desaceleración del crecimiento.
Si unimos todas estas cuestiones –la inestabilidad política en Italia y su débil posición fiscal, las tensiones en el comercio global y las revisiones de crecimiento que se han producido- no supone un buen augurio de cara al futuro. Esta es la razón por la que pensamos que es apropiada mantener una cartera defensiva. Recomendamos tener una exposición a renta variable específica, aumentar la duración de manera selectiva, pero mantenerla por debajo de la del índice de referencia, y por último, vigilar cuidadosamente el riesgo de crédito.