El 2021 cerró con solo tres estrenos bursátiles en el Mercado Continuo español y 2022 no parece ir por mejor camino. ¿Cuáles son las previsiones para lo que queda de ejercicio?
De momento las previsiones son de cautela. Se suele hablar de que la volatilidad es el elemento que marca el número de debut o el interés en salir a bolsa. En cuanto al índice de volatilidad, normalmente se dice que por encima de 20 puntos es difícil que una compañía se decida a iniciar el proceso.
El viernes pasado el índice estaba entorno a los 26 puntos, por tanto, parece difícil que en estos momentos vaya a haber un gran número de compañías que se decidan a salir. En el momento en el que este índice baje un poco, quizá de cara al cuarto trimestre, puede ser que haya alguna compañía que se arranque a tomar la decisión.
Si bien es cierto, puede haber excepciones en determinados sectores o compañías con una tesis de inversión muy clara y con mucho interés por parte del mercado. Este puede ser, por ejemplo, el sector de las renovables. La semana pasada Opdenergy anunció su intención de salir a bolsa antes del verano, es cierto que con un ticket inferior al que intentó el año pasado, que a priori parece que van a intentar hacerlo con un inversor ancla que asegure el éxito del proceso. Puede ser que, si este proceso va muy bien, haya alguna compañía que se anime y el interés vuelva a surgir. Parece complicado que esto sea antes del verano y probablemente estemos pensando ya en la última ventana del año, en el cuarto trimestre.
¿Cuáles son los motivos de esta situación?
Recientemente en LLYC hemos publicado un informe sobre la situación del mercado de las salidas a bolsa en España y ahí, además de la volatilidad, hay otros elementos y variables que empiezan a surgir. El primero, el private equity, es decir, el capital privado ha entrado prácticamente en competencia con las salidas a bolsa, dan valoraciones más altas y además con procesos mucho más cortos de inversión. En una salida a bolsa las valoraciones van más ajustadas, el proceso es más largo y con mayor incertidumbre.
Además, está la competencia de los mercados internacionales. En España lo hemos visto en los últimos meses, compañías enfocadas en el sector tecnológico como fue AllFunds, que decidió salir en el mercado de Ámsterdam e incluso otras compañías han optado por fusionarse con SPACs y acelerar el proceso de debut como ha sido Wallbox.
En este sentido hay diferentes elementos que han impactado en la situación del mercado español, por no hablar de los tickets de las operaciones, que normalmente suele pasar que por debajo de los 400-500 millones de euros es complicado acceder a determinados inversores internacionales y en España algunas operaciones se han planteado por debajo de ese importe. Esto al final provoca que los inversores centren su atención en compañías con un ticket más amplio - que es lo que pasó el año pasado con Acciona Energía - y que compañías más pequeñas de Mid Market vean cerrada esa oportunidad.
Esto es lo que ocurrió el año pasado, pero esperamos que este año podamos, en el cuarto trimestre, luchar contra esa tendencia.
¿Qué sectores o qué tipo de compañías podrían estar mejor posicionadas?
Parece claro que lo que los sectores o las compañías mejor posicionadas son aquellas que ofrezcan una tesis de crecimiento, que se adapten a la nueva economía, que cumplan con criterios ESG y que tengan importantes cumplimientos en términos de gobierno corporativo. Hablamos del sector renovable, el sector health o farma y el sector tecnológico, aunque es cierto que hay determinados sectores más consolidados o maduros que generan altos niveles de cash flow que, como es el caso del sector financiero, que ante una potencial subida de tipos de interés se pueden ver muy beneficiados y ese miedo que ha habido con, por ejemplo, Ibercaja se pueda romper y podamos ver debuts de ese sector.
¿Cómo ha intervenido el capital privado en la Bolsa?
Es un elemento que ha frenado la inercia de las salidas a bolsa. Normalmente el capital privado da valoraciones mucho más altas. Si quieres exprimir hasta el último euro de la valoración de tu compañía, probablemente la bolsa no sea el entorno idóneo para debutar. Ahí estás hablando de compañías de mayor enfoque en crecimiento, que buscan mayor visibilidad, que cumplen con determinados criterios desde el punto de vista corporativo.
Aunque también hemos visto procesos de dual track en los que la dificultad a lo largo del proceso de debutar en bolsa ha castigado los procesos bursátiles frente al capital privado. La CNMV ha hablado varias veces de la necesidad de aligerar estos procesos para fomentar más el segmento de compañías cotizadas españolas. Es cierto que de momento han sido intenciones declaradas y confío en que, en los próximos meses, entre un esfuerzo de todos los actores, podamos facilitar este debut.
¿Cuál es el papel que puede jugar BME Growth en este contexto?
BME Growth es una puerta de entrada entre el sector privado y la bolsa, probablemente para compañías donde el paso del sector privado al Continuo es más agresivo. Este es un paso intermedio que facilita adaptarte progresivamente a los requisitos de gobierno corporativo y en el momento en el que tus necesidades de financiación sean más complejas te dan la opción de saltar al Continuo. Esto es algo que ha hecho Atrys, Grenergy, MásMóvil en su día… y son situaciones que vemos muy a menudo en otros mercados como el francés o el italiano.
En este sentido, BME Growth está cogiendo mucha relevancia y en los próximos meses o años veremos de manera habitual, en compañías que han entrado en el BME Growth, el paso al Continuo.