¿Qué escenario descuentan los últimos resultados de las compañías que tienen en cartera? ¿Cómo se han comportado durante el primer semestre del año?
Estamos en un escenario complicado, tal y como estamos viendo durante el último trimestre. Los flujos de dinero ya se habían movido durante 2021 hacia sectores mucho más cíclicos, que habían sido golpeadores durante el año pasado, parte de 2020 e incluso en ejercicios anteriores a la crisis del Covid. Hay movimientos de cortos, es decir, en muchísimos fondos alternativos estamos colocando posiciones cortas en muchas compañías de muy buena calidad. Además, estamos ante un auge también la gestión pasiva. Tenemos un escenario de una inflación muy por encima de la medio histórica de diez años, y tenemos el conflicto de Rusia y Ucrania que esperamos concluya en breve, pero tampoco tenemos mucha visibilidad en ello. En definitiva, tenemos un escenario que deja muchas franjas de miedo, hay muchos elementos que llevan a poner la incertidumbre sobre la mesa. Pero lo importante a día de hoy para nosotros es que nuestras compañías siguen generando márgenes operativos y crecimientos muy robustos; a fecha de 30 abril tenemos márgenes en crecimiento por encima del 25-30%. Recordar que desde Lonvia Capital invertimos en compañías que operan en nichos de mercados que tienen un componente anticíclico y que son de crecimiento estructural para las próximas décadas. Con lo cual estamos en un escenario central de ralentización, que es el que nosotros descontamos, pero no pensamos en la situación de 2008 o 2009; no vemos recesión en el corto o medio plazo, pero sí una ralentización de los beneficios empresariales. En cualquier caso, nuestras compañías han publicado unos resultados fantásticos, hemos tenidos sorpresas muy positivas en algunos de los casos y una cosa muy importante además es que los guidance para los próximos trimestres están siendo también muy robustos.
¿Existe una ventana de oportunidad para compañías de mediana y pequeña capitalización europeas después de las recientes caídas de mercado?
Es evidente que para nosotros, que sí tenemos compañías que en un contexto tan complicado como este siguen creciendo y aumentado sus márgenes operativos porque tienen un poder de fijación de precios estructural -no solamente temporal- y tienen baja deuda -con lo cual la normalización de tipos de interés no afecta de forma importante a su estructura de capital-, la cotización de estas compañías ha caído por todos los ruidos macroeconómicos y factores exógenos a su propio modelos de negocio. Evidentemente el PER de las compañías se ha desplomado, ya que cuando tienes los beneficios empresariales aún al alza y tienes un precio cayendo, la valoración se desploma. Con lo cual, a día de hoy, nuestra cartera está al 50% de PERes inferiores a lo que estaba en noviembre del año pasado y si estás invirtiendo en calidad, crecimiento estructural e impacto positivo con una visión de medio-largo plazo, para nosotros es una clara ventana de oportunidad. Además, invertir que las pequeñas y medianas compañías en Europa es el mejor segmento para estar expuestos a la innovación, digitalización, temáticas y nichos de crecimiento estructural que nuestra sociedad va a seguir demandado para los próximos años. Las pequeñas y medianas capitalizaciones tienen muchas ventajas, no solamente son diversificadores naturales, no solamente tienen un binomio rentabilidad-riesgo más atractivo, sino que luego son compañías que están inmersas en nichos y temáticas que van a funcionar muy bien para las próximas décadas.
¿Qué tipo de compañías debemos tener en cartera ante un entorno como el actual?
Desde Lonvia Capital creemos que es muy importante que tengan tres características clave en este entorno. La primera, poder de fijación de precios porque, ante un entorno de inflación, es muy importante que las compañías pueden trasladar ese incremento de costes a sus márgenes operativos; en este sentido, nuestras compañías crecen en torno a un 15-25% en en términos de márgenes, con lo cual han podido triplicar la inflación que hoy vemos en torno a 7-8%. La segunda es una baja deuda, es decir, compañías que en su balance se vean reflejados los deberes y balances saneados; invertimos en compañías que refinancian su crecimiento para los próximos años a través de sus beneficios netos y no a través de financiación externa, con lo cual una normalización de tipos de interés, es decir, un incremento en el coste de la deuda, no afectaría a su modelo de negocio. Y la tercera es invertir en empresas con valoraciones razonables y no sobrepagar modelos de negocio inflados matemáticamente.
¿Qué rol juegan las compañías de pequeña y mediana capitalización europeas en la cartera del inversor español? ¿Por qué deberían jugar un rol estructural en las carteras?
Estamos observando que el segmento de pequeñas y medianas capitalizaciones, tanto en Europa como a nivel general, está incrementándose en la cartera del inversor español. Tenemos un reto por delante y es que ese inversor pueda ampliar sus miras de inversión, es decir, pasar de ser un inversor cortoplacista a ser un inversor medio y largo placista, característica clave para poder estar invertido en pequeñas y medianas capitalizaciones. Y la realidad es que esa parte de la cartera en pequeñas y medianas compañías por parte del inversor español se está ampliando por varios motivos: porque se está entendiendo que debería ser una parte de la cartera de inversión estructural por ese binomio rentabilidad-riesgo mucho más atractivo, porque en el segmento de pequeñas y medianas capitalizaciones hay una diversidad enorme de modelos de negocio, y porque tienen una exposición a historias individuales capaces de crecer y convertirse en esos campeones del mañana que justamente son las compañías que en Lonvia Capital buscamos, y que, en definitiva, son esas compañías capaces de jugar un rol de liderazgo global en pocos años a pesar de tener capitalizaciones pequeñas y que puedan consolidarse en una dinámica o nicho de mercado de crecimiento estructural para las próximas décadas.