Los intereses varían de unos países a otros y el volumen de vencimientos es mayor en países europeos porque el mercado también es mayor. España está entre los países penalizados – junto a Italia y periféricos- por varias razones: el déficit español es de los más altos, todavía no hemos sido capaces de reducirlo de forma significativa,
además estamos en una economía con pocos mimbres todavía para crecer a medio/largo plazo. Es algo que los mercados valoran en gran medida y eso se debe a que somos una economía penalizada por la resaca de la burbuja financiera de hace unos años que en nuestro país vivimos más que otros Estados por la burbuja inmobiliaria y el exceso de crédito.
Hay dos grandes riesgos en el horizonte muy importantes y que tienen que ver con la política fiscal. Uno de ellos está en Europa y el otro en Estados Unidos En el primero, la incertidumbre es menor porque la voluntad de ajuste está sobre la mesa. En cambio, en Estados Unidos hay mayor incertidumbre porque hay muchos resutlados posibles en relación con el ajuste fiscal que se ponga en marcah el año que viene. Si no hay acuerdo político, el ajuste fiscal automático de recorte de gastos y subidas de impuesto, podría suponer más del 4% del PIB y, por consiguiente, un menor crecimiento y recesión en Estados Unidos. Sin embargo, la claridad del mal es tan evidente que lo lógico es que haya algún tipo de acuerdo para reducir el impacto. La duda está en saber hasta qué punto se reducirá. Podría
A corto plazo el euro podría tener algún episodio de apreciación, de la mano de una petición de rescate de España y obviamente podría tener también un momento de apreciación si no hay acuerdo en Estados Unidos. Pero considerando que sí llegará, el euro podría ser algo más débil.
Sin duda será un momento favorable para activos de riesgo, y en concreto activos de riesgo en dólares porque se uniría a un contexto económico con algunas señales en el sector de la vivienda y consumo que apuntan a que el desapalancamiento de las familias sería menor.