El margen neto del Ibex es un pírrico 7,7% y aun así quieren confiscarlo


Las voces que lo denuncian no son capaces de ir más allá de la cantidad, ignorando la rentabilidad, o lo que es lo mismo, la calidad del resultado. La del Ibex es del 7,7%, como explicaremos, es decir, ni mucho menos para tirar cohetes. Es la tasa que sale de dividir el beneficio neto sobre la facturación. Si fuera un poco más baja, sería similar a la del activo libre de riesgo, por lo que entonces no tendría sentido ser una empresa, ni invertir en ellas

Evidentemente, esto viene a colación de las amenazas proferidas por esas comunistas furiosas que tenemos en el Ejecutivo o en el partido que apoya al Gobierno: Ione Belarra, Irene Montero o Yolanda Díaz (junto a algún miembro más menos significativo de Podemos o Sumar), que amenazan con proponer una ley que confisque el 50% del beneficio del Ibex 35 . Dicho en TVE, no en un fanzine anarquista. 

Suena a chiste y no habría que darle muchas vueltas si fuera un partido marginal, de esos que sacan representación pírrica (o ni eso) y hacen del frikismo su estrategia para llamar la atención, pero estamos hablando de socios de Gobierno que colocan sus decisiones como leyes, a cambio del apoyo al Ejecutivo. Todas las ideas delirantes y destructivas que han lanzado como aparentes globos sonda se han llevado a cabo. Ya saben: desde la tasa a las transacciones financieras, al fin de las sicav, la defunción de los planes de pensiones privados, el impuesto a las fortunas by the face, a la banca, el de solidaridad… Todo, medidas anti market, anti ahorro, anti inversión y contra la economía

Que, por supuesto, no sólo erosionan al Ibex en cuestión, sino a millones de ahorradores. Personas particulares, que tienen el patrimonio, fruto de su trabajo, invertido en los mercados, de manera directa o indirecta, a través de fondos de inversión, seguros, pensiones… Muera el ahorro. 

Veamos las cifras. La ex ministra Belarra, licenciada en psicología y sin presencia conocida en la empresa privada, denuncia que las Ibex ganan “muchísimo”: 40.000 millones de euros y hay que quitárselo con ese impuesto en cuestión, nada menos que del 50%. Como si ganar dinero fuera algo malo, insistimos. 

Las Ibex ganaron en 2023 49.000 millones, no 40.000. Su facturación fue de 639.774 millones, por lo que el margen neto, es decir, beneficio sobre facturación, es del 7,7%, como se ha apuntado. El tipo de interés a finales de ese ejercicio estaba en el 4,50%. Las principales empresas mejoraban ese rendimiento por tres puntos porcentuales y poco más. O sea, inversiones mil millonarias, cientos de miles de empleos, un montón de dificultades… para obtener un poco más que una Letra del Tesoro o una cuenta remunerada

Ese es el dato que interesa, el que refleja el rendimiento de un negocio. Todo, según información de la CNMV que, además, aclara que el Ibex es el 10% del PIB y el 7,1% del empleo de España. Pequeños detalles sin importancia; como para seguir atizándoles. 

¿Recuerdan aquellas eléctricas de antaño, esas cajas de ahorros, llenas de beneficios sociales? Con luz gratis para empleados y familiares, viviendas para la plantilla, ayudas a la escuela, créditos al 0%, comedor en las instalaciones... ¿Tenían lugar porque sus directivos eran comunistas? No, se concedían porque las empresas apuntadas gozaban de un enorme margen

Sigamos. No tiene desperdicio el documento Contribución Tributaria Total del Ibex en 2023, de PWC; la famosa 'Jaus Waterwach Cúpers' que tanto enfadaba a Pablo Iglesias pero que, hombre, algo de números saben. Al loro: 

La Contribución Tributaria Total (CTT) del Ibex 35 en 2023 ascendió a 54.171 millones de euros, de los cuales, 20.067 millones de euros fueron impuestos soportados y 34.104 millones de euros impuestos recaudados. En términos comparativos, la CTT del Ibex 35 ha aumentado 1.614 millones de euros, lo que representa un 3% respecto a 2022, aumentando los impuestos soportados en 3.798 millones de euros (23%) y disminuyendo los recaudados en 2.184 millones de euros (6%)”.

O sea, sube la Contribución pese a la caída de los impuestos recaudados, vinculados a la actividad económica. Pero como se han incrementado los soportados (e inventados), la extracción a las compañías aumenta: 

Las nuevas figuras impositivas introducidas durante el ejercicio 2023, en concreto, el gravamen temporal energético, el gravamen temporal de entidades de crédito y establecimientos financieros de crédito han tenido un impacto relevante en la contribución tributaria del Ibex 35”. Dicho de otro modo: menos negocio, pero más impuestos

Por supuesto, las compañías del selectivo índice pagan más al fisco que dinero ganan, pese a la denuncia de los socios de Gobierno, que quieren, también, confiscar la ganancia.

Concretamente, tributan más del doble que el total del vilipendiado dividendo: 

Si comparamos la cifra de Contribución Tributaría del Ibex con los dividendos pagados por este mismo grupo durante el ejercicio 2023, el valor distribuido a la Hacienda Pública por este grupo de empresas es 2,68 veces mayor al valor que distribuyen a sus accionistas”. (Nótese que PWC ‘descrema’ el dividendo Ibex, frente el de toda la Bolsa de Madrid, de 27.400 millones en total, tal como informa Bolsas y Mercados Españoles. Los datos de PWC permiten deducir un ‘dividendo Ibex’ de 20.213 millones).

Visto esto, sólo cabe asumir que las denuncias de los políticos sobre el mucho dinero que ganan las corporaciones son irritantes y frustrantes a partes iguales, por cuanto reflejan la manipulación, pero, sobre todo, el desconocimiento político

Por cada 100 euros de beneficio antes de impuestos soportados, las empresas del Ibex 35 pagan 47 euros de tributos soportados a la Hacienda Pública”. ¡¡Un tipo medio del 47% antes de aflorar ganancias!!

Estos datos arrojan una conclusión impactante: el gran beneficiario del Ibex no son las directivas, tampoco son los accionistas, ni mucho menos lo es la plantilla. ¿Quién es el gran perceptor de valor del Ibex? ¡¡¡Hacienda!!! 

La Hacienda Pública es el principal grupo de interés beneficiado por el valor distribuido por las empresas que conforman este índice”, informa PWC, en el documento, que no tiene desperdicio. Es de un cinismo enorme que nuestra clase gobernante, tan extractiva, pase por alto esto y se dedique a denostar a estos enormes paganinis de la fiesta

Una corporación que factura miles de millones de euros y, evidentemente, tiene miles de empleados en nómina; soporta una enorme deuda… si tiene un margen del 7,7% tal vez no está en el filo del alambre… pero no está muy boyante. Una leve caída de las ventas (que puede llegar por cualquier evento no contemplado) podría llevarle a pérdidas y complicar el pago de la deuda. Por eso tienen que guardar tanta cantidad de beneficios con cargo a reservas, es decir, dividendo no distribuido. 

Pero qué fácil se decide sobre lo de los demás. Con qué sencillez quieren quedarse con el tejido productivo aquellas que entre todas no han cotizado un solo día en el sector privado. Que no saben lo que es trabajar, pelear con el mercado, aguantar a un jefe. Desde el sillón del escaño, con qué despreocupada ligereza se denuncia que Amancio Ortega gana mucho, tributa poco y se le llama ‘señorito de cortijo’. 

Nuestro político medio es el tipo de persona que llama, despectivamente, “empollón” al que saca buena nota, pasando por alto que mientras él estaba jugando en la calle, el del sobresaliente estaba chapando en su casa. Son quienes consideran que los que han logrado patrimonio lo han hecho fácilmente y sin el menor mérito, a pesar de que nuestra casta politocrática nunca ha obtenido logros remarcables. No ha dado un palo al agua en su vida. 

Y subrayo lo de “despreocupada ligereza”, porque nuestros politicastros, al contrario que la sociedad civil que se gana la vida, no tienen que afrontar las consecuencias de sus tonterías o errores. Zapatero tomó un país con prima de riesgo positiva con Alemania. La devolvió, siete años después, a más de 500. ¿Y?. Nada. 

¡Que a un comercial de cualquier empresa se le ocurra presentar una caída de ventas del 2% en un solo mes! Le olerá el trasero a nitroglicerina, al pobre. 

Las empresas se crean para ganar dinero, por supuesto, pero, por encima de ello, por lograr los sueños de los promotores. No era el dinero lo que movía al viejo Eduardo Barreiros, a Amancio Ortega o a Steve Jobs. El otro día veía la película ‘Blackberry’, en Prime, y cuando le preguntan a Mike Lazaridis si quería forrarse, él decía que no, que por encima de todo buscaba desarrollar “el mejor teléfono del mundo”. El dinero sería una consecuencia. Pero, desde luego, nadie crea empresas (y asume riesgos) para consolidar las arcas públicas ni nutrir de dinero público a políticos, como se les exige. 

Las socias de Gobierno confirman con su modus operandi que en España se desprecia la propiedad privada, que estamos ante un mero usufructo a expensas del estado. Lo que se debe estar riendo Rafael del Pino en Países Bajos, cuando escucha a Yolanda Díaz señalar a los fondos de inversión como el principal enemigo de España.  

Se nota que se ha enterado anteayer de que existen. Ni siquiera distingue si estos contendientes del estado son fondos de inversión mobiliaria, inmobiliaria, alternativos; business angels, venture capital, un capital riesgo común, un fondo bajista, uno apalancado… Los estigmatiza y punto, como aquel eurodiputado de IU que dimitió porque se enteró que todos los parlamentarios tenían los planes de pensiones en una sicav luxemburguesa, confundiéndola con la sicav española (como si estas tuvieran algo de malo). 

Sinceramente, hace 20 años pensaba que estos discursos soviéticos pertenecían al Siglo XIX. Es increíble que los suframos hoy, camuflados bajo la bandera de lo público y los derechos falsamente gratuitos, y que tengan tantos seguidores. Seguidores que prefieren estar bajo la losa aplastante del estado politizado y extractivo. 
Como decía Benjamin Franklin, “quienes entregan su libertad a cambio de seguridad, no tendrán y no merecen ninguna de las dos”.