Muchas de las megatendencias de inversión se han visto impulsadas este año como consecuencia de la pandemia de coronavirus, como la sanidad, la tecnología o la inversión socialmente responsable. Relacionada con esta última, ¿cómo se ha comportado la inversión en una cuestión fundamental para la vida como es el agua?
El comportamiento que ha tenido ha sido muy bueno, teniendo en cuenta dos factores importantes. En primer lugar, una de las medidas más importante para evitar la propagación del coronavirus es lavarse las manos de manera recurrente. En algunas partes del mundo eso no es posible y, por lo tanto, ha puesto encima de la mesa el problema de solucionar cuanto antes la escasez del recurso del agua. Por otro lado, y dado que tiene una alineación muy importante con los objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, sobre todo el número 6, que está ligado a la calidad del agua y al saneamiento, pero también tiene un sesgo a otros objetivos de Desarrollo Sostenible, como el 9, el 11 y el 12, que son aquellos que están enfocados al consumo, la urbanización y los modelos productivos y ecológicos.
¿Qué esperan de este tipo de inversión en los próximos años? ¿Qué factores puede impulsarla? ¿Cuáles son los principales riesgos?
Las perspectivas son muy positivas teniendo en cuenta que partimos de la base de que es un recurso escaso. Por otro lado, la demanda es creciente, por parte por ejemplo de la agricultura, la industria y por parte nuestra, de los consumidores. Por lo tanto, hay un desajuste entre la oferta y la demanda. Lo que se está viendo es que la demanda cada vez es mayor. Cada vez hay más gente que vive en ciudades y que necesita un acceso a un agua de manera recurrente y de calidad. Por otro, desde el punto de vista de los procesos industriales y, muy importante, de la agricultura. El 70% del consumo de agua a nivel mundial viene de actividades agrícolas. En un entrono de dieta más saludable rica en proteínas, necesita mayor cantidad de agua. Los gobiernos, tanto la nueva administración Biden en EEUU, con el programa que va a aprobar de inversión en infraestructura de calidad del agua. En segundo lugar, China en su nuevo plan quinquenal una de las prioridades que tiene es el suministro y acceso a un agua de calidad y potable. Muy importante también la Unión Europa, no solamente con el “green deal” de hacer una economía más sostenible y circular, sino también el fondo de recuperación europeo que se va a implantar durante los próximos emes, una de sus prioridades es que los gobiernos hagan de la inversión del agua una de las principales metas. Por lo tanto, todos los factores están enfocados a que la inversión del agua no sea una moda, sino que es una inversión en una temática de medio y largo plazo. De lo que se trata entre todos es de solucionar el problema de la escasez.
¿Consideráis más interesante la inversión en agua en el sentido de mejorar su calidad y los problemas de escasez o en su precio a través de los recientemente estrenados futuros en Wall Street?
Los nuevos futuros que se han estrenado en EEUU ponen de manifiesto dos cosas. En primer lugar, la preocupación a nivel global que hay en torno al agua, en cuanto a la clase de recurso. En segundo, que viene a facilitar por un lado que muchos agricultores puedan protegerse de un coste variable muy importante que para ellos es el agua. Pero ahí nosotros no vamos a apostar en contra o a favor de la subida del agua en cuento al precio. Apostamos por compañías, productos y soluciones de inversión que resuelvan el problema de escasez de agua, enfocándolo en tres ideas principales: el suministro de agua, la calidad del agua que llega y la eficiencia en el consumo.
¿El horizonte temporal de este tipo de inversiones debe ser el largo plazo? ¿Cómo de elevado es su riesgo y qué perfil inversor es el más adecuado?
Estamos hablando de una cartera de renta variable global, diversificada por zona geográfica y por sector de actividad en cuanto a las compañías quela componen. Debemos hablar siempre de un horizonte temporal de inversión de medio y largo plazo. Las circunstancias que ocurran en el corto plazo no dejan de ser muchas veces de buena o mala suerte. Estamos hablando de una temática de inversión estructural, de crecimiento en el medio y largo plazo, que no está basada en una moda puntual que va a desaparecer en los próximos meses. El perfil de inversor que tenemos en este tipo de estrategias son aquellos inversores que tienen una sensibilidad especial a la problemática del agua y aquellos clientes que quieran invertir en una estrategia de renta variable global pero poco ligada al ciclo económico y con un componente de las compañías que están en cartera de calidad y de crecimiento estructural en el medio y largo plazo.
A finales de 2018 lanzasteis el fondo Allianz Global Water ¿Cómo se ha comportado desde entonces? ¿Cómo selección a las compañías que forman parte de la cartera?
Aunque lo lanzamos en la versión luxemburguesa hace ahora poco más de dos años, la experiencia y el track record del equipo viene desde el año 2008, cuando lo lanzamos en EEUU. En el vehículo luxemburgués hemos recogido ese track record y esto es lo que nos da la calificación de cinco estrellas Morningstar. A la hora de seleccionar compañías intentamos que sea una estrategia que respete la pureza de la temática de inversión que estamos invirtiendo, en este caso, del agua. No invertimos en compañías que fabrican piscinas o que hacen agua embotellada, buscamos compañías que nos permitan ayudar y mejorar el problema de la escasez del recurso. Está enfocado en tres niveles. El suministro de agua, que sea eficiente. La cantidad de inversiones que se tiene que hacer a nivel global para renovar las infraestructuras existentes, en el caso de que las haya, y nuevas estructuras de suministros de agua en muchos países donde todavía no las hay es my importante. En segundo lugar, la calidad del agua que consumimos y utilizamos, es decir, todas aquellas empresas que estén innovando para mejorar la calidad, para testear de qué manera consumimos agua. En tercer lugar, que el consumo que todos hacemos de este recurso sea el más eficiente. Esos son los tres niveles que miramos en las compañías que tengan un grado de pureza en principio de su cuenta de resultados por encima del 50% ligado al concepto de agua.