Carlos Arenas, analista de fondos de Estrategias de Inversión, analiza algunas medidas que se pueden realizar antes de que acabe el año para evitar pagar demasiados impuestos por las inversiones que tengamos.
De hecho, destaca que en algunos activos podemos tener minusvalías, no financieras, sino fiscales y en cuáles podemos tener plusvalías. De esta forma, podemos vender algunos fondos, porque tenemos minusvalías.
Pero hay que tener en cuenta un factor importante, y es que, estos activos no se pueden recomprar hasta dos meses después, para evitar fraudes fiscales, porque si se pudiera hacer sería una trampa fiscal.
Y no se trata de hacer trampas, sino de aprovechar el mejor modo de lo que nos permite la ley para pagar lo menos posible a Hacienda.
Una de las técnicas que se suelen utilizar es aprovechar para vender fondos con minusvalías fiscales y comprar, suscribir ese fondo en otra de sus clases. Por ejemplo, si tenemos un fondo de renta variable euro de una determinada gestora, podemos venderlo antes de fin de año para pagar menos impuestos y, el 1 de enero podemos comprar ese mismo fondo, pero, otra clase.
Es decir, una clase de reparto, o en otra divisa, y una vez que han transcurrido los dos meses que requiere la ley, hacer un traspaso al fondo original que teníamos.
Con ello podemos hacer un cierto balance más coordinado para poder estar invertidos en el activo, en el fondo que nosotros queremos, aunque sea en el periodo de dos meses en una clase distinta.
Lo mismo sucede con otro tipo de activos, como las acciones. Hay que estar muy atentos a ver en cuáles tenemos plusvalías y minusvalías, si queremos ajustar fiscalmente la estructura para nuestro patrimonio.
En nuestra cartera podemos analizarlo uno a uno y ver cuál es la estrategia más adecuada a seguir para canalizar la fiscalidad de nuestras inversiones. Siempre antes de final de año conviene repasar cada uno de los activos y ver qué podemos hacer para pagar menos impuestos, pero siempre, sin descuadrar mucho la composición de nuestra cartera.