Candriam Investors Group espera un crecimiento superior a la media en el segundo semestre, que redunde en una mejora global de beneficios sostenido. Su apuesta geográfica es para renta variable de la Zona Euro, ante sus motores de crecimiento orientados a una expansión en toda la región y, por otra parte, la disminución de la posibilidad de desintegración de la Unión Europea (UE).
Al otro lado del Atlántico, creen que el incremento de la actividad debería continuar a un ritmo moderado, si bien la nueva Administración Trump no ha sido, hasta el momento, capaz de aprovechar la alineación política entre el Presidente y el Congreso.
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En este contexto, reconocen que “siguen existiendo incertidumbres en nuestras perspectivas de asignación de activos”. Entre los riesgos, identifican principalmente “un error en la política monetaria bien por parte de la Reserva Federal (Fed) o del Banco Central Europeo (BCE), ya sea demasiado endurecimiento, o a un ritmo mayor de lo esperado son algunos ejemplos, que podría frustrar la actual expansión”.
Asimismo, “los mercados de materias primas también se verían afectados de forma negativa por una inesperada desaceleración debido a las políticas chinas de endurecimiento normativo, freno al aperturismo o por una ruptura de las negociaciones del Brexit”.
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Por el lado positivo, “cabe esperar una aceleración en el calendario de integración europea o una implementación fluida y oportuna de estímulos fiscales en Estados Unidos, recortes fiscales y medidas de flexibilización regulatoria”.
Las estrellas se alinean a favor de la Zona Euro
Candriam piensa que ya hemos dejado atrás el peor escenario en lo que respecta a la incertidumbre en torno a la política de la Zona Euro en la medida en que el riesgo italiano se muestra controlable y podría despejarse antes de lo previsto este año. No hay duda de que la integridad de la ha dejado de estar en juego”. De hecho, consideran que el riesgo político se ha pasado al otro lado del Atlántico.
Por el momento, continúan, “la recuperación de la Zona Euro va por buen camino y cabe esperar un crecimiento por encima de la media para 2017-2018. Esto nos ha llevado a aumentar nuestras expectativas de beneficio para la renta variable de la región, activo en el que estamos sobreponderados”.
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Concretamente, apuntan, “las principales beneficiadas serán las compañías de pequeña y mediana capitalización, el sector financiero, cíclicas y acciones de valor. Esperamos que las Bolsas europeas genere una rentabilidad superior al 10% en los próximos 12 meses”.
En cuanto al inicio de las negociaciones del Brexit, Candriam considera que la pérdida económica para el Reino Unido sea significativamente mayor que la de los 27 países de la UE, “lo que supone que estemos infraponderados en renta variable europea ex EMU. Esto conlleva un deterioro de las condiciones económicas del Reino Unido, que tienen su reflejo en una libra esterlina y en un mercado doméstico debilitado”.
Cautela en Estados Unidos
La expansión cíclica de Estados Unidos se estancó en el primer trimestre, y los datos de actividad todavía no reflejan el optimismo de las encuestas. Esto ha llevado a la firma “a reducir a neutral nuestra exposición a renta variable estadounidense. Esperamos que a lo largo del año la economía estadounidense recobre el terreno perdido”.
Con las valoraciones actuales de 18 veces los beneficios esperados, la renta variable americana puede considerarse uno de los mercados más caros en base a un crecimiento de los beneficios de un solo dígito, subrayan.
La falta de éxito político en el Congreso, incluida la crucial solicitud de presupuesto para el año fiscal 2018, así como cuestiones delicadas han puesto en entredicho la credibilidad de la nueva administración. Un avance en la reforma del sistema sanitario pondría en la agenda la reforma fiscal, lo que mejoraría la credibilidad del presidente Trump. Los desfases en el calendario de la reforma sanitaria y los estímulos fiscales parecen ser una fuente de incertidumbre.
Por consiguiente, esperamos que la presión alcista sobre los rendimientos de la renta fija estadounidense sea menos intensa que tras las elecciones presidenciales. No obstante, cabe esperar que prevalezca, tras el camino iniciado recientemente por la Fed, apoyado por los niveles de actividad y un mercado de trabajo en pleno empleo, que impulsarían la rentabilidad del bono del Tesoro a diez años hacia el 2,90% para mediados de 2018. El mercado de crédito se vería afectado negativamente por dicho incremento, mientras que los diferenciales tanto de Investment Grade como de High Yield tienen poco potencial de estrechamiento desde los niveles actuales.
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La víctima colateral de todo este proceso es el dólar estadounidense. Un cambio sustancial en la postura de la Reserva Federal hacia una política monetaria más restrictiva, podría llevar a un ‘billete verde’ más fuerte.
Mercados emergentes: riesgos manejables
El endurecimiento en los mercados desarrollados se contrapone con la flexibilización en las políticas monetarias de los mercados emergentes. Además, la renta fija de estos últimos se beneficia de un dólar débil y de fundamentales fuertes. “Pensamos que la deuda emergente sigue siendo atractiva como alternativa a la renta fija desarrollada”, afirman.
Asimismo, “seguimos teniendo una opinión positiva de las divisas emergentes, apostando por mercados asiáticos de beta baja (Indonesia y Malasia) y por divisas de Europa Central y del Este, que deberían beneficiarse del repunte en el crecimiento europeo y el fortalecimiento del cambio euro/dólar. Mantenemos también una opinión positiva en lo que respecta a duración, en base a una fuerte dinámica de desinflación en los mercados emergentes. Sudáfrica, México, Indonesia y Brasil siguen siendo una apuesta en duración local”.
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Finalmente, tienen “una posición sobreponderada en renta variable de mercados emergentes. Estos mercados gozan de valoraciones atractivas (12 veces beneficios a doce meses) en un contexto sólido de crecimiento internacional. Como resultado, los beneficios corporativos de los mercados emergentes deberían revalorizarse por encima del 10% a lo largo del próximo año”.
No cabe esperar riesgo sistémico por parte de China este año, si bien nos mantenemos pendientes del impacto de la ligera aceleración en el endurecimiento normativo, concluyen. Un importante hito para los próximos trimestres vendrá marcado por el 19 Congreso Nacional del Partido Comunista de China, que tendrá lugar en otoño, y que estará probablemente centrado en la transición de los órganos de liderazgo.