
Miguel Ángel Rodríguez Castellote, Transición Energética Gases Renovables de Naturgy
La demanda final de gas natural en España para 2030 se estima en 130 TWh, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Por otra parte, el potencial de producción de biometano en el país se encuentra entre 163 y 233 TWh, según los estudios realizados por Sedigas y el consorcio europeo Gas For Climate. España tiene un potencial de producción de biometano superior a la demanda final de gas natural proyectada para 2030.
El sector doméstico: una oportunidad para la transición energética
La mayor parte de la demanda energética en los edificios residenciales proviene de la calefacción, seguida del agua caliente sanitaria. Esta demanda es altamente estacional, concentrándose en invierno. Las bombas de calor eléctricas podrían ser una alternativa atractiva, pero presentan un desafío importante: el desajuste entre la oferta y la demanda. La producción renovable de electricidad es más abundante en verano, mientras que la demanda de calefacción se concentra en invierno. En este sentido, el biometano ofrece una solución: puede almacenarse estacionalmente de manera eficiente, aprovechando las infraestructuras existentes de gas natural.
Además, la electrificación del sector doméstico se enfrenta a barreras económicas y sociales. La instalación de una bomba de calor eléctrica supone alrededor de 20.000 € por vivienda, en un contexto donde el 50% de las viviendas españolas (aproximadamente 10 millones) aún dependen de combustibles fósiles para la calefacción. Electrificar la calefacción requerirá una inversión superior a 200.000 millones de euros, el doble del ahorro familiar en España, lo que resuelta inalcanzable para muchos hogares, especialmente los de renta más baja. La opción eléctrica no resulta económicamente viable para la mayoría de los hogares, lo que refuerza la necesidad de soluciones alternativas como el biometano, que no requiere de inversiones adicionales en las viviendas.
El sector industrial: hacia una transición energética realista
En el ámbito industrial, el consumo energético es constante, lo que lo hace incompatible con la variabilidad inherente de las fuentes renovables como la solar y la eólica. La electrificación de la industria requeriría grandes inversiones en infraestructura, almacenamiento y adaptación de equipos, lo que hace que este camino sea costoso y lento. Además, alternativas como el hidrógeno verde y sus derivados todavía enfrentan barreras tecnológicas y económicas.
El biometano ofrece una solución inmediata y viable. A medida que aumente el porcentaje de biometano en el gas natural consumido por la industria, se reducirá la huella de carbono sin necesidad de inversiones adicionales. Pero actualmente, el biometano producido en España se está exportando a países como Alemania y los Países Bajos, que cuentan con sistemas de incentivos para su uso. España se enfrenta a una decisión estratégica clave: ¿quiere ser un exportador de energía o desea utilizar su propio potencial de biometano para descarbonizar su industria y atraer nuevas inversiones?
El biometano como pilar de una transición energética eficiente
El biometano se presenta, por lo tanto, como una tecnología madura, renovable y disponible las 24 horas del día, con un potencial de producción significativo, compatible con el gas natural y su infraestructura, que no requiere de inversiones adicionales en nuevos equipos y que permite almacenar energía de forma estacional. Esto lo convierte en la opción más eficiente para descarbonizar los sectores doméstico e industrial.
Además, no solo contribuye a la descarbonización, sino que también apoya la gestión eficiente de residuos, la producción de fertilizantes orgánicos, la economía circular y la lucha contra la despoblación. El biometano representa una inversión estratégica clave para asegurar una transición energética sostenible y rentable.