Al comenzar un año se marcan nuevos objetivos y retos. El año que terminó nos dejó varios aprendizajes, pero uno muy claro es el uso racional de recursos y sobre todo, ser conscientes del impacto que tienen nuestras acciones y decisiones del día a día, así como el impacto que generamos con nuestras inversiones. También se ha visto como la acción rápida puede mantener bajos los costes financieros y sociales.
Todas las actividades tienen un efecto sobre el medio ambiente, algunas positivas y otras muchas negativas. No prestar atención suficiente o incluso ignorar las consecuencias ha conducido a enormes desafíos ambientales como el cambio climático, pérdida de la biodiversidad, agotamiento de algunos recursos, etc.
Cuando se mide lo que hacemos, el compromiso es mayor. Medimos nuestro peso, nuestro esfuerzo en un gimnasio, nuestro avance en el conocimiento vía exámenes, pero ¿cómo medimos el impacto en el medio ambiente de nuestras inversiones?
Hablando con Nabil El-Asmar, director para Iberia de Vontobel AM, comentaba de su calculadora de impacto, que utiliza 9 indicadores fáciles de entender y que reflejan dinámicamente la cantidad invertida en el fondo Vontobel Fund – Clean Technology.
La contribución puede parecer modesta desde el punto de vista individual, pero a medida que haya más inversores con esa mentalidad ASG, mayor impacto se logrará. Además, como ya se comentó en varios artículos el año pasado, la rentabilidad no está peleada con los criterios ASG.
El fondo adopta un enfoque proactivo para generar cambios y lograr un impacto ambiental positivo junto con los rendimientos financieros. Como parte de su proceso de inversión integrado, también utilizan información sobre el manejo de ASG por parte de las empresas para detectar riesgos potenciales. “un proceso se inversión sistemático y repetible, impulsado por la convicción y pureza temática”, comenta Pascal Dudle – responsable global de inversión tendencial.
El universo de inversión consta de aproximadamente 400 empresas distribuidas en múltiples sectores. Tras un análisis fundamental que incluye tantos aspectos temáticos, financieros y de ASG, llegan a una cartera de entre 50 a 70 posiciones que pretende ofrece oportunidades de crecimiento superior, así como sólidos resultados financieros. Se enfocan en 6 pilares de impacto:
Las empresas objetivo, líderes en innovación en el área de tecnologías limpias, deberían beneficiarse de la tendencia global hacia una urbanización e industrialización más sostenible. El aumento de la demanda de sus soluciones conducirá a ganancias de participación de mercado, poder de fijación de precios y aumento de los precios de las acciones. Además, estas empresas están menos expuestas a una regulación más estricta que sus competidores.
El fondo, clasificado por Morningstar en renta variable sector ecología, generó una rentabilidad del 26,4% en 2020 (serie A), con una volatilidad del 17,6%, un tracking error del 6,7% y un ratio de Sharpe de 0,6. Su mejor año fue en 2019 cuando alcanzó una rentabilidad superior al +35%, y el peor año fue en 2018 cuando cayó cerca del -16%. La comisión de gestión es del 1,65% y el TER de 2,05% a febrero de 2020. Normalmente el fondo se ubica en el primer cuartil, excepto en 2018 y 2017.
La cartera muestra una liquidez al cierre de noviembre del 3,6% y entre sus 10 mayores posiciones (de un total de 66 posiciones) y que representan el 25% de los activos, no hay ninguna que supere el 5% de exposición. La empresa científica Thermo Fisher se encuentra entre las mayores posiciones (3,4%) y una de las más antiguas, además en 2020 tuvo una rentabilidad del 44%. También está la estadounidense y líder en el desarrollo de software para circuitos integrados complejos, Synopsys Inc. (+83% en 2020), y Applied Materials (+41%), American Water Works (+27%), Iberdrola con un peso de 2,4% y una rentabilidad del 28%, entre otras.
Por países, casi el 44% de la cartera se concentra en Estados Unidos, 9% en Japón, 7% en Francia y en Alemania, 5% en Países Bajos, 4,2% en España y en China, 3,2% en Dinamarca y 14% en otros países.
Claramente se trata de un fondo de crecimiento, con un sesgo a momentum, con alta liquidez y enfocado a empresas de tamaño medio. Al ser un fondo de renta variable, representa más riesgo para el inversor, por lo que es recomendable que forme parte de una cartera más diversificada, pero consideramos que es un fondo para tomar en cuenta en 2021.