Tanto es así, que la última encuesta que realiza mensualmente Bank of America Merrill Lynch entre gestores muestran que los inversores ven a la bolsa más cara que en los últimos 17 años. En concreto, un 34% de los encuestados consideran que la renta variable está cara.
La entidad que realiza este estudio asegura que los resultados siguen acotados en las lecturas normales de un patrón alcista. El nivel de efectivo se ha reducido ligeramente desde el 4,9% hata el 4,8%, aunque sigue por encima de la media histórica. Con todo, afirman que el posicionamiento de las carteras augura una pausa del rally durante marzo y abril. Los inversores siguen pensando que la política será el catalizador que conseguirá que continúen –o no-, las subidas en bolsa.
Así, los gestores creen que la bolsa no estaba tan sobrevalorada desde el año 2000 y a pesar de todo, la asignación de activos a renta variable está en máximos de dos años y el dinero destinado a renta fija se sitúa en mínimos de tres años.
La situación es la de un mercado alcista de ocho años, que para muchos expertos está en la parte más madura de su ciclo –en Estados Unidos- en el que se esperan más subidas aupándose en la esperanza de que las políticas de Trump estiren el crecimiento de la economía del país y del mundo.
Con todo, esta situación se produce en un entorno de subida de tipos de interés, en el que la FED ya ha situado el precio del dinero en el 0,75-1% y que podría dejarlo en el 1,25-1,5% a finales de año. De hecho, los encuestados de esta edición considera que unos mayores tipos podrían ser la causa de la muerte del actual bull market. A esta razón le seguiría una caída de los beneficios empresariales. Por cierto, la mayor parte de los inversores consideran que si el bono americano alcanza una rentabilidad del 3,5% podría erosionar la evolución de la bolsa americana.
Es necesario señalar que en la lista de factores que pueden ocasionar el fin de la actual fase alcista, el proteccionismo ha caído hasta el 21%.
Asignación de activos
Por activos, la asignación a renta variable se ha disparado en este mes hasta el 48% el máximo en dos años, por encima de la media histórica de largo plazo.
Por el contrario, el dinero dirigido a bonos ha caído y en estos momentos un 65% de los inversores encuestados la infraponderan en sus carteras, frente al 59% de un mes antes.
También ha empeorado la visión sobre las materias primas y ahora sólo está sobreponderada en un 1% de las carteras de los encuestados, desde el 3% anterior. La cifra, no obstante, está por encima de la media histórica.
Por regiones, el porcentaje destinado a renta variable americana se ha reducido. Ahora sólo la sobreponderan un 1% de los inversores, frente al 13% de hace un mes.
Si hablamos de Europa, la asignación está en máximos de 11 meses, sobreponderada por un 27% de los participantes en la encuesta, frente al 23% anterior.
También ha mejorado significativamente la asignación a renta variable emergente, que ha pasado de estar infraponderada en un 5% de las carteras a estar sobreponderada en un 18% de los portfolios. Se trata del mayor incremento mensual en tres años.
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