La actualidad se centra en la victoria de Donald Trump contra todo pronóstico y con más holgura de la esperada en el peor de los escenarios. ¿Qué les puede esperar ahora a los mercados y cuáles son las acciones que se pueden beneficiar más de este triunfo en el medio plazo?
Hay mucho que decir. Lo primero que haría sería hacer una recopilación de los últimos sucesos y los giros electorales y cómo el mercado los cotizó. El caso es que a finales de octubre las bolsas descontaban al 100% que iba a ganar Hillary Clinton. Con eso, las bolsas europeas estaban en máximos anuales peleando con las resistencias. Posteriormente se conoció la noticia de que el FBI reactivaba la investigación por los emails que Hillary Clinton mandó desde ese servidor no oficial. Eso provocó que las encuestas redujeran la ventaja que Hillary llevaba sobre Donald Trump y las bolsas corrigieron fuertemente a la baja. El fin de semana pasado se conoció que el FBI retiraba esas investigaciones diciendo que no había material penal para proceder contra Clinton y el lunes las bolsas reaccionaban de nuevo fuertemente al alza dándole más posibilidades a la candidata demócrata que ganara las elecciones que era claramente la favorita para el mercado. La madrugada del martes conocemos que Donald Trump va a ganar las elecciones. La primera reacción es extremadamente bajista, con un desplome brutal de los futuros y aperturas en Europa con caídas en torno al 4%, y luego parece que esas declaraciones que hizo diciendo que tendía la mano con un discurso más conciliador y luego insinuando que va a hacer un plan de inversión pública muy agresivo en infraestructuras en edificios públicos ha sido suficiente como para deshacer absolutamente toda la lógica que los mercados llevaban aplicando semanas anteriores. No parece muy proporcionado. El que unas declaraciones del candidato muy distintas a lo que iba manteniendo deshaga toda la lógica con la que habían actuado los inversores desde hace meses.
¿Qué mensaje hay que creerse de Donald Trump: el de la campaña o el de ahora?
Lo que veo es que estamos en una reacción muy extraña, que se aleja mucho de los esquemas con los que veníamos trabajando, que es muy impredecible, y que todo esto sigue siendo muy impredecible. Puede que los mercados lo que estén cotizando ahora al alza es este cambio en el discurso de Trump. Puede que lo que estén celebrando es ese plan de inversión pública que prometió en el día de ayer, puede que lo que estén celebrando es que la Reserva Federal ante esta nueva incertidumbre que se abre retrase la subida de tipos de interés, o puede que esté descontando todo lo contrario: dado que Janet Yellen no es del gusto de Donald Trump, sus horas en el cargo estén contadas y que ahora la Fed aplique una política menos laxa. Lo cual contradice lo anterior. En Europa puede que los inversores estén celebrando esta nueva caída del euro. Ayer en la primera reacción tocamos niveles de 1,13, y ahora estamos en el 1,09. Un recorrido de cuatro figuras en el euro-dólar en apenas 24 horas. No se sabe qué estamos descontando ni celebrando. Creo que hay contradicciones entre unas cuestiones y otras. Todo esto es muy imprevisible, muy atropellado, y no sé que va a pasar en el corto plazo. El caso es que hemos pasado de una reacción muy bajista que nos llevó a soportes hasta prácticamente pelearnos con las resistencias.
Muchos hablan ahora sobre la política monetaria de Estados Unidos y la continuidad de Janet Yellen en el futuro. ¿Piensa que la subida de tipos que se esperaba en el mes de diciembre se puede ver ahora paralizada?
Creo que no, creo que en principio siga manteniendo la previsión de que subirán los tipos de interés en el mes de diciembre. Sería muy sorprendente que la Reserva Federal, que es completamente independiente de cuestiones políticas, simplemente porque salga un candidato u otro, modifique intenciones. Es verdad que hay un precedente que fue con el Fiscal Cliff y la negociación en las cámaras americanas sobre el techo de deuda, donde la Fed sí que prolongó algo más el QE. Pero ese no era tanto un tema política sino algo que afectaba a la economía. Ahora que en cuestión de semanas un candidato u otro pueda afectar tanto a la economía americana, no es previsible, es casi imposible. Creo que a modo riguroso la Fed no cambiará su calendario de actuación porque haya ganado Trump frente a Clinton.
¿Será 2018 el final de la era Yellen después de todo esto?
Eso puede ser. También es verdad que la Fed es independiente del factor político y que Donald Trump se vaya a meter a nombrar un candidato de la Reserva Federal que sea más de su gusto está por ver. En cualquier caso sí que parecería claro que si esto es así el perfil de presidente de la Reserva Federal que le gusta a Donald Trump es un halcón. Alguien muy alejado a los postulados que defiende Janet Yellen. Tendríamos una posible aceleración en la subida de tipos de interés. Desde luego cualquier estímulo monetario quedaría prácticamente marginado y esa sí que sería una buena noticia para los bancos americanos. No creo que tanto para el conjunto de bolsas pero sí para los bancos americanos.
En términos de divisas… ¿Se habría generado alguna oportunidad con algún par viendo la evolución del peso mexicano frente al dólar o mismamente del dólar frente al euro?
De nuevo, al igual que ocurre con las bolsas la reacción de las divisas también fue bastante extraña. En las últimas semanas se había establecido una relación en la que a mayores posibilidades de triunfo de Clinton, mayor fortaleza del dólar. Ayer de nuevo cambió por completo la lógica y tuvimos una mayor apreciación del dólar por el triunfo de Trump. Tampoco sabría qué es lo que va a ocurrir. Creo que en el corto plazo, dando por bueno el calendario de la Fed en el que haya una subida de tipos de interés en el mes de diciembre, podemos seguir apostando por cierta fortaleza del dólar en las próximas semanas. Sigo vaticinando que podemos acabar el año con el euro-dólar entre el 1,07 y en el 1,08. Pero en el medio plazo como todo está por ver y es una incógnita y no se sabe realmente qué es lo que quiere hacer Donald Trump, el dólar es una incógnita. Por un lado va a tener presiones alcistas si es verdad que pone al frente de la Fed a un miembro muy alejado de Janet Yellen. Por otro lado, si quiere ahora mismo aumentar el déficit fiscal, Fitch por ejemplo ha dicho que esto no sería positivo para el rating de EEUU, iría en contra de la subida del dólar. Vamos a ver cómo evoluciona la economía americana con estas políticas. No se sabe qué va a pasar. Con otras divisas como el peso mexicano, desde luego parece que la reacción de ayer sí responde a cierta lógica, sí que es un paso más en la dirección que va contando el peso mexicano y desde luego que corran los mejores tiempos.
En términos generales, ¿rehuiría del dólar?
Creo que en el corto plazo el dólar sí que se va a seguir apreciando porque no creo que la Fed cambie su calendario. En el medio plazo es una incógnita. Pero tanto el dólar, como la bolsa, como prácticamente cualquier activo. La política que siga Donald Trump va a impactar casi en cualquier activo que cotiza en estos momentos.
En cuanto a mercados europeos, ¿se habría generado ahora alguna oportunidad de entrada en algunas acciones?
Sí creo que hay algunos sectores claramente favorecidos por este triunfo de Donald Trump. El sector sanitario es el más claro. Las empresas constructoras creo que también, ayer ya vimos la reacción alcista de ACS. El sector constructor se situó a la cabeza. En EEUU tuvimos un muy buen comportamiento del sector constructor e industrial y creo que luego hay claramente perdedoras como las de energías renovables. Empresas con exposición a México como BBVA u OHL. El sector bancario, que tuvo una buena reacción en el día de ayer y que está subiendo en el día de hoy sí que le atrapa por completo esta incertidumbre que se abre. El sector bancario si suben los tipos de interés a un ritmo más acelerado se verá beneficiado. Si se retrasa porque Trump desata cierta incertidumbre le va a venir mal. Lo que no es muy coherente es que el sector bancario haya reaccionado claramente alcista en esta incertidumbre que tenemos ahora mismo.