“Recuerde esta palabra: Yahoo!” Esta frase parece haber sido sacada de un spot publicitario de la tecnológica californiana, pero no. Lo cierto es que formó parte del guión de Frequency,
un largometraje en el que el protagonista intentaba cambiar el pasado desde el futuro.
La película se produjo en el año 2000. Justo en el momento en el que la burbuja de las puntocom estaba en su punto más álgido. ¿Qué pasó desde entonces hasta ahora con la evolución de la compañía que a día de hoy preside Marissa Meyer en su cotización en Wall Street?
Paradójicamente, nada bueno. A pesar de que ahora parece haber despegado y del gran activo que posee en Alibaba –habrá que esperar a su OPV para ver de qué cantidades estamos hablando y los réditos que le proporcionará–, las acciones de la compañía pasaron de tocar su máximo histórico de más de 108 dólares a caer hasta los 4,4 dólares. Desplome que provocó que muchos dieran casi por muerta a la empresa norteamericana.
Por el contrario, a partir de agosto de 2012, Yahoo! comenzó un rally alcista cuyo fin podría no haber llegado, como sigue apuntando el consenso de mercado. Hasta tal punto que sus títulos pasaron de valer poco más de 14 dólares hasta ascender a más de 40 dólares. En este caso, la predicción de Hoollywood podría no haberse desarrollado hasta su fin.
Aunque no ha sido la única cinta que ha estado relacionada con el futuro en el que ha aparecido alguna marca reseñable que cotiza en Wall Street. Es el caso de la trilogía de Regreso al Futuro, en el que determinadas compañías campan a sus anchas en escena formando gran significado visual de la historia.
En relación a esta historia que los cinéfilos recuerdan con gran pasión hay una empresa que sobresale por encima del resto: Nike. Las famosas zapatillas utilizadas por Marty McFly crearon tal tendencia que a día de hoy es uno de los diseños más solicitados por multitud de clientes a lo largo y ancho del mundo.
La cuestión es si la firma con sede en Beaverton ha evolucionado positivamente desde que se filmase una de las historias más memorables de la industria cinematográfica. Y la respuesta no podía ser más afirmativa.
En el año 1985, cuando se proyectó en las salas estadounidenses, Nike cotizaba en bolsa a un precio de 0,30 dólares cada acción. Así, 29 años después, el valor llegó a tocar su máximo histórico, coincidiendo con que nos encontramos ante la cita del Mundial de Fútbol de Brasil, de más de 78 dólares por cada título. Por tanto, la apuesta del citado film se saldó con un rally espectacularmente alcista en el parqué de Nueva York.
Sin embargo, no fue la única cotizada que apareció en la gran pantalla en las tres películas protagonizadas por Michael J. Fox. Otra que también tuvo su especial presencia fue la cadena minorista JC Penney. En la primera del tridente que completa la saga, tiene más que presencia en escena. La imagen del logotipo llegaba a rondar por la mente del espectador en cuantiosas ocasiones, lo que hacía que penetrase considerablemente en la memoria de sus fans.
¿Y cómo le fue en este caso a la minorista tan famosa en Estados Unidos? Lo cierto es que este es uno de los ejemplos de los mayores fracasos. Todo ello, pese a que cuando se estrenó la película el valor rondaba el nivel de los 11 dólares y pasó a cotizar hasta los 75 dólares a finales de la década de los 90 y hasta más de 80 dólares en febrero de 2007.
Por el contrario, la constante caída de las ventas de la compañía y la competencia de las otras empresas del sector, han llevado a postrar a la firma a un terreno pantanoso del que no es capaz de salir. En este ejemplo, la bola de cristal se le empañó al negocio hollywoodiense.