Es más, en lo que va de año acumula en bolsa subidas cercanas al 70%, y eso que no ha protagonizado ningún debut bursátil este año. Sin prisa, pero poco a poco, el competidor asiático de Google se está haciendo un hueco entre las carteras desde los inversores y todo sin hacer ruido.
Y no es de extrañar, si se atiende a sus métricas. Sólo en el tercer trimestre de este año sus ingresos crecieron un 52% hasta superar los 2.200 millones de dólares. Su beneficio neto aumentó en más de un 27% hasta conseguir algo más de 630 millones de dólares.
Ellos explicaban esta mejora en el crecimiento del tráfico en móviles, que aumentó más de un 36%. Y como aprendimos durante la OPV de Alibaba el futuro en China en este segmento es prácticamente infinito, dado la capacidad de crecimiento y la población que aún no tiene acceso a internet y que podría hacerlo a través de terminales telefónicos inteligentes.
Por eso es fácil de entender que los expertos crean que Baidu podrá seguir mejorando algunas métricas, como los ingresos por publicidad a través de móvil, que el pasado trimestre ya creció más de un 50%.
Por no hablar de su posición financiera, que deja a la luz una caja de más de 8.000 millones de dólares, con lo que se puede permitir el lujo de seguir invirtiendo en su negocio, pensar en adquisiciones, o en retribuir a sus inversores.
Quizá por eso, los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión le dan una puntuación de 10 en una escala que va del 0 al 10. Eso quiere decir que Baidu está en fase alcista y que no hay ningún aspecto que preocupe, ni el volumen, ni la tendencia, ni el momento. Nada.
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