El consejero delegado Elon Musk anunció el lunes a los empleados de la compañía con sede en Palo Alto que serán capaces de producir a un ritmo de 2.000 turismos Model 3 a la semana frente a las estimaciones de 2.500 coches que pretendía la automovilística estadounidense. Este incremento alivia un poco su cotización, ya que supone un incremento 150% respecto a los 793 turismos que Tesla construyó la última semana del año pasado. Por poner un ejemplo, Tesla ensambló 2.425 automóviles Model 3 en todo el cuarto trimestre de 2017.
Este mismo martes sus acciones rebotaron un 3,8% hasta los 261 dólares después de batir precisamente su récord de producción en el primer trimestre de 2018, con un total de 34.494 vehículos, lo que según la compañía supone un aumento del 40% respecto al último trimestre de 2017 y el mejor trimestre de la historia de la compañía, pero aún lejos del medio millón de coches anuales que prometió Musk a los inversores.
“La producción del Model 3 aumentó en cuatro veces con respecto al último trimestre. Este es el crecimiento más rápido de cualquier compañía automotriz en la era moderna. Si este índice de crecimiento continúa, excederá incluso el de Ford y el Modelo T", apunta la compañía.
En las últimas semanas las noticias negativas se han cebado sobre Tesla. El 23 de marzo, un conductor sufrió un accidente mortal después de activar el modo de conducción autónoma mientras se desplazaba con su Model X. Por motivos que aún tratan de aclararse, el coche cambió de dirección hasta impactar de manera frontal contra la mediana de la autopista 101 de Mountain View (California). También a final de marzo Tesla anunció la revisión de 123.000 vehículos por problemas en la dirección asistida. La compañía reconoció que un componente del sistema de dirección asistida, instalado en su Model S, podría corroerse por la sal usada en las carreteras nevadas.
Entre los problemas con los que cuenta la compañía también se cita su elevada deuda que asciende a 10.000 millones de dólares y Tesla necesita para hacer frente a su operativa diaria 6.500 millones de dólares, según recoge Bloomberg del consenso de los analistas. Moody's califica la deuda de Tesla en 'bono basura', B3.
La compañía no reporta dividendos, sus acciones tienen un precio por valor en libros de 10,06 veces y tiene una rentabilidad financiera (ROE) negativa del 27,56% y un ROA (rentabilidad sobre los activos totales) del -5,92% al cierre de 2017, según datos de Reuters.
Fiat disparada, Renault marca el paso
El mal momento de Tesla contrasta con el acelerón que está protagonizado el sector automovilístico en lo que va de 2018. El pasado jueves se conoció que Renault estudia fusionarse con su participada japonesa Nissan para crear un nuevo gigante del sector, según adelantó Bloomberg.
Lo cierto es que Renault ya tiene el 43% de las acciones de Nissan, mientras que la automovilística asiática cuenta con el 15% de la compañía francesa. El conglomerado Renault-Nissan Alliance además controla la firma Mitsubishi y está presidida por el brasileño Carlos Ghosn, que está llamado a ‘pilotar’ la operación.
La fusión de Renault y Nissan busca competir con Volkswagen y Toyota de tú a tú en el nuevo sector que llega marcado por los coches eléctricos y autónomos. Si bien la alianza de Renault y Nissan ha generado sinergias, la estructura de propiedad fragmentada ha impedido que las empresas obtengan todos los beneficios esperados.
Las acciones de Renault, que cotizan en el Cac 40 francés, se revalorizan un 23,4% en los últimos doce meses, mientras otras competidoras tradicionales también un buen momento como Fiat Chrysler que se dispara un 109%, un 19% se anota Volkwagen, un 35% Porsche o un 18% Volvo. En el EuroStoxx 50 además de la compañía alemana con sede en Wolfsburgo también cotizan BMW, que se anota una retorno del 8,85% en los últimos doce meses, y Daimler, matriz de Mercedes-Benz, con un alza del 0,4%.