Aunque “no tengo muy claro que haya sido así alguna vez, desde luego ahora tengo la absoluta certeza de que ahora cumplir escrupulosamente” con la sostenibilidad medioambiental es “un compromiso obligado e ineludible para toda empresa”. Por partida doble si se dedica al ámbito del retail. Porque “hay una exigencia social, en nuestro caso entre inquilinos y clientes finales, pero también entre unos accionistas que, cada vez, están más involucrados y son más activistas con el cumplimiento de estos principios” Quien intente diluir o atenuar ese compromiso sostenible, quizá pueda salirle aparentemente a cuenta en un primer momento, pero a medio y largo plazo llevará todas las de perder, matiza Armentia.
El director corporativo de Lar España resalta que en su compañía “buscamos siempre la máxima exigencia”. Para cada uno de nuestros 14 centros o parques empresariales hacemos análisis de cumplimiento estricto de la legislación ambiental, ya que “contamos con sistemas internos de evaluación del impacto ambiental a través de metodologías y de certificaciones reconocidas en el ámbito internacional y mantenemos estrategias sostenibles muy por encima de los estándares normativos aplicables”.
Todas esas prácticas -especifica Armentia- “están convenientemente expresadas en nuestros principios de buen gobierno y transparencia”, ya que “reportamos las informaciones sobre ESG de acuerdo a los más altos estándares reconocidos y aplicamos criterios de resiliencia urbana, promovemos la rehabilitación y conservación de inmuebles”. Además de “evaluar el impacto ambiental, aplicamos criterios medibles para revertir el cambio climático y analizamos en cada caso el impacto en la biodiversidad y en el entorno natural de los entornos urbanos donde nos integramos”.
En cuanto a la exigencia inversora para que apliquemos esos principios, “está fuera de duda”. Un botón de muestra: entre julio y octubre de 2021 completamos sendas emisiones de bonos verdes senior no garantizados, por un importe total de 700 millones y con una sobredemanda de casi cinco veces en las dos salidas al mercado. También “hemos flexibilizado así la totalidad de nuestra deuda corporativa, además de establecer tipos fijos a intereses más bajos, del 1,75% en la primera emisión y del 1,84% en la segunda”. Además, “hemos suprimido garantías sobre activos y extendido significativamente los vencimientos: hasta julio de 2026 para los bonos de la primera emisión y hasta noviembre de 2028 para los de la segunda”. La agencia de calificación Fitch asignó un investment grade rating con calificación BBB estable, tanto a Lar España como a sus dos emisiones de bonos verdes, también de conformidad con la opinión de segunda parte emitida por ISS Corporate Solutions. Sobre reconocimientos y sellos de calidad internacionales, Armentia precisa que en nuestra información seguimos los principios de memorias de sostenibilidad de Global Reporting Initiative (GRI) en su versión Standards. Además -matiza- la información relativa a sostenibilidad es revisada externamente por un tercero también con criterios GRI Standards y, en paralelo, aplicamos la guía de Mejores prácticas y recomendaciones elaborada por EPRA sobre presentación, análisis y cálculo de los principales indicadores financieros y no financieros. Asimismo, Lar España participa anualmente en la evaluación del Global Real Estate Sustainability Benchmark, GRESB, marco de referencia para la evaluación de aspectos ambientales, sociales y de buen gobierno en real estate. Colaboramos también con MSCI-IPD y formamos parte de su IPD Spain Annual Property Index, que facilita información y visibilidad adicional dentro del sector inmobiliario.
Jon Armentia, Director Corporativo & CFO de Lar España.
“Como no podía ser de otra manera, asumimos el cumplimiento y promoción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Agenda 2030”, señala el CFO de Lar España. En 2021, y de acuerdo a la metodología propuesta por UN Global Compact, “hemos definido qué objetivos son prioritarios de acuerdo a la actividad propia y reportamos de forma periódica a la Red Española de Pacto Mundial a través de informes de implementación de sus Diez Principios en materia de derechos humanos, trabajo, medioambiente y lucha contra la corrupción”.
La sostenibilidad -concluye Armentia- “ya es ahora mismo un valor clave del sector inmobiliario”. Para 2030 será “totalmente decisivo”. A partir de entonces será cuando deberemos cumplir nuestros compromisos de acceso a la neutralidad energética y cuando se nos medirá por el grado de cumplimiento alcanzado en cada momento”. Ser eficientes ya es determinante a la hora de activar cualquier proyecto de nueva planta o en rehabilitación, sea residencial, terciario, industrial o evidentemente de retail. El cuidado medioambiental va a redefinir buena parte de los estándares urbanos tal y como ahora los conocemos. La eficiencia energética, la integración paisajística y con el entorno, la flexibilización, el diseño, la capacidad de ahorro o la calidad de vida serán determinantes para un sector inmobiliario resiliente y creador de progreso a largo plazo, matiza.