Casi tres meses después y tras las quiebras de otros pequeños bancos estadounidenses como Signature Bank y First Republic Bank la banca nacional puede presumir de haber superado el envite con nota y sin grandes apuros. Se ven caídas significativas a nivel anual en el Ibex 35 como en las acciones de Bankinter con un 11,6% o Unicaja Banco un 10%, pero la sangre no ha llegado al río como sí ocurrió en Credit Suisse. Su principal competidor, UBS, compró la entidad por 3.000 millones de euros el 19 de marzo, muy por debajo de su última cotización en Bolsa para poner fin a su crisis.
Un test de estrés real, no simulado como los del Banco Central Europeo (BCE), y que la banca española ha sabido capear. Bankinter disparó un 19,7% su beneficio en el primer trimestre del año hasta una cifra de 184,7 millones de euros a pesar de haber pagado 77 millones por el nuevo impuesto a la banca y cerró el trimestre con una rentabilidad financiera (ROE) del 13,7% y un ROTE, el retorno sobre el capital tangible, del 14,5%. El ROTE excluye el fondo de comercio, las emisiones de deuda convertibles en acciones y las acciones preferentes.
Se estima que el coste del capital, el retorno mínimo que exigen los inversores para invertir en una empresa, de la banca española es de en torno a un 11%. Banco Sabadell se queda algo por detrás con un ROE del 8,12% y un ROTE del 9,90%, en línea con los objetivos marcados para el año 2023. “Si se aísla el impacto del impuesto a la banca, el beneficio a cierre de marzo se sitúa en 361 millones de euros, un 69,4% más interanual, lo que supone un ROTE del 11,4%. Los ingresos del negocio bancario (margen de intereses más comisiones netas) alcanzan los 1.450 millones de euros, un 19,2% más en términos interanuales, y el margen de intereses crece un 28,3%, hasta situarse en los 1.100 millones”, indican desde la entidad.
A pesar de esto, Banco Sabadell es el banco mediano español que mejor se comporta en el Ibex 35 en lo que va de año con un 5,85%. La acción de Sabadell cerró el año 2022 con una revalorización del 58%, situándose por encima del promedio de entidades españolas (+28%). Además, fue el segundo valor del Ibex 35 que más se revalorizó en el año y el primero en el periodo 2021-22.
Posible aumento de las exigencias de capital
Algunos países europeos están empezando a exigir más capital a los bancos, con la activación o la intención de hacerlo del colchón anticíclico.
Alemania, Francia y Reino Unido estarían entre los países cuyos bancos centrales estarían estudiando la posibilidad de activar dicho colchón, mientras que en Islandia acaban de anunciar su activación estableciendo el máximo permitido del 2,5% (Noruega y Dinamarca ya estarían en ese nivel).
En España el colchón anticíclico está en el 0%, y por el momento el Banco de España no considera que las amenazas existentes sean suficientes para justificar la activación del colchón. Los bancos españoles cuentan con unos niveles de capital de 360 puntos básicos, a cierre de 2022, respecto a los requerimientos.
"La activación del colchón supondría una reducción de la diferencia frente a los requerimientos pero no una necesidad de acumular más capital. Hay que señalar que la activación del colchón anticíclico no supone un riesgo para las políticas de dividendos en el caso de los bancos españoles y además no deberíamos tener un impacto negativo en las cotizaciones por este motivo", comenta la analista de Renta 4 Nuria Álvarez.
La ratio de capital de Banco Sabadell creció 24 puntos básicos en el primer trimestre, situándose en el 12,78%. “Será el consejo quien determine en su momento el nivel de retribución al accionista, aunque es cierto que ya retenemos el 50% del beneficio para el ‘pay-out’ y esto supone un dividendo por acción superior al 9%”, valoran desde la entidad catalana.
Por su parte, Bankinter obtuvo un beneficio neto de 185 millones entre enero y marzo, lo que supone un 20% más, gracias al crecimiento de su negocio. “Cerramos el primer trimestre con una ratio de liquidez del 198%, cuando el requerimiento mínimo se sitúa en el 100%, y con una eficiencia del 42,3%, que en España baja al 38%, la más baja de los últimos años. A ello se une que la ratio de capital se ha situado en el 12,2% frente al requerimiento mínimo del 7,73%”, arguyen fuentes del banco naranja.
Bankinter reparte también la mitad de su beneficio neto a través del dividendo. “El dividendo es una fuente de valor constante para los accionistas de Bankinter. La rentabilidad por dividendo al cierre de 2022 se situó en el 4,48%”, valoran.
¿Derogación del impuesto?
Las próximas elecciones generales serán importantes para los bancos, ya que las entidades han mostrado su malestar por el gravamen temporal al sector que ya se aplica este año y estará vigente también en 2024, si no se deroga antes por el siguiente inquilino de La Moncloa. El impuesto a los bancos grava a aquellas entidades cuyos ingresos por comisiones e intereses a los clientes superen los 800 millones de euros. En este caso, la base imponible es la suma del margen de intereses y de los ingresos y gastos por comisiones, y el porcentaje aplicable es del 4,8%.
El PP y Vox ya han prometido que retirarán este gravamen temporal a la banca, mientras que los partidos que sostienen al actual Gobierno son partidarios de seguir recaudando parte de los beneficios extraordinarios que logran entidades, eléctricas y petroleras gracias a la subida de tipos y al aumento de los precios de las materias primas energéticas.
En el caso de Bankinter, el impuesto supone 77 millones de euros para todo el ejercicio y para Banco Sabadell 157 millones. Ambos han recurrido a la Audiencia Nacional la orden ministerial del Ejecutivo, en línea con el recurso presentado por la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA). La entidad que dirige María Dolores Dancausa sostiene que es un “elemento arbitrario, injusto y discriminatorio".