Ni el Banco Central Europeo (BCE) ni la Reserva Federal en su reunión del 22 de septiembre lanzarán mensajes contundentes ni abruptos que pongan en cuestión la recuperación y puedan desalentar a los inversores. Los dos principales bancos seguirán con su política de mensajes moderados, aunque buena parte del mercado cree que ha llegado la hora de concretar la retirada de estímulos monetarios al final de año o principios del 2022.
“Es probable es que se insinúe o directamente se precise cuándo y en qué grado empezarán a reducir estímulos monetarios. Puede que incluso antes de final de año, como se pudo entrever en la reunión del pasado mes de agosto en Jackson Hole. Recordemos que actualmente la Reserva Federal compra 120.000 millones de dólares de bonos y titulizaciones hipotecarias al mes, mientras que el BCE compra 110.000 millones de euros al mes”, valoran desde el equipo de gestión de Portocolom AV.
"Esperamos que el BCE anuncie una reducción en el volumen de compra de activos bajo el programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP) y un retorno al ritmo de compras previo a la aceleración anunciada en marzo. Y también creemos que la reunión del BCE estará marcada por el despertar de los halcones. A medida que se intensifican los debates del Consejo de Gobierno, los mercados podrían volverse más volátiles", indica Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors.
“Parece difícil para el Banco Central Europeo (BCE) justificar el mantenimiento del elevado ritmo de compra de activos decidido en marzo en el marco de su programa de compras de emergencia para la pandemia (PEPP) . Las condiciones financieras en la eurozona son ahora más favorables, con los tipos a largo plazo cayendo tras las tensiones observadas en el segundo trimestre, mientras que las expectativas de subidas de tipos se han desplazado hacia el horizonte de 2024. El crecimiento ha sorprendido al alza, mientras que los programas de vacunación se han acelerado con fuerza en los últimos tres meses, aunque persistan las incertidumbres provocadas por la variante Delta”, explica Dixmier.
“Ante los datos macroeconómicos que hemos ido conociendo en los meses de verano en la eurozona, con una inflación en el mes de agosto situándose en niveles del 3%, y ante la expectativa de se revisen al alza tanto las expectativas de crecimiento como de inflación para los próximos años, parece que los miembros del BCE con perfil más dovish no tendrán muchos argumentos para retrasar la reducción de compras del PEPP, con las incertidumbres económicas generadas por la variante Delta como único punto a su favor”, comenta Germán García Mellado, gestor de renta fija de A&G Banca Privada.
Los inversores también ansían que el organismo que preside Christine Lagarde aclare el nuevo marco de política monetaria que anunció en julio, incluida su orientación futura sobre subidas de tipos, y las herramientas que se implementarán para lograr su objetivo de inflación. De hecho, las actas del BCE sobre la última reunión de julio, que fueron publicadas el pasado 26 de agosto, muestran que hubo división entre los miembros del Consejo de Gobierno sobre la orientación de los tipos.
En la reunión del 22 de julio, se introdujo una nueva orientación del BCE en la que se "promete un período aún más largo de tipos de interés sin cambios o más bajos y vincula la primera subida a un aumento aún más pronunciado de la inflación". Es decir, los tipos no subirán hasta que el organismo monetario vea que la inflación alcance el 2% de forma sostenida en el tiempo y no de forma coyuntural.
Según revelaron las actas este acuerdo generó un amplio debate en el seno del organismo, que generó incluso que la orientación de tipos de interés fuera redactada dos veces para tratar de que hubiera consenso entre las partes.
"Una gran mayoría de los miembros indicó que podía apoyar la propuesta revisada de 'forward guidance'", señalan las actas. "Al mismo tiempo, unos pocos miembros mantuvieron sus reservas, ya que la formulación modificada no abordaba suficientemente sus preocupaciones". El 'forward guidance' es el anticipo informativo de las decisiones de política monetaria a medio plazo. Al final, los únicos que rechazaron la propuesta del BCE fueron los gobernadores del banco central de Bélgica, Pierre Wunsch, y del Bundesbank alemán, Jens Weidmann.
La recuperación avanza
La recuperación avanza a buen ritmo en los países del euro. La economía de la zona euro registró un repunte del 2,2% en el segundo trimestre de 2021 en comparación con el periodo anterior, tras una caída del 0,3% entre enero y marzo, según informó este martes la oficina comunitaria de estadística, Eurostat. De la misma forma, el conjunto de la economía de la Unión Europea (UE) experimentó un crecimiento del 2,1% frente al trimestre precedente, cuando se había contraído un 0,1% y saliendo así de la recesión.
En comparación con el mismo trimestre de 2020, el PIB de la zona euro se elevó un 14,3%, mientras que el de los Veintisiete creció un 13,8%. En el primer trimestre, en ambos casos había descendido un 1,2% interanual. En comparación con el segundo trimestre de 2020, los mayores incrementos del PIB se dieron en Irlanda (21,1%), España (+19,8%) y Francia (+18,7%).
“La fuerte actividad en el segundo trimestre de 2021 (con un PIB del 2,0% intertrimestral) hizo que la producción de la zona euro se situara solo un 3% por debajo del nivel anterior a la crisis de la Covid-19. Por lo tanto, fue una recuperación más fuerte de la esperado. La lectura media de los PMI de julio y agosto (PMI compuesto en 60,2-59,5 frente a la media del segundo trimestre de 56,8) indica que la actividad se acelera incluso en el tercer trimestre”, arguye Martin Wolburg, economista senior, y Elisa Belgacen, estratega de crédito senior de Generali Investments.
El BCE también tiene previsto actualizar sus perspectivas de crecimiento e inflación. Unas cifras que, según descuenta también todo el mercado, serán positivas y mostrarán la reactivación de la economía gracias al avance de la vacunación. En cuanto a la inflación, el aumento previsto se considera transitorio y en principio no alterará los planes del BCE. Todos los países de la UE están sufriendo altos precios en el recibo de la luz y el petróleo cerca de 70 dólares por barril tampoco perdona a ningún país del Viejo Continente.