De la crisis al éxito: la estrategia de Ana Botín que resucita a Banco Santander

Tras unos años difíciles, marcados por los tipos de interés negativos y la pandemia de Covid-19, Ana Botín está logrando reverdecer los laureles de Banco Santander, devolviendo a las acciones y el valor en bolsa de la entidad a niveles que no habían pisado desde 2015.

La banquera asumió la presidencia del Santander el 10 de septiembre de 2014 tras la muerte de su padre, Emilio Botín, que había sido presidente de la entidad desde 1986 y que consiguió catapultar el banco hasta convertirlo en una entidad financiera global. Ana Botín, que hasta esa fecha había dirigido la filial en Reino Unido, previo paso por Banesto, se convirtió en la primera mujer al frente de uno de los grandes bancos mundiales. Pero en estos más de 10 años no ha tenido una labora fácil.

Comienzos difíciles: tipos negativos y Banco Popular

 Para empezar, en ese mismo 2014 por el Banco Central Europeo (BCE) se adentró por primera vez en la historia en el terreno de los tipos de interés negativos, algo que probablemente ningún gestor bancario se había planteado antes. La situación no se comenzó a revertir hasta 2022, cuando la institución, ya con Christine Lagarde a los mandos, endureció la política monetaria hasta llevar los tipos a un pico del 4,50% en septiembre de 2023. Actualmente se encuentran en el 2,75%, y si bien se espera que bajen este año, parece descartado que se vuelva a la situación anterior.

Uno de los motivos que ayudó a extender la vigencia de los tipos negativos fue la pandemia de Covid-19, que supuso un colapso de la actividad económica de la que los bancos no fueron ajenos. En el caso de Banco Santander, además, llegó en un momento en que todavía estaba en pleno proceso de absorción de Banco Popular, comprado en junio de 2017. 

La adquisición se realizó tras una subasta llevada a cabo por parte del Fondo Único de Resolución (FUR) y el FROB, poniendo fin a la agonía que había sufrido la entidad en apuros en los meses anteriores. Sin ayudas públicas -a diferencia de otros procesos anteriores- el Santander realizó una ampliación de capital de 7.000 millones de euros para cubrir el capital y las provisiones del Popular.

Evolución de Banco Santander en Bolsa

Como resultado a estas dificultades, las acciones de Banco Santander cotizaban a 6,60 euros cuando Botín asumió la presidencia, actualmente se sitúan por encima de los 5,40 euros, si bien la cifra no es comparable teniendo en cuentas los dividendos y las recompras de acciones acometidas en los últimos años. Más útil puede resultar comparar la capitalización bursátil, es decir, el valor que da el mercado al grupo bancario: si partía de una capitalización en 2014 de 91.500 millones, actualmente se sitúa por encima de los 82.000 millones de euros.

El banco llegó a superar los 100.000 millones de valor de mercado en 2015, durante las primeras etapas de Botín, pero llegó a caer hasta una cifra de unos 30.000 millones en 2020. Desde finales de ese año, cuando hizo el mínimo histórico de cotización en 1,45 euros, Banco Santander ha recuperado más del 270% en Bolsa.

Solo en los últimos 12 meses, la subida en Bolsa es de más de un 50%, utilizando de referencia los mínimos de 3,622 euros marcados en febrero del año pasado. Las acciones se cotizan por encima de los 5,40 euros, no solo en máximos anuales sino en sus cotas más altas desde 2015.

Los analistas esperan además que el banco siga subiendo en el medio y largo plazo. De acuerdo con los analistas recopilados por Reuters, los analistas dan mayoritariamente una recomendación de ‘comprar’ a Banco Santander con un precio objetivo medio de 5,92 euros que está un 8,5% por encima de los niveles actuales.

De hecho, gracias sus últimos beneficios y dividendos, Santander eleva su recorrido alcista en bolsa al 48% para algunas casas de análisis.

Récords de beneficios y cambios organizativos

Hace solo unos días, Banco Santander anunciaba que obtuvo un beneficio atribuido de 12.574 millones de euros en 2024, un 14% más que en 2023, gracias al fuerte crecimiento de los ingresos en todos los negocios globales y regiones, y a que el número de clientes aumentó en ocho millones, hasta 173 millones. Se trata de un récord de beneficios por tercer año consecutivo.

Buena parte del mérito de que Banco Santander esté logrando reverdecer laureles se puede encontrar en la profunda reestructuración que está implementando Botín, y que tuvo su último capítulo hace una semana, cuando la entidad suprimió los jefes regionales y nombró nuevos CEOs para EEUU y Chile.

En concreto, ha retirado las direcciones regionales de Europa, Sudamérica y Norteamérica, en una decisión enmarcada en el proceso de operar con negocios globales en lugar de por geografías, tal y como se anunció hace meses.

La actual responsable regional para Norteamérica, Christiana Riley, deja dicho cargo, aunque seguirá dentro del banco porque ha sido nombrada consejera delegada de la filial en EEEUU de Banco Santander, en sustitución de Tim Wennes. Por su parte, el responsable regional para Sudamérica, Carlos Rey, permanecerá vinculado al banco hasta el 31 de julio asesorando al consejero delegado global de Banco Santander, Héctor Grisi, en la transición organizativa. Dentro de la región, Botín indicó que el responsable de banca de inversión para Sudamérica, Andrés Trautmann, pasa a ser consejero delegado de Chile.

En la región de Europa, el responsable global era Pedro Castro, que también era consejero delegado de Portugal. Al eliminarse las direcciones globales, mantiene su posición en Portugal.

Tras este cambio, los responsables de los países reportarán directamente al consejero delegado, Héctor Grisi, en lugar de a sus responsables regionales. El banquero mexicano ocupa su cargo desde enero de 2023, en sustitución de José Antonio Álvarez. Grisi se incorporó a Santander en 2015 como consejero delegado de Santander México y fue nombrado responsable regional de Norteamérica en 2019.