Tesla sigue vistiendo sus mejores galas en el mercado. A pesar de su volatilidad y de las incursiones de su CEO, que no siempre son oportunas, lo cierto es que el valor sigue recuperando desde los niveles menos favorables cosechados a principios de octubre. Parece que esas caídas a plomo han pasado y los avances superan el doble dígito para el valor en las últimas sesiones.
Y es que la victoria de Joe Biden en las presidenciales americanas supone un nuevo espaldarazo para el valor porque se espera que la administración demócrata siga subsidiando la expansión masiva de créditos fiscales y la construcción de estaciones de carga para vehículos eléctricos, tal y como confirmó el presidente electo de EEUU en su último debate antes de ganar los comicios.
De hecho Tesla avanza casi un 10% en sus últimas sesiones cotizadas, aunque en el mes precedente muestra el peso de las caídas, con alzas que solo rozan el punto porcentual. Eso sí, de forma trimestral recupera más de un 50%, nada menos que un 167% semestral y en lo que llevamos de año sube la friolera de un 423%.
Grafica de cotización comparativa de Tesla ( azul y el Nasdaq ( beige ) Fuente: wsj
Pero todavía siguen siendo muchos los operadores y expertos del mercado que piensan que Tesla vive en medio de una burbuja. Desde pasar a Toyota como el fabricante de automóviles más valioso del mundo, hasta superar la cota de los 430 dólares por acción en niveles actuales desde los 7 dólares que costaban sus títulos en 2013. De hecho su valor en el mercado se ha quintuplicado en este ejercicio hasta superar los 415.000 millones en capitalización.
Un gigante que muchos consideran con pies de barro, aunque no todos. Por ejemplo SMIT, un fondo de inversión que cotiza en el FT100 afirma que la compañía ha sido rentable en los últimos cinco trimestres de forma consecutiva, por lo que podría ser una de las empresas que más se beneficie de la transición de los combustibles fósiles. Destacan que más allá de la atención y el ruido que provoca Tesla, su retorno subyacente puede ser una ventaja, con una fuerte demanda de productos. Otros no lo ven así indicando la fuerte competencia que llega de las nuevas compañías del sector.
Y también se pone sobre la mesa el ir más allá de Tesla como compañía de coches eléctricos, poniendo el énfasis en áreas de negocio todavía incipientes y sin grandes beneficios pero que pueden ser más que importantes en el futuro por el valor añadido que aportan. Es el caso por ejemplo de las tejas solares de Solar Roof o la tecnología de almacenamiento de energía Powerwall y Megacell.
Aunque en esta compañía tan innovadora el riesgo parece intrínseco. Y sino solo hay que escuchar a su consejero delegado Elon Musk, quien acaba de indicar que desde mediados de 2017 hasta las mismas fechas de 2019, la compañía se colocó a un mes de la quiebra mientras estaban produciendo su Model 3, en lo que ha calificado como un infierno en producción y logística.
Según nuestros indicadores premium, Tesla, en modo consolidación alcanza una puntuación revisada a la baja de 6,5 sobre 10 puntos posibles. Con resultados mixtos que pasan por la tendencia a largo plazo que es alcista, el momento total lento y rápido positivo, el volumen a largo plazo creciente y el rango de amplitud a medio plazo que es decreciente. El resto, en negativo, con tendencia a medio plazo bajista, volumen a medio plazo decreciente y la volatilidad a largo plazo, creciente.