En 52 años no se había visto nada igual en Wall Street en los seis primeros meses del ejercicio. Hay que retrotraerse al inicio de la década de 1970 para encontrar unas caídas de tal envergadura en el mercado americano. Pero ahora hay que mirar hacia delante, a lo que nos espera del primer mercado de acciones del mundo en el presente semestre.
En lo inmediato esta semana Wall Street se las tendrá que ver con el informe de empleo correspondiente al mes de junio. Y lo que se espera es una desaceleración en las nóminas no agrícolas hasta las 250.000 y una estable tasa de empleo en el 3,6%. Muy lejos de las 390.000 nóminas registradas en mayo.
Y los expertos consideran que la letra pequeña del informe nos otorgue alguna pista sobre cómo se comporta el mercado laboral estadounidense al calor de la subida agresiva de tipos de la FED, algún indicio negativo. Un menor crecimiento se vería como positivo, pero solo si hay desaceleración y no enfriamiento drástico.
También habrá que estar atentos a la publicación, el próximo viernes de las actas de la última reunión del Comité del Mercado Abierto de la Reserva Federal, de nuevo con atención a la letra pequeña.
El Wall Street Journal ha hablado con buena parte de los principales analistas del mercado para saber qué nos espera del resto del año. Desde BlackRock, Rick Rieder, su director de inversiones de renta fija considera que los inversores deben pensar en las oportunidades de futuro a medida que se estabilice el mercado, porque considera que los precios de los activos de buena calidad no estaban tan atractivos desde hace años.
Desde JPMorgan AM, su responsable de estrategia global David Kelly destaca que veremos un rebote en el mercado, porque a medida que baje la inflación, con la economía como daño colateral, la Fed bajará su velocidad y, a menos que se produzca un shock, tanto las acciones como los bonos, pueden subir. Será clave, señala la reunión del mes de septiembre de la Reserva Federal.
Pata la estratega jefe de inversiones de Charles Schwab, estamos ante un fin de ciclo, tras el estímulo masivo, llegan las estrictas condiciones financieras. Y considera que ya podemos estar en recesión, con lo que en la segunda parte del año podrían producirse recortes importantes en las acciones.
En Goldman Sachs ven ese 50% otras veces descrito de posibilidad de recesión, aunque, a largo plazo, las ganancias impulsan las acciones. Y se trata dice, de buscar la estabilidad en un entorno tormentoso.
Ya desde Morgan Stanley la visión es que no habrá revisiones a la baja de los beneficios hasta el cuarto trimestre y los bonos superarán a las acciones en el segundo mes del año. Sobre recesión, consideran que aumentan las probabilidades, pero será de carácter leve, seguida de una reaceleración para las ganancias corporativas.
Mientras desde UBS global consideran que la volatilidad intrínseca del mercado se seguirá produciendo a lo largo y ancho de todo el verano, ya que los mercados han sido muy sensibles con cada dato económico que se publica, con riesgos asimétricos, y sesgados a la baja. Considera su responsable para las Américas, James Draho, que la Reserva Federal no dejará de endurecer su política monetaria hasta que vea que la inflación baja. Y, además, afirma que la inflación de servicios no bajará hasta que se produzca una suavización del mercado laboral.